La actividad se lleva el 22 por ciento del consumo total en la isla. El tendido está al límite, dice el gobierno provincial. Hay quejas por los subsidios.
Favorecida por las tarifas baratas, Tierra del Fuego se transformó en la capital de la minería de criptomonedas. Lo que podría ser una buena noticia genera una enorme preocupación en el gobierno provincial. La razón es que la actividad, casi sin regulación y con un clima apropiado para refrigerar los equipos, consume el 22 por ciento de la energía eléctrica de toda la isla. “Las tres principales ciudades, Ushuaia, Río Grande y Tolhuin están al límite”, grafica Moisés Solorza, el secretario de Energía provincial.
Según un informe la distribuidora mayorista Cammesa, entre agosto y octubre, Tierra del Fuego consumió 40,2 megavatios, de los cuales 9,7 megavatios correspondió a empresas criptomineras. En el rubro destacan BitPatagonia (que se radicó en el territorio en 2018) y el grupo Leanval, que ensambla pequeños electrodomésticos desde 1967. No obstante, dicen que hay muchos particulares volcados a la actividad, atraídos por el bajo costo de crear nuevos bitcoins o ethereum, por citar las cripto más populares.
Tierra del Fuego es un lugar más que propicio para eso. Ocurre que la minería de criptodivisas requiere mucha cantidad de energía eléctrica para alimentar las granjas de servidores, computadoras y placas de video entrelazadas. Por ese motivo es que los lugares fríos resulta propicio para enfriar (casi sin costo) los equipamientos. El Estado Nacional subsidia las tarifas, pero la generación y el mantenimiento de la infraestructura corre por cuenta de la provincia.
“Tierra del Fuego no está en el Sadi ( Sistema Argentino de Interconexión) y estamos gestionando insistentemente para sostener la energía instalada y el equipamiento heredado, que es casi obsoleto en su mayoría”, dijo Solorza a Clarín. El administración actual, que conduce Gustavo Melella, afín a la Casa Rosada, culpa al gobierno anterior (la peronista Roxana Bertone) por “fomentar la criptominería de manera irresponsable”.
La llegada del invierno preocupa a las autoridades. El temor es que el aumento del consumo eléctrico provoque interrupciones del servicio. Se trata de un insumo del que depende las familias y los fabricantes de celulares, televisores y aires, entre otros. Además de las grandes granjas productoras de criptos, “proliferaron las micromineras hogareñas y la falta de controles que se debieron establecer para fijar pautas y regular normas”, agrega el funcionario.
La mención no es casual. Muchos países, entre ellos China, India o Rusia, regularon la actividad por los altos riesgos energéticos. Hay otros que también tienen a la actividad en la mira, apesadumbrados por la enorme cantidad de electricidad que consumen las empresas del rubro.
Atraído por el contexto altamente favorable, BitPatagonia se instaló en la isla a principios de 2018 para producir bitcoins, cuya cotización llegó a rozar los US$ 65.000 la unidad. Hoy está apenas por debajo de los U$$ 40.000. Para mejorar los costos, BitPatagonia subalquiló un espacio en una de las plantas de Newsan, en Ushuaia, que cuenta con medidor propio. “Aparte nos calefacciona el edificio”, afirmaron desde el grupo empresario, que lidera Rubén Cherñajovsky.
Minar bitcoins equivale a imprimir dinero en el mundo real, con una diferencia. Sus impulsores sostienen que sólo habrá 21 millones de unidades y por eso suponen que su precio no parará de subir. La minería consiste en resolver complejos acertijos criptográficos, lo que sólo es posible con un gigantesco poder de cómputo. De allí las granjas y redes informáticas que se arman con el objetivo de acreditar criptomonedas. Para las empresas, la ecuación es costo (energía, sobre todo), beneficio (cobrar en criptomonedas).
En Tierra del Fuego hacen otras cuentas. Lo describe Solorza: “Usan la infraestructura instalada sin aportar nada por su uso y no pagan cánon por el uso de la red. Esto hay que ordenarlo, regularlo y creo que el Estado debe participar en la venta de servicios, con energía a precios justos y con el cobro de impuestos”, enumera.
El funcionario añade que todo esto está bajo análisis, lo mismo que el tendido eléctrico del que depende la población fueguina. En paralelo y por la alta inflación, las criptomonedas causan furor entre los argentinos.Un estudio reciente detectó que Buenos Aires, Córdoba y Quilmes son los tres distritos del país con mayor cantidad de operaciones. Lomas de Zamora y Berazategui los siguen de cerca.
Fuente: Clarin