Según un informe elaborado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano al que accedió AIM, en los colegios públicos terminan el 36 por ciento de los alumnos y en privados, el 63 por ciento; también hay diferencias importantes entre provincias
La desigualdad educativa entre las escuelas secundarias estatales y las privadas no es una novedad en las aulas argentinas. Está demostrada en los resultados de las pruebas internacionales y también en la práctica. De los 848.303 alumnos que comenzaron primer año del secundario en 2014, sólo 366.137, es decir el 43,2 por ciento, lo terminó a tiempo, seis años después. Dentro de este número surge una diferencia alarmante entre la tasa de egreso de las escuelas públicas y las privadas.
A partir de un nuevo informe al que accedió AIM se confirma, una vez más, la brecha entre las y los estudiantes a la hora de egresar: sólo se gradúan el 36 por ciento de quienes ingresan a escuelas estatales y en privados, el 63 por ciento. Los datos, relevados en un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, se basan en la última información disponible del Ministerio de Educación de la Nación.
La cifra ya es elocuente sobre los problemas de la escuela media en Argentina, pero se acentúa al tomar en cuenta que las escuelas secundarias de gestión privada graduaron, en el período analizado, casi el doble de alumnos que lo que lo hicieron los colegios públicos. “Es el verdadero mapa de la desigualdad educativa”, explican desde el CEA.
“A pesar de que la matrícula de nuestro nivel secundario creció, como también lo hizo la cantidad de egresados, es necesario que ese crecimiento sea equitativo y no distinga por el nivel socioeconómico de nuestros estudiantes”, indicó Alieto Guadagni, director del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano.
“Los gremios docentes fortalecen la escuela privada. Porque ante cada huelga en escuelas públicas, los padres piensan en mandar a sus hijos a la privada”, dijo Guadagni en diálogo con Lanata sin Filtro. Del mismo modo, se refirió a los feriados: “Para conmemorar a nuestros próceres no hay que cerrar las escuelas, no. Hay que abrirlas para explicar lo que hicieron y lo que eran”.
En la misma línea, el análisis difiere cuando se enfoca en cada uno de los distritos de Argentina. Por ejemplo, La Rioja graduó al 58 por ciento de sus alumnos secundarios en el lapso estudiado; la ciudad de Buenos Aires lo hizo con el 54 por ciento, y San Luis, con el 52 por ciento. Mientras tanto, en Santa Fe esa cifra fue de apenas 31 por ciento; en Santa Cruz, de 35 por ciento, y en Salta, de 36 por ciento.
Si se presta atención a las cifras relativas a los diferentes sistemas de gestión, se confirma que, en todas las jurisdicciones, las escuelas de gestión privada muestran una mayor relación entre graduados secundarios e ingresantes, respecto de las escuelas de gestión estatal. Así en un extremo figura San Luis con el 89 por ciento de los egresados en escuelas privadas, y en el otro, Santa Fe con solo el 24 por ciento de los graduados en establecimientos públicos.
“Si hubiera que sintetizar los motivos de la desigualdad educativa diría que es el origen social de los estudiantes. Su graduación depende del nivel socioeconómico de los padres, porque la mayoría de los alumnos que no terminan la secundaria provienen de los hogares más humildes. El sistema educativo argentino actual reproduce la desigualdad, no la corrige”, explicó Guadagni.
Y culminó: “Es necesario eliminar las diferencias respecto de la cantidad de estudiantes que comienzan y culminan el nivel secundario en el tiempo esperado, además de garantizar la calidad de su nivel de conocimiento. De esta manera, se producirá un importante avance hacia la justicia social y la igualdad de oportunidades, favoreciendo así la disminución de nuestra pobreza”.