Algunas ideas actuales de la física matemática no pretenden más realidad que las ecuaciones que las expresan; pero aparecen cada vez más en relación con doctrinas metafísicas tradicionales, que la ciencia moderna desechó como supersticiones de épocas oscuras.
El universo en expansión, una de las inferencias del modelo del big bang, puede alcanzar un límite en que la rarefacción y el enfriamiento a partir del impulso inicial sean contrarrestados por la gravedad hacia la contracción progresiva, y el universo empiece a “achicarse” y elevar su temperatura hasta volver al inicio: un punto de densidad casi infinita, una singularidad sin dimensiones, proceso que sería seguido de otro big bang para iniciar otro ciclo cósmico.
La temperatura media actual del universo, la que permite medir el “ruido” de fondo de microondas cósmicas, es de apenas 270 grados bajo cero, tres grados por sobre el cero absoluto, la temperatura mínima posible, en que los átomos ya no se mueven.
A ese estado llegamos a partir del “big bang” que un centésimo de segundo después de producido y creados el tiempo y el espacio, dio lugar a un universo todavía muy pequeño pero a cien mil millones de grados centígrados, en que las partículas elementales no podían existir todavía. (A la fracción de segundo anterior no se le puede aplicar ninguna teoría física).
Nuestro universo llegó a ser oscuro y frío a partir de temperaturas enormes y de una luminosidad inconcebible; pero a él podríamos volver si se cumplen las previsiones cíclicas de algunos científicos modernos.
Mito y razón
Estas ideas son la formulación racional de mitos porque en el fondo tienden a un significado equivalente, aunque los mitos son una compañía incómoda para los científicos. Por ejemplo, la cábala enseña que los estados del ser emanan de Ain Soph Aur, simbolizado por la luz suprema inefable, el punto de partida necesario en cualquier explicación, como para los físicos la singularidad que al expandirse por causas desconocidas produjo el universo, el espacio y el tiempo.
Una consecuencia del alejamiento progresivo de los orígenes es en la teoría del big bang el enfriamiento del universo desde temperaturas de millones de grados a 270 grados bajo cero, desde una energía enormemente dinámica a la muerte térmica anunciada por la termodinámica.
Así como la expansión puede tener fin y el universo volver a calentarse y achicarse, el alejamiento del principio tiene para las doctrinas tradicionales consecuencias sociales y morales en que la física no opina -aunque sí algunos científicos- ni puede cuantificar, pero que están sugeridos en la recurrencia de los ciclos de expansiones y contracciones.
Cuesta abajo
Para el hinduismo, la era que transcurrimos se habría iniciado en un "no estado" perfecto que habría sufrido una escisión interior. Fue el comienzo de una multiplicación de entes y un alejamiento creciente de la perfección -un proceso más metafísico que ético- que finalizará con un cataclismo marcado por signos anunciadores: conflictos, guerras, y genocidios, pero también sistemas filosóficos y sociales aberrantes y un desarrollo desordenado del saber, porque la ciencia estará ciega y habrá caído en manos irresponsables.
En la marcha de un extremo a otro del ciclo, como de la singularidad a la muerte térmica en la cosmología científica, hay una nivelación creciente. La homogenización es en todos los ámbitos el preludio del fin y el fin es un nuevo comienzo. En sus etapas finales este proceso se acelera, el tiempo parece correr más de prisa.
O de acuerdo con algunas inferencias de la relatividad, el tiempo podría ser cíclico y “morderse la cola” o cumplir bucles en que se cierre sobre sí mismo.
Cómo nos vieron hace milenios
El capítulo 40 del Linga Purana, un libro hindú de comentarios escrito hace miles de años, caracteriza la era actual como el preludio del fin, la “era de Kali”, Kali Yuga o época de la discordia y la riña, un punto de la evolución general sin otra importancia que ser la que nos toca vivir.
Es una descripción del estado de cosas que cabe esperar del momento del ciclo en que estamos, tal como no se debe esperar del invierno lo mismo que del verano, ni de la ancianidad lo mismo que de la niñez ni de la aurora lo mismo que del ocaso. Es una descripción de hechos, no una recomendación de conductas.
"Los hombres del Kali Yuga (nuestros contemporáneos) eligen preferentemente ideas falsas. El deseo les atormenta. La negligencia, la enfermedad, el hambre, el miedo se extienden. Hay graves sequías. Las diferentes regiones de los países se oponen unas a las otras.
Las personas tienen miedo (...) muchos perecerán. Se mata a los fetos en el vientre de sus madres y se asesina a los héroes. Los shudra (obreros) pretenden comportarse como brahmanes (sabios) y los sacerdotes como obreros.
Los ladrones llegan a reyes, los reyes son ladrones.
La tierra produce mucho en algunos lugares y demasiado poco en otros.
Los dirigentes confiscan la propiedad y usan mal de ella. Ellos dejarán de proteger al pueblo.
Hombres viles que han adquirido un cierto saber (sin tener las virtudes necesarias para usarlo) son honrados como sabios. Hay sabios que están al servicio de hombres mediocres, vanidosos y rencorosos. Los sacerdotes se envilecen al vender los sacramentos. Hay muchas personas desplazadas, errando de un país a otro. El número de hombres disminuirá, el de mujeres aumentará. Los hombres de bien renuncian a tener un papel activo.
Comida ya cocinada será puesta en venta. Los libros sagrados se venderán en las esquinas de las calles. Las chicas jóvenes comercian con su virginidad. Los comerciantes hacen operaciones deshonestas y están rodeados de falsos filósofos pretenciosos. Hay muchos mendigos y parados. Todo el mundo emplea palabras duras y groseras. No se podrá confiar en nadie. Las personas son envidiosas. Nadie quiere ser recíproco con un servicio recibido. La degradación de las virtudes y la censura de los puritanos hipócritas y moralizantes caracterizan el periodo del fin de Kali.
La riqueza y las cosechas disminuyen. Grupos de bandidos se organizan en las ciudades y en el campo. El agua escasea y los frutos serán poco abundantes. Aquellos que deberían asegurar la protección de los ciudadanos no lo harán. Numerosos serán los ladrones. Las violaciones serán frecuentes. Muchos individuos son pérfidos, lúbricos, viles y temerarios. Nacen niños cuya esperanza de vida no supera los dieciséis años. Los ladrones roban a los ladrones. Las personas se vuelven inactivas, letárgicas y sin objetivo. Las enfermedades, las ratas y las substancias nocivas les atormentan. Personas afligidas por el hambre y el miedo se refugiarán en los "refugios subterráneos"
Raras son las personas que viven cien años. Los textos sagrados serán adulterados. Los ritos serán descuidados. Los vagabundos serán numerosos en todos los países. Personas no cualificadas pasarán por expertos en materia de moral y de religión. Masacrarán a las mujeres, a los niños, y se matarán unos a otros.
“Los hombres no querrán más que ganar dinero, los más ricos serán los que detenten el poder. Las personas sin recursos serán sus esclavos.
Los jefes de estado no protegerán ya más al pueblo sino que, por medio de los impuestos, se apropiarán de todas las riquezas. Los agricultores abandonarán sus trabajos de labranza y de cosecha para volverse obreros no especializados. Muchos se vestirán de harapos, estarán sin trabajo, dormirán en el suelo, viviendo como miserables.
Por la falta de poderes públicos muchos niños morirán. Las personas creerán en teorías ilusorias.
Las personas aceptarán como artículos de fe las teorías promulgadas por cualquiera. Se venerarán los falsos dioses en los falsos templos en los cuales se decretarán arbitrariamente ayunos, peregrinajes, penitencias, donación de bienes, austeridades en el nombre de pretendidas religiones.
Los obreros (shudra) reclamaran la igualdad con los sabios.
Los pobres harán una gloria de su pobreza y las mujeres de la belleza de su cabello.
El agua faltará y, en muchas regiones, se mirará el cielo con la esperanza de un chubasco. Las lluvias escasearán, los campos se volverán estériles, los frutos no tendrán más sabor. El arroz faltará, se beberá leche de cabra.
Las personas que sufran la sequía se alimentarán de bulbos y de raíces.
No tendrán alegrías ni placer. Muchos se suicidarán. Sufriendo de hambre y de miseria, tristes y desesperados, muchos emigrarán hacia los países en los que crece el trigo y el centeno.
Los hombres con poca inteligencia, influenciados por teorías aberrantes, vivirán en el error. En el Kali Yuga los hombres no tendrán virtudes, ni pureza, ni pudor, y conocerán grandes desgracias."
Cualquier parecido entre esta descripción anticipada en milenios y la realidad que se perfila ante nosotros no es casual, sino una especulación sobre el momento del ciclo.
El tiempo cíclico-matemático
La posibilidad de que el universo no sea infinito está en consonancia con la idea de un espacio-tiempo curvo, una idea relativista difícil de concebir, pero de la que dan cuenta las matemáticas. En el espacio-tiempo curvo puede darse que exista una curva temporal cerrada de modo que un hecho actual pueda interferir con su propio pasado.
Un matemático extravagante que trabajó con Einstein en Princeton, Kurt Gödel, describió un universo lleno de un fluido perfecto en rotación, que permite las curvas temporales cerradas. La idea de tiempo cíclico vuelve acá de manera sorprendente.
De la Redacción de AIM.