Desde Así basta expresaron a AIM “preocupación debido a que sabemos que muchos niños, niñas y adolescentes fueron, son y seguirán siendo expuestos a situaciones de vulnerabilidad en las cuales también, fueron, son y seguirán siendo víctimas de abuso sexual intrafamiliar”. La pandemia por el Covid-19, además de todo lo que trajo y causa, “silencia, oculta, exacerba y cubre de más impunidad a otra pandemia, una que ya estaba instalada desde hace más tiempo, una que también lastima, duele, mata: el abuso sexual”.
Los integrantes de Así basta manifestaron que están preocupados, impotentes y angustiados, porque saben que el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Aspo) “así como hoy es hogar y resguardo de muchos niños, niñas y adolescentes, para muchos de ellos es y seguirá siendo, injustamente, prisión en la imposibilidad y sentencia ante el desamparo frente a situaciones de abuso”.
Hoy, "peligrosamente están dadas las circunstancias para poner en manifiesto que la cuarentena, es sinónimo de prisión, en donde muchas víctimas, día a día, son sometidas, ultrajadas, violentadas, amenazadas, silenciadas, marcadas en cuerpo y mente, en un contexto de violencia y desidia, que, a pesar de los esfuerzos, poco se logra hacer ver, dimensionar y desterrar”.
En ese sentido, aseguran que “existe una cuarentena paralela, en donde las dificultades de movilidad, conexión de internet, no acceso a un teléfono celular, alejamiento de redes de contención como el colegio o amistades, conllevan a la imposibilidad de poder realizar la denuncia y acceder a los mecanismos y medidas de atención y protección disponibles para estas situaciones”. Existe un contexto, “en donde para muchos niños, niñas y adolescentes, la vuelta a los colegios, a los clubes, a los comedores, no solo les significaría el recuentro con amistades, lugares de esparcimiento o tristemente, de satisfacción de necesidades básicas…; No, para muchos de ellos, implicaría, sobre todo, la posibilidad de sentirse libres del abuso, de poder acomodarse en un abrazo de alguien que los pueda escuchar o de sentir la presencia de alguien que los quiera proteger. Porque en este contexto de pandemia, que parece dejar al descubierto el dolor escondido debajo del silencio, existe una cuarentena que al mismo tiempo que protege del Covid-19, es también tapabocas de la injusta y silenciada realidad de las víctimas”.
Ante este complejo escenario, desde Así basta, señalan que en el Aspo “hubo una merma en las denuncias realizadas por abuso sexual, debido a la imposibilidad de que muchas víctimas y adultos protectores, no pudieron acceder a la asistencia necesaria, tanto médica, como legal, así como también psicológica y social debido a las características de esta emergencia sanitaria y a la particularidad y diversidad de realidades económicas y sociales de las víctimas y sus adultos protectores”.
“Esta situación, por demás preocupante, nos hace ser conscientes de que estamos frente a una contexto que nos pone en alerta ante el peligro de dejar a las víctimas, expuestas y vulneradas a situaciones de abuso sexual intrafamiliar”, apuntan.
Por otra parte, preocupa y también pone en alerta, "las recientes medidas, que son de público conocimiento y que fueron tomadas por el Poder Judicial, orientadas a favorecer a personas en situación de privación de la libertad por causas de delitos de abuso sexual, a los beneficios de libertad condicional y de prisión domiciliaria”.
A sí mismo, y a pesar de tener presente la existencia de un marco legal que los ampara, no pueden dejar de manifestar "nuestro repudio y preocupación por las consecuencias que podrían conllevar dichas medidas”, por lo que ratificaron el “indeclinable y aguerrido posicionamiento en favor y defensa de los derechos de las víctimas”.
“Es que nos es inadmisible asimilar, el dar ciertas concesiones a personas que han agredido sexualmente y que, como científicamente se ha comprobado, pueden reincidir en el mismo delito, llevando a la víctima a la peor del re- victimizaciones, a la de reincidencia en la experiencia traumática del abuso. No podemos dejar de sentirnos en alerta, ante lo injusto de atender a garantizar derechos y brindar medidas personas que no solo serán una amenaza para sus víctimas, sino que también lo serán ante la sociedad en su conjunto. Es de público conocimiento, los antecedentes actuales de casos que se conocen en los que impunemente ya volvieron a reincidir, a abusar, a violar, a hostigar, a amenazar… Entendemos, que, a partir de dichas medias, se vulneran los derechos, garantías y libertades de las víctimas que, a diferencia de sus abusadores, no eligieron estar en esa condición de víctimas; mientras que ellos, si han elegido las circunstancias que enfrentan”, apuntan.
Estrategias, acuerdos y el trabajo colaborativo
Ante este complejo panorama, desde Así basta hacen “llamado a revisar y mejorar las modalidades de promoción y visibilización de la información, así como también los medios destinados a acercar las respuestas necesarias y pertinentes para las víctimas. Así como adecuar, de manera más eficiente, dichos mecanismos al abordaje a las diversas realidades de las víctimas en el contexto de Cuarentena, para no hacerlas también víctimas de la burocratización”.
Además, piden “atender las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad desde medidas que garanticen el cumplimiento de sus penas y que no expongan, desde artilugios legales puestos en función de oportunismos para acceder a la libertad, que implican el desamparo de las víctimas”.
“Hoy más que nunca, se deben aunar esfuerzos, co-pensar estrategias, consensuar acuerdos, propiciar el trabajo colaborativo con los sectores implicados en dar respuestas a esta problemática”. Porque sabemos, que existen buenas voluntades, sabemos que hay quienes están pensando en cómo mejorar esta situación. Nosotros nos comprometemos, con ellos y con todo aquel que se comprometa con cambiar y dar respuestas s la actual realidad de muchos niños, niñas y adolescentes que injustamente padecen los daños colaterales de esta cuarentena”, indican.
Asimismo, solicitan que “la burocracia no sea impedimento para llegar a las víctimas y que sus derechos, garantías y libertades estén por encima de la de sus abusadores”, para que la cuarentena “no sea prisión ante la imposibilidad de decir y sentencia ante el desamparo frente a la posibilidad de re-victimización en la reincidencia de la experiencia traumática del abuso, ni tapabocas de la injusta y silenciada realidad de las víctimas de Abuso Sexual en la Infancia (ASI) en días de pandemia”.