Ambientalistas salieron al cruce del presidente de la Sociedad Rural de Villaguay, Daniel Gazcón, quien días atrás sostuvo que, según “los índices de toxicidad, el glifosato es menos perjudicial que la aspirina”. Dijeron a AIM que tales declaraciones son “perversas” y no hacen más que “repetir el manual de justificación del agronegocio”.
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En diálogo con esta Agencia, Aldana Sasia, abogada e integrante del Foro Ecologista Paraná se mostró sorprendida por las declaraciones de Gazcón y las calificó de “perversas”.
En declaraciones publicadas por diario El Pueblo, de Villaguay, Gazcón había dicho que “el glifosato tiene una toxicidad menor que la aspirina, pero que de todos modos ha sido convertido en un gran cuco y en una mala palabra” y que por eso “está usándose cada vez menos”.
Respecto de la comparación del glifosato con la aspirina Sasia respondió: “A mí me gustaría sentarme con el representante de la sociedad rural (de Villaguay) y decirle que, frente a la población, ingiera un vaso de glifosato. No creo que lo haga, ni que haya ningún representante de las mal llamadas entidades del campo que lo haga”, dijo.
En cuanto a la toxicidad del producto, la abogada citó los hechos por los que el tribunal de San Francisco, en California, condenó este año a la empresa Monsanto a pagar sumas millonarias: “Quedó demostrado que Monsanto ocultó información y en esto se basa la condena. Se ordenó desclasificar todos los documentos de la empresa y encontraron mails que enviaba el personal en los que se demostraba la evidencia de los efectos adversos como cáncer y toxicidad, y un montón de contraindicaciones para la salud de la población”.
Cabe recordar que el fallo de la jueza Suzanne Bolaños, de la Corte Superior de California, estableció que la multinacional actuó maliciosamente al ocultar deliberadamente al público que el riesgo cancerígeno del producto RoundUp, a base de Glifosato.
“La clasificación que tiene hoy este producto o cualquiera de los que se utilizan en la agricultura química actual viene dada por el propio fabricante. Las agencias como el Senasa, que son las que lo autorizan, toman los estudios que las propias empresas muestran y ponen en conocimiento, y así se obtiene la rotulación y clasificación en cuanto a la toxicidad y sus grados. La categoría de banda verde que tiene glifosato está dada por todo este ocultamiento de información que ya fue demostrado por la justicia de Estados Unidos”, explicó Sasia.
Por otro, la abogada dijo que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc), de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015 colocó al glifosato dentro de la lista 2A, de principios activos que se clasifican como probables carcinógenos para los seres humanos. “Esta agencia se encarga de clasificar todos los productos no sólo los agrotóxicos sino también de todos los productos en relación al cáncer”, dijo la letrada.
Por otro lado, Sasia se refirió a la comparación de Gazcón del glifosato con los insecticidas hogareños: “En el hogar, la persona que lo aplica lo hace voluntariamente y sabiendo las consecuencias. Pero con los agroquímicos, son otros los territorios y poblaciones se ven expuestas. Entonces hay que diferenciar la utilización voluntaria de estos productos contra la involuntaria, que es la que nos llega a todos”
En lo que respecta a la degradabilidad del químico, la abogada dijo que “ha sido demostrado que se ha encontrado glifosato en aguas profundas, en el barro de nuestro río Paraná”. Asimismo dijo que, “por el efecto de la evaporación y la deriva que tienen estos productos se ha demostrado que el 90 por ciento no queda en la planta, a causa efecto de la deriva primaria, secundaria, y terciaria, y que terminan distribuyéndose en el territorio hasta 5.000 y 10.000 metros”.
“Manual de justificación”
Por su parte, Nadia Burgos, integrante de la Red Ecosocialista del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), dijo que las declaraciones de Gazcón “no hacen más que repetir el manual de justificación del agronegocio” ya que “la reproducción sistemática de la mentira de las buenas prácticas tienen un resultado claro y lo estamos viendo en carne propia en los pueblos fumigados”.
Asimismo dijo que “la toxicidad de este modelo se paga con la salud de las personas y de los territorios” por lo que “estas declaraciones no se pueden permitir más” y que “son de un nivel de irresponsabilidad que solo se entiende por la acción cómplice de Bordet y el gobierno de Entre Ríos”.
“El Estado avala con decretos nulos y propiciando el agronegocio estas declaraciones contrarias a la salud. Por eso tenemos que seguir organizades y luchando porque la alternativa es que nuestras vidas valgan más que sus ganancias y el camino para esto es una transición agroecología que comienza con una reforma agraria integral agroecológica”, concluyó Burgos.