El incremento de contagios y muertes porcoronavirus disparó las alarmas y expuso las diferencias entre la provincia de Buenos Aires y la Ciudad. Es que, mientras desde la Nación y la Provincia advirtieron que si se mantiene la tendencia volverán a instaurar una cuarentena más estricta, el gobierno porteño conserva la prudencia y, al menos por ahora, sostiene su protocolo de flexibilización. No se descarta que la medida impacte en las provincias.
Los encargados de intentar "despertar" la conciencia social para reforzar la responsabilidad de la ciudadanía fueron el ministro de Salud, Ginés González García, y el responsable de área en el territorio bonaerense, Daniel Gollán, quienes empezaron a preparar el terreno discursivo para implementar un endurecimiento.
Ayer, los casos volvieron a marcar un nuevo récord de contagios con 6127 y 114 fallecidos. Y confirmaron a la provincia como el nuevo epicentro de la enfermedad, con 4300 enfermos. En la Capital, en tanto, se sumaron 1267. Pese a la suba, la ocupación de camas de terapia intensiva en el Amba se mantuvo estable, en 64 por ciento.
"Vemos que determinadas variables se ponen en riesgo. Me parece que casi con seguridad vamos a tener que ir a otra etapa de endurecimiento si esto sigue así", sostuvo en diálogo con Radio Provincia el ministro de Salud bonaerense.
Un diagnóstico similar expresó González García. "Estoy preocupado. Yo venía viendo algunos síntomas que no me gustaban, algunos números. Pero creí que iban a empezar a bajar como consecuencia de la cuarentena anterior", dijo el ministro, que cargó parte de la responsabilidad sobre la gente por incumplir el aislamiento estricto que rigió en el área metropolitana entre el 1 y 17 de julio.
Y agregó: "Eso se debe a que no fue hecha [la cuarentena]de la manera correcta por lo menos por todos los argentinos. La mayoría la hizo bien, pero los que no la hacen bien nos hacen pagar un precio muy alto. Hoy mucho de lo que está pasando tiene que ver con cosas clandestinas, reuniones, asados. Son momentos muy complicados".
Si bien hubo un crecimiento de casos en los últimos días, lo cierto es que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, consideraba que no era el momento adecuado para abrir la cuarentena e incluso le avisó a un grupo de intendentes antes de ir hacia una fase más flexible que abría para "volver a cerrar".
Según la evaluación que realizaron en las últimas horas en el equipo Kicillof, lo que ocurrió fue un aumento de la velocidad de contagio, aunque la decisión final se consolidará con la información de la semana que viene.
"Si esto se consolida y proyectado en el tiempo uno supone que esto es una sobrecarga para el sistema de salud, hay que pensar en volver a fases más estrictas. Al menos esta es la visión que tenemos nosotros. Sin embargo, no lo podemos decir por dos días. No quiere decir lo que vamos a hacer ya, lo que quiero decir que estos datos no son buenos", describió el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.
"Todavía seguimos en una cuarentena, hay que ser cuidadoso y ver cuál es la dinámica que tenemos en este contexto. Si se estabiliza la velocidad y esto es manejable, por ahí no es necesario volver para atrás rápidamente", dijo Kreplak.
En la Ciudad, en cambio, son cautos. "Hay que esperar", dijeron cerca de Rodríguez Larreta. Igualmente, en la sede de la Jefatura de Gobierno en Parque Patricios tienen claro que si la cuarentena estricta desembocó en un fuerte incremento de casos es porque "la gente ya no aguanta más el encierro".
Es por esto que patean las definiciones para adelante. "Recién en los próximos días vamos a tener un panorama más claro, si se trata sólo de un arrastre estadístico o si además hay un aumento en la curva. Eso lo vamos a saber recién en los próximos días y seguramente el viernes les podamos dar una conclusión", sostuvo el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós.