Una idea que tiene buena circulación considera "progresista" al evolucionismo, y a Charles Darwin su autor. Sin embargo, un siglo antes de Darwin hubo numerosos científicos, entre los que destacó Juan Bautista Lamarck, que estudiaron la evolución biológica y sentaron sus bases. Eran científicos a diferencia de Darwin, que era un pastor anglicano aficionado al naturalismo.
El progresismo imperial inglés
El "progresismo" de Darwin está a la sombra del economista Robert Malthus, otro pastor anglicano como él, contemporáneo suyo, que debido a las opiniones expuestas en el "Ensayo sobre la población" -o más bien contra la población- no obtuvo la fama de progresista de su correligionario.
El propio Darwin reconoce que sigue las hipótesis malthusianas, expuestas por su autor de la siguiente manera en su Ensayo: "El hombre, si no puede lograr que sus padres o parientes lo mantengan, y si la sociedad no quiere su trabajo, no tiene derecho alguno a la menor ración de alimentos; no tiene por qué estar donde está. En este espléndido banquete (se refiere a la vida) no le han puesto cubiertos. La naturaleza le ordena que se vaya y no tardará en ejecutar su propia orden si no consigue compasión de alguno de los invitados. Si alguno se levanta y le deja sitio, acudirán en seguida otros intrusos pidiendo el mismo favor y se perturbará así el orden y la armonía de la fiesta, y la armonía que antes reinaba se convertirá en escasez".
Darwin reconoce expresamente que su fundamento es Malthus, al que se le ocurrió leer "por entretenimiento". Sobre los resultados de la lectura, dice: "Como se reproducen más individuos que los que pueden vivir, es necesario que haya lucha por la existencia; es la doctrina de Malthus aplicada con renovada fuerza a los reinos aminal y vegetal, porque en este caso no hay limitación de alimentos ni limitación prudente de matrimonios".
Una teoría para trabajar
Darwin agrega comentando el impacto que le produjo la lectura de Malthus, uno de los fundadores de la economía política clásica inglesa con David Ricardo y Adam Smith: "Descubrí en seguida que las variaciones favorables tenderían a preservarse y las desfavorables a ser destruidas; el resultado sería la formación de especies nuevas. Aquí había conseguido una teoría con la que trabajar".
Como es frecuente en Darwin, habla de limitación virtuosa de los matrimonios como un medio de reducir la población, siguiendo a Malthus. No se refiere entonces a la reproducción natural de plantas y animales silvestres, sino a la conducta de seres humanos en sociedad.
Darwin era un ser psicológicamente amorfo, que siguió pasivamente contra sus inclinaciones el deseo de su padre de tener un pastor en la familia y de algunos aristócratas vinculados al Imperio, como Thomas Huxley, de dar a su doctrina un sesgo competitivo compatible con el supremacismo británico.
La lectura te da sorpresas
El biólogo español Máximo Sandín sostiene que Darwin no era para nada progresista, y que muchos de los que lo alaban no han leído sus libros sino las opiniones de otros sobre él. El imperio británico, fuente final de esas opiniones, no tenía en la mira el progreso del mundo sino el suyo propio, con el que Malthus colaboró y Darwin también, cada uno a su modo.
Aclara Sandín que la oposición al evolucionismo no es el creacionismo, como proponen los evolucionistas; sino sencillamente lo contrario a ser darwinista es ser científico.
La opinión de Marx
Sandin admite que muchos entusiastas adscriptos al "progresismo" aceptan sin más que Marx admiraba a Darwin, y recuerdan que Federico Engels, en el discurso que pronunció en su entierro de su amigo en el cementerio de Highgate en Londres, puso en relación la evolución darwinista con el materialismo dialéctico marxista como momentos del mismo proceso.
Sin embargo, es una media verdad. La otra mitad, muy reveladora, está en una carta dirigida por el propio Marx a Engels después de releer a Darwin y borrar la primera impresíón:
"En cuanto a Darwin, al que he leído otra vez, me divierte cuando pretende aplicar igualmente a la flora y a la fauna la doctrina del señor Malthus, como si la astucia de Malthus no residiera precisamente en el hecho de que no se aplica a las plantas y a los animales sino solo a los hombres su progresión geométrica. Es curioso ver como Darwin descubre en las bestias y en los vegetales la sociedad inglesa con la división del trabajo, la concurrencia, la apertura de nuevos mercados, las invenciones y la lucha por la vida de Malthus Es el reino de todos contra todos de Hobbes, y esto hace pensar en fenomenología de Hegel, en que la sociedad burguesa aparece con el nombre de reino animal intelectual, mientras en Darwin es el reino animal el que representa a la sociedad burguesa"
Las secuelas del darwinismo social
Según datos de la FAO de 2008, con 30.000 millones de dólares anuales se terminaría con el hambre. Es decir, en la crisis mundial de 2007 los banqueros del mundo recibieron tanto dinero como el que los hambrientos necesitarían para comer 600 años. Y no dejaron caer sobre los pobres ni un centavo. Como quería Malthus, no estaban invitados a la fiesta y no tenían ningún derecho a estar ahí. Es al mismo recitado del neoliberalismo.
Una vez repuesto el sistema financiero de la catástrofe que él mismo había provocado, los pobres supieron que como siempre, para ellos no alcanzaba. Sin embargo, hubo para la banca todo lo que pidiera y al instante, al punto que con ironía Eduardo Galeano pedía "salvar un banquerito".
Este es un resultado del modelo económico imperante desde que las ideas de Malthus hicieron camino amparadas por el interés de los dueños del mundo y fueron tomadas por Darwim para construir una doctrina que ha colonizado a toda la ciencia.
De la Redacción de AIM.