En la residencia socio educativa Evita (San José Feliciano) conviven niños de ocho años con adolescentes de hasta 18 años, que genera situaciones de violencia y abusos, reveló a AIM el secretario de Acción Política de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), José Rizzi, quien explicó que lo que ocurre en ese hogar es síntoma de la falta de políticas públicas que contengan y reinserten a los adolescentes por parte del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), por lo que se los revitimiza en las instituciones públicas.
La problemática que tiene el hogar de Feliciano “es la que se denuncia desde hace tiempo en diferentes instituciones que dependen del Copnaf: falta de políticas claras que implican la no reinserción en la sociedad de los chicos, que no haya equipos profesionales, la ausencia de compromiso y de recursos de infraestructura y humanos”, apuntó a esta Agencia Rizzi.
En ese sentido, explicó que en la residencia socioeducativa Evita, que era para niños de hasta 11 años, hoy conviven desde 8 a 18 años, todos en el mismo espacio físico y, ahí mismo, funciona un jardín maternal. “Actualmente conviven en el hogar chicos con problemas sociales y de conducta, lo que hace que muchos niños que ingresan por un inconveniente familiar tengan que sufrir situaciones de violencia generada por adolescentes en conflicto con la Ley”, dijo el dirigente sindical, quien lamentó que esas instituciones “son usadas como ‘depósito’ de adolescentes, ya que no hay centros de recuperación de adicciones”.
En ese marco, contó que hace dos semanas “hubo un enfrentamiento entre adolescentes con armas blancas”, y agregó que también “un chico rompió un vehículo con un palo; hay consumo de drogas; y, además, las celadoras se deben poner en el baño para controlar que no pasen abusos de mayores a menores”.
“Estamos profundamente alarmados por la seguridad de los niños (quienes están alojados ahí para su resguardo) y de los trabajadores”, remarcó Rizzi.
Son las mujeres a cargo del hogar quienes hoy atienden chicos hasta 18 años “con la misma planta y director no reconoce la tarea de ellas y la problemática actual, negando los problemas existentes, que son de público conocimiento en la ciudad y en la provincia”, dijo.
“A las situaciones de violencia que viven diariamente las trabajadoras por el tipo de trabajo que llevan adelante se suma la violencia laboral que ejerce el director de la institución, lo que profundiza el conflicto”, lamentó el dirigente.
La inacción del Estado “hace que estos chicos terminen en la cárcel o el cementerio”, y ejemplificó: “En la cárcel de Victoria hubo una reyerta donde hubo incidentes (con jóvenes que habían pasado por estas instituciones) y murieron personas”.
“Los chicos con problemas no son contenidos y atendidos, sino que son escondidos y trasladados de un lugar a otro sin darle soluciones y agravando su salud mental y física, revictimizándolos, ya que sufren maltrato, violencia, consumo de drogas y abusos”, lamentó.