Se ha logrado, por primera vez, hacer que la superficie de un objeto de oro se funda a temperatura ambiente.
Ludvig de Knoop, de la Universidad Chalmers de Tecnología en Suecia, situó una pequeña pieza de oro en un microscopio electrónico. Observándola con el máximo nivel de aumento e incrementando el campo eléctrico paso a paso hasta niveles extremadamente altos, comprobó cómo influía ello a los átomos de oro.
Al estudiar los átomos en los registros del microscopio, vio algo llamativo. Las capas superficiales de oro se habían fundido, a temperatura ambiente. "El descubrimiento me asombró realmente", confiesa.
Según las conclusiones a las que han llegado él y otros investigadores, lo que sucedió fue que los átomos de oro se excitaron. Bajo la influencia del campo eléctrico, perdieron súbitamente su estructura ordenada y liberaron casi todas sus conexiones entre sí. Tras nuevos experimentos, él y otros científicos descubrieron que también es posible conmutar entre una estructura sólida y otra fundida.
El descubrimiento de cómo los átomos de oro pueden perder su estructura de esta forma abre interesantes perspectivas científicas. Junto con Mikael Juhani Kuisma, de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, Ludvig de Knoop y sus colegas parece que han abierto nuevos caminos en la ciencia de los materiales.
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