Sobre las políticas de mitigación frente al cambio climático se destaca el rol que deben cumplir los estados locales: “Es más importante para pensar nuestros escenarios y los por venir aquellas políticas que tienen que ver con la adaptación y la resiliencia. La adaptación tiene que ver con cómo podemos tener en cuenta los riesgos climáticos, los riesgos de prevención, que también necesitan obras de infraestructura”, dijo a AIM el director ejecutivo de Eco Urbano, Horacio Enríquez.

En cuanto a las políticas de mitigación se deberían implementar o promocionar a nivel nacional “es difícil el panorama que se da por las decisiones, por la negación que hay a un tema que atraviesa toda la vida, la economía, lo social, lo educativo, la salud; por lo tanto, lo que deberían ser básicamente de promoción, programas, planes, proyectos que tengan que ver con una transición hacia un desarrollo limpio y sustentable, todo lo que pueda ser vinculado a energías renovables, agroecología, economía circular”, señaló Enríquez a esta Agencia.

En este último punto, agregó que el tema “ha desembarcado en nuestras agendas y es fundamental poder pensar los residuos tanto urbanos como de distintos sectores de la producción como recursos económicos, energéticos”. Agregó al respecto: “Hace muy pocas semanas estuvimos con el Intendente de Cerrito en un simposio internacional de biogás y biometano en Río Cuarto, Córdoba, es impresionante las políticas de dicha provincia y de Santa Fe que están avanzando en inversiones y desarrollo de estas fuentes de energía renovable alternativa”.

Volviendo a las políticas, Enríquez analizó que: “Tanto en la Nación como en la Provincia deberían ser claras y contundentes vinculadas a estos temas. No solamente hay que hablar de mitigación, porque las agendas se entrecruzan entre la mitigación, la adaptación y la resiliencia. Las políticas deben poner el tema del agua como central, la protección de los humedales, de los ríos; estamos viendo cómo el cambio climático y de los regímenes de lluvias impactan en la vida, en los caudales, en los regímenes de los ríos, por eso las políticas de adaptación deben tener en claro el trabajo de cuidado del agua, de los humedales, la visión de cuencas, la promoción de comités de cuencas también es una herramienta fundamental”.

Señaló que “las acciones que pueden reducir la emisión de los gases y tener en cuenta los riesgos climáticos, desarrollar programas de prevención, son los municipios; es en definitiva en los gobiernos locales donde se juega esa cultura frente al cambio climático, de la democracia ambiental”. Por este motivo, es necesario “entender que la mitigación de los municipios, de acuerdo al tamaño, será mayor el desafío”.

Por su parte la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (Ramcc) “tiene una propuesta concreta, hoy son más de 300 en el país, alrededor de 25 localidades en el territorio provincial, que tienen para poder mitigar o poner un plan de mitigación y reducción de gases que empiezan por inventariar cuáles son las fuentes, qué gases, qué cantidades emiten, para poder hacer un plan de reducción”.

Enríquez destacó que: “Es más importante para pensar nuestros escenarios y los por venir aquellas políticas que tienen que ver con la adaptación y la resiliencia frente al cambio climático. La adaptación tiene que ver con cómo podemos tener en cuenta los riesgos climáticos, los riesgos de prevención, que también necesitan obras de infraestructura”.

Hay varios temas que desde los municipios atraviesan las agendas, indicó Enríquez: “El arbolado urbano es un tema central, ahí las políticas municipales deben tener foco en esos programas que generan tantos beneficios frente al cambio climático y para la comunidad reduciendo el calor, los impactos de las lluvias torrenciales, absorbiendo los gases de escapes y tantos otros impactos que tenemos en nuestra salud comunitaria”.

En cuanto a la resiliencia, “todo lo que tenga que ver con la participación, la organización de la comunidad es un camino fundamental para generarla junto a la adaptación frente al cambio climático. Ahí aparecen agendas importantes como los empleos verdes, oportunidades que se están generando para pensar diseños sostenibles, producciones alternativas, la agroecología, el alimento sano”.

“Es un tiempo en que las políticas frente al cambio climático tienen que tener un eje claro que es la educación ambiental, las capacitaciones, sensibilización, para que nuestras comunidades entiendan el contexto y los riesgos que el aumento de la temperatura global genera sobre nuestros territorios, y a partir de esa masa crítica poder organizar nuestra comunidad para que definitivamente incorpore hábitos como la separación de residuos en origen, el cuidado y ahorro del agua, de la energía”, concluyó.