“Hemos probado que hay muchísimas políticas que son efectivas, que la tarea primera que hacen las diferentes casas de refugio para contener las situaciones de muchísimo riesgo son efectivas, necesarias y hay que sostenerlas”, dijo a AIM la referente del feminismo entrerriano Lucy Grimalt, al analizar el desmantelamiento de diferentes políticas y organismos de lucha contra las violencias por parte del Gobierno nacional de Javier Milei.
“Para enfrentar las violencias que impone el patriarcado hacia los colectivos de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries es necesario un trabajo permanente y sostenido desde los mismos colectivos sociales, de derechos humanos y un Estado con una política activa permanentemente, y al detener esa rueda lo único que hacemos es detener el circuito que a pesar de las falencias, los grises, las frustraciones, el balance es positivo porque hace 30 años no teníamos el estado de conciencia que tenemos hoy, la mayoría de la sociedad no sabía cómo actuar y quedaba en manos de dos o tres expertas qué era lo mejor que había que hacer”, definió Grimalt a esta Agencia.
En la actualidad, “hay muchas organizaciones que trabajan con círculos o grupos de autoayuda para trabajar la autoestima de las mujeres, que realmente son espacios terapéuticos para poder ir saliendo de ese círculo de la violencia. Hoy la sociedad entera, con el movimiento Ni Una Menos que comienza en 2015, tiene conciencia y sabe que esto no está bien, que mirar para el otro lado lo único que va a hacer es continuar teniendo violencia y que alguna vez me va a tocar a mí o a alguna de las mujeres de mi círculo afectivo más cercano”.
A través de las políticas de género, enfatizó Grimalt, “esto ha cambiado, hemos probado que hay muchísimas políticas que son efectivas, que la tarea primera que hacen las diferentes casas de refugio para contener las situaciones de muchísimo riesgo son efectivas, necesarias y hay que sostenerlas. Tenemos muchísimo personal del Estado capacitado, entrenado, para poder trabajar y acompañar los procesos de recuperación con las sobrevivientes de violencia. El panorama es totalmente distinto de hace 30 o 40 años atrás, es positivo, lo cual demuestra que el Estado es necesario que esté presente, no es una de imaginación o porque alguien quiere ganar dinero, como dice el presidente Milei, estar señalando que la perspectiva y las teorías de género nos han servicio muchísimo para poder analizar todo lo que concierne alrededor de las violencias”.
Por este motivo, consideró negativo: “Detener la rueda, si dejamos de señalar al patriarcado como el gran sistema de opresión y dominación que permite las violencias de género, que entrena a la sociedad y a los varones en particular para ejercerla, si dejamos en nuestras escuelas de impartir la educación sexual integral que es una herramienta para modificar modelos de relaciones, si dejamos de trabajar los vínculos y el único modelo que pueden tener nuestros niños es el vínculo que ven en sus familias que a veces está atravesado por la violencia, si no se muestra que hay otros vínculos amorosos, si el Estado se retira de todo lo que tiene que ver con la asistencia de justicia, económica concreta de acompañar para poder dar un primer impulso a estas mujeres que están en situación de violencia y lo económico impide que puedan tomar la decisión de irse, de poder salir y romper con esa telaraña que es la violencia que las ahoga pero no pueden romperla porque la cuestión económica pesa mucho, si el Estado se retira de todo y si nosotros como sociedad empezamos a mirar para otro lado, si dejamos de reclamar que el Estado se haga cargo porque las violencias tienen que ver con un cambio cultural, que no es una cuestión personal, sino que tiene que ver con un sistema de dominación en el cual una sociedad tiene que decidir y definir qué tipo de vínculos va a sostener”.
Para Grimalt: “El Gobierno nacional desarmando primero el Ministerio de las Mujeres con una gran mentira, con ejercicio de la violencia institucional por parte del presidente de la Nación porque se puede hacer una crítica a un funcionario por el desarrollo de su gestión pero no que es una mentira trabajar y que no es necesario tener un ministerio que se ocupe de este problema que es estructural, que existe en todas las sociedades y que la Argentina había dado pasos muy grandes, muy importantes para ver de frente este problema que nos afecta”.
Señaló asimismo que “desfinanciar por todos lados las distintas políticas de prevención y asistencia que se habían venido construyendo a lo largo de más de 30 años en Argentina, con políticas que son permanentemente revisadas, desmantelar todas esas políticas como por ejemplo el Instituto contra la Discriminación (Inadi) que era una política de Estado fundamental para desarmar todo el dispositivo de violencia sobre el que se asientan muchísimas de las causas que producen las violencias de género, no contar con ese organismo realmente es una pérdida muy grande y lo vamos a ver con muchísima preocupación cuando empiecen a aumentar las situaciones de violencia”.