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Política
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Incendios en el Delta: Cómo el Gobierno elude el problema real

Endicamientos, un problema de larga data.
Endicamientos, un problema de larga data.

Desde hace un mes, comenzaron a hacerse notar, -por el humo que llegó a las zonas adyacentes- los incendios en los campos del Delta entrerriano. Funcionarios, políticos, periodistas y hasta algunos, que se autonominaban “especialistas”, dieron explicaciones que fueron de lo grotesco a lo ridículo. “Ninguno de ellos planteó el problema real de la destrucción del Humedal Delta del Paraná, ni pidió cárcel para los que construyeron ilegalmente más de cinco mil kilómetros de caminos y diques”, afirmó a AIM el ingeniero Agrónomo Carlos Cadoppi.


Cadoppi, dirigente, productor e ingeniero agrónomo con 50 años de presencia en el Delta entrerriano, afirmó a esta Agencia que duda que “alguno de los incendios ocurridos haya sido intencional. El rozado (quema) de campos para favorecer la aparición de pastos naturales para el ganado, es una práctica abandonada hace años, pero si alguien la hiciera no es en esta época del año ni mucho menos en las condiciones de sequía que sufre todo nuestro Humedal”. Así desestimó de cuajo la versión del ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, quién presentó una denuncia penal contra los productores o arrendatarios “que están realizando quemas de pastizales en el delta del Paraná”.

El agropecuario hizo alusión a otra versión que circuló afirmando que las quemas eran con fines turísticos. “¿Para qué quemar? Audaces para hablar de lo que no saben por un par de minutos de cámaras”.

Sin embargo, aclaró que “ninguno de todos los que hablaron sobre el tema pidió cárcel para los que construyeron ilegalmente más de cinco mil kilómetros de caminos y diques, ni para los que utilizan agroquímicos prohibidos en nuestro Humedal Delta cuyos residuos van al agua que consumimos más de dieciocho millones de personas, ni para los que cortaron clandestinamente ríos y arroyos inundando a quienes quedan aguas arriba”.

Además, precisó que, en Ibicuy, por ejemplo, “un propietario que ya había cortado varios arroyos que derivaban por declive las aguas hacia el Río Uruguay, -el más importante el Arroyo Carqueja- terminó su obra apropiándose de terrenos de la dirección Provincial de Vialidad, cortando el préstamo de la ruta provincial 45, haciendo lo mismo con otros varios arroyos, para cerrar su campo. Abajo quedan más de 170 mil hectáreas condenadas a la inundación permanente”.

Teléfono para los funcionarios
En rigor, se trataba de arroyos que, además de la salida de aguas en épocas normales o de crecientes, “ahora tienen el aporte del lavado de arenas que se destinan a vidrios y a Vaca Muerta. Para completar el cuadro del delito se ven desde la misma ruta, durmientes y trozos de vías de Ferrocarriles Argentinos usados para cerrar las obras. La directora de Vialidad provincial, Alicia Benítez, no se dio por enterada pese a que le hiciera llegar la denuncia correspondiente en el mes de abril pasado”.

En rigor, no es la primera vez que Cadoppi denuncia esta situación. Está cansado de luchar contra la inoperancia del Estado y de sufrir la desidia de algunos privados, a quienes no les importa si endicar perjudica a los vecinos. “La forma de aumentar la producción de alimentos pasa ciertamente por aumentar la eficiencia productiva, pero muy claro está que debe ser respetando los ecosistemas naturales, sean humedales, selvas, bosques, estepas”, dijo. Antes, ya había denunciado a los ministerios de Medio Ambiente y de Agroindustria de la Nación, ausentes durante los casi cuatro años de la gestión de Mauricio Macri. Ahora espera que los funcionarios de los actuales gobiernos nacional y provincial se ocupen cómo se debe del tema.

El verdadero problema
Para el ingeniero, aplicar técnicas agronómicas diseñadas para tierra firme, construir clubes náuticos cambiando el humedal por tierra firme y sistemas acuáticos, aplicar herbicidas e insecticidas no aprobados para ser utilizados los humedales, cortar cursos de agua, “es lo que se hizo hasta ahora, que trajo como consecuencias que las 300 mil hectáreas del Delta bonaerense perdieran la capacidad de hacer aportes ambientales, productivas y sociales”.

Pero Entre Ríos, con 1,4 millones de hectáreas de humedales, marcha por el mismo camino. “Esta es la situación que debemos revertir, todas las herramientas técnicas y científicas demuestran que es posible hacerlo. Es fundamental revertir los daños de las obras clandestinas y garantizar el natural escurrimiento de las aguas en el Delta. También es clave que se potencien desde el Estado Nacional aquellas actividades productivas y sustentables, para que además de tener un Humedal sano, que además sea productivo. Nadie mejor que un isleño para cuidar al Delta”.

Amplio debate
Es prioritario generar en la provincia un amplio debate sobre el tema del que participen todos los involucrados, en especial estudiosos y científicos del tema. “Un proyecto de ley presentado en la Cámara Baja de Entre Ríos sobre el manejo de nuestro humedal es, a mi entender, una pieza fundamental para abordarla con honestidad intelectual y comenzar a resolver el problema. El Humedal Delta del Paraná tiene una inmensa potencialidad productiva, económica, social y ambiental que estamos destruyendo inexorablemente”.
De la Redacción de AIM.

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