La precandidata a concejal en primer orden del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) dentro del Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad (Fitu), Keili Gonzales, podría ser la primera referente trans de Entre Ríos en ocupar un cargo electivo en el Estado. “No quiero que les demás sigan haciendo política por mí; quiero crear y creer otra sociedad posible, dar voz a nuestras luchas en los espacios de decisiones y porque el sistema capitalista no tiene nada para ofrecernos: soy Socialista y quiero empezar a escribir otra historia”, afirmó a AIM.
No es fácil romper barreras y desmontar prejuicios, pero no es imposible. La dialéctica histórica de la humanidad demostró que las micro historias movilizan y, a partir de ellas, emanan como resistencia (oposición al orden establecido) nuevas construcciones hacia un mundo más justo, inclusivo y solidario. Las travestis y trans son, en la comunidad gay, las más estigmatizadas, marginadas y negadas, pero sus voces cada día se escuchan más y negarlas ya no es una opción.
“Nos fue difícil transformar vulnerabilidad en amenaza”, aseguró a esta Agencia Keili González, quien podría llegare a ser la primera concejal trans y trotskista de Entre Ríos. Su lista lleva a Gabriel Solano (PO) y Vilma Ripoll (MST) como precandidatos a presidente y vice; a nivel provinciala la precandidata a gobernadora es Sofía Cáceres Sforza y el vice Gabriel Geist; como precandidato a diputado Nacional Nicolás Zuttión y encabezará la lista de diputados provinciales Nadia Burgos. En Nogoyá el precancandidato a intendente es Victordioni Romero y precandidata a vice Natalia Albornoz. También, estarán como precandidato a senador por el departamento Rafael Juárez y precandidata a senadora suplente María José Núñez.
Keili irrumpe en la escena heterosexual patriarcal de la política y es contundente. No está contenta, ya que “ser la única, no tiene nada de positivo”, aseguró, porque explicó que “negar el reconocimiento de la coexistencia de las travestis y trans en las estructuras partidarias tradicionales y que defienden un régimen capitalista, en la participación política electoral, es el reflejo de la perspectiva que manejan esos espacios y, en consecuencia, el motivo suficiente para no concedernos, negarnos y limitarnos los derechos. De eso se encargaron perfectamente quienes nos gobernaron. Necesitan que las travestis y trans estemos para teñir de progresismo sus espacios, pero no conceden lugares que posibiliten poner nuestras voces allí”.
En ese marco, señaló que poder organizarse y que sus voces sean parte de las construcciones, les permite “pensar el cuerpo en acción, como cuestión revolucionaria que explicita la necesidad de transformarlo todo”, porque tienen una gran pelea contra los espacios a los que solo le sirven como ícono de la particularidad, porque está declarado que están en rebeldía hasta que se ponga de manifiesto su existencia y bajo una participación activa.
Para la comunicadora social cambiar los preceptos culturales, “no es posible desde la micropolítica, porque no impactan cuando se habla de comunidades y colectivos que crecimos en los márgenes de toda vida vivible”, pero consideró que, tampoco, es solo con una perspectiva travesti trans o de género: “No basta solo con nosotras. La historia lo demostró; la sectorización hace que las luchas se dispersen, sin tener la capacidad posterior, de poder unificar criterios, que permitan avanzar en un polo común para arrebatarle al Estado lo que nos debe”.
“Creo en la diversidad de las luchas que atienda las particularidades, pero atadas a la transversalidad y la concatenación, principalmente con la obrera, que nos posibiliten la construcción de un programa y en consecuencia en la acción conjunta que nos permita arrebatarle al Estado lo que nos debe”, dijo la precandidata a concejal.
“Pelearla en este ámbito permite pensarme como una sujeta política”
La dirigente se piensa en escena política desde la organización y la construcción de la herramienta política “para derrumbar las barreras que separa el interés individual que actualmente posee una casta política privilegiada local, por representantes que pregonen una democracia real y obrera, que porte las banderas de la organización colectiva y el descontento como activador político”.
Sus acciones apuntan a construir otro proyecto de mundo, en contraposición a los partidos tradicionales y hegemónicos que están servicio del capital: “Pelearla en este ámbito permite pensarme como una sujeta política capaz de enfrentar el mundo fracasado que nos dejaron las estructuras tradicionales, fiel reflejo del patriarcado y de alianzas totalmente capitalistas en los frentes gobernantes”.
En ese marco, aseguró que cree “que las luchas se deben congeniar y allí las travestis y trans no ser nunca más furgones de cola”, por lo que la mueve “el hambre y la desidia de la clase obrera y popular, el amor que recibo y el deseo de una sociedad diferente”.
“A las travestis nos fue difícil transformar vulnerabilidad en amenaza y no quiero que les demás sigan haciendo política por mí. Quiero crear y creer otra sociedad posible, porque quiero darle voz a nuestras luchas en los espacios de decisiones y porque el sistema capitalista no tiene nada para ofrecernos. Soy socialista y quiero empezar a escribir otra historia”, aseguró.