La posible dolarización que propone a mediano plazo el gobierno de Javier Milei “sería terrible para la Argentina”, afirmó a AIM el impulsor de la cátedra abierta por un Mundo Nuevo, Luis Lafferriere, quien agregó: “Quiero descartar que avancen también en esto que yo denomino el plan masacre contra la sociedad, porque, en general, se habla de dolarización como una solución para los problemas que trae la inflación al país, y en realidad, no lo es”.
Lafferriere, que fue profesor de Economía Política en varias universidades durante casi 40 años, entre ellas, la Uner, la UBA y la UNL, y ahora, es impulsor de la cátedra abierta por un Mundo Nuevo, explicó a esta Agencia que “dolarizar materialmente significaría que el Estado entrega dólares a cambio de los pesos que están en circulación; retira los pesos y entrega los dólares a cambio de los pesos. El tema es, ¿a qué valor?”.
Afirmó además que dolarizar “sería terrible para la Argentina. Están pasando cosas espantosas, así que quiero descartar que quieran avanzar también en lo que denomino el plan masacre contra la sociedad, porque en general se habla de dolarización como una solución para los problemas que trae la inflación al país, y no lo es. La inflación que estamos sufriendo, sacudidos, por el aumento incesante pero además bestial de los precios, tiene como consecuencia la pérdida del poder adquisitivo en los ingresos que tiene la gran mayoría de la población”.
El profesor ejemplificó: “Si vas a comprar algo no alcanza, cada vez alcanza menos; disminuyen las ventas de cosas que son esenciales como los alimentos; los jubilados están perdiendo más del 40 por ciento de sus ingresos por la inflación y, fundamentalmente, parece que habrá aumentos mayores en los medicamentos, lo cual es muy grave, porque los medicamentos son un componente esencial de la canasta de los mayores adultos”.
Los medios no ayudan
Lafferriere agregó que, en general, los medios de comunicación “no han ayudado a informar lo que sucede y a explicar con claridad, porque responden, en general, a intereses muy poderosos, concentrados, económicos o políticos, eso es indudable. No quiere decir que por ahí no existan algunos espacios, algunos rincones, algunas grietas que salen de algún medio, pero el grueso y la gran mayoría de los espacios de los medios están para confundir y engañar”.
El problema es la inflación
Para Lafferriere, el verdadero problema es la inflación, “porque genera una pérdida de la calidad de vida; así, se dice que la dolarización podría ser una solución; y en realidad no es tan sencillo dolarizar, porque primero hay que tener los dólares para cambiarlos por pesos y hoy por hoy, no los tenemos. Y los pocos dólares que hay, si nosotros tuviésemos que comprar con los pesos que se van a cambiar, hablaría de la relación del dólar, no de a ochocientos y pico como está ahora el dólar oficial, sino miles, varios miles de pesos por cada dólar”.
Lafferriere señaló que trata de decir lo que significan las cosas, “no con términos técnicos, porque sino no lo entiende nadie. Los dólares son pocos, y además están todos comprometidos, y tenemos una deuda fabulosa; es decir que no puede tampoco tener algo de reserva y entregarla toda porque (el Estado) se quedaría sin dólares. Entonces, el valor dólar alcanzaría una suma enorme, varios miles”.
El docente explicó que “si se cambia el valor de los pesos y se entregan los dólares, hay que ver a qué valor, eso no es una cuestión menor. En la actualidad, el dólar comercial está a ochocientos y pico, o sea, tiene una devaluación del 100 por ciento y ha generado una inflación feroz, fenomenal, letal para la gran mayoría de los bolsillos de los argentinos. Imagínense si el dólar estaría a 3.000 pesos, lo que significaría, pulverizaría el poder adquisitivo de la gente, y ni hablemos de 10.000 pesos, lo cual puede ser muy real si llegaran a hacerlo, porque no hay dólares”. “Su valor, al cambiar por el peso, significa que puede pararse la inflación, por supuesto, si entregás dólares a cambio de pesos; lo que sucede es que nadie tendrá un dólar. Se detendrá la inflación, es cierto, pero la gente va a tener un ingreso mínimo, digamos, a 10.000 pesos el dólar; con un ingreso de 500.000 pesos son 50 dólares, y con 50 dólares, una familia come dos o tres días”.
Lafferriere aseguró que “el problema no es la inflación, sino los efectos que genera. Y una dolarización generaría un efecto mucho más negativo que la inflación actual; y no tendríamos inflación, pero no tendríamos plata, no tendríamos con qué comprar, la gente no tendría ingresos. ¿Por qué?, porque tendría muy pocos dólares”.
El infierno tan temido
Para el economista, eso no termina allí, sino que sería el comienzo “de un infierno que empezaría a vivir la sociedad argentina. ¿Por qué?, primero porque empezaría ya, como está hoy a medio camino, y hoy ha caído el poder adquisitivo, casi el 60 por ciento de la población está viviendo en la pobreza. Imagínense lo que sería con un dólar no a ochocientos y pico, sino a 3.000 o 10.000 pesos; sería el 90 por ciento de la población o más con ingresos irrisorios que no alcanzarían. ¿En dólares? Sí, en dólares, bárbaro, sin inflación. No nos alcanzaría para comprar nada. Primer tema”.
Pero, aseguró, “los problemas vienen después, si la gente tiene dólares y ya no existe más el peso. ¿Qué pasará si el Estado, que tiene que afrontar un montón de gastos, tiene que cubrir la seguridad, la salud, la educación, y no le alcanza con los ingresos que obtenga por la recaudación? ¿Qué ha pasado históricamente en la Argentina? Si el Estado no logra ingresos suficientes con la recaudación emite dinero, es decir, le pide prestado al Banco Central, el Banco Central emite, le presta al Estado y paga y sigue. Así nosotros estuvimos 60, 70 años sin problemas, con una inflación de 20, 30 por ciento, pero no como ahora, y una sociedad que logró vivir como logramos recordar en los años 70, en muy buenas condiciones. Entonces, es posible. Ahora, si tenemos un Estado que no puede emitir porque hay dólares nada más, y no hay dólares, si el Estado no tiene la cantidad suficiente de recaudación no puede pagar sus gastos. Y si no paga sus gastos, ¿qué hace, qué pasa? La realidad es que prácticamente, se paralizan todos los servicios”.
Y concluyó: “¿Hay necesidad y urgencia de actuar en la Argentina? Sí, la hay. ¿Para qué? Para terminar con la pobreza y con el hambre, esa es la urgencia. Ahora, justamente, las medidas que se toman, tristemente, son para potenciar la pobreza y el hambre”. Se preguntó si la sociedad argentina quiere llegar a ese punto y opinó: “Nos merecemos vivir en un país donde todos tengamos los mismos derechos y obligaciones, pero en muy buenas condiciones de vida. ¡Nos las merecemos!”.
De la Redacción de AIM.
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