Ingresó en la Cámara de Diputados de la provincia un proyecto de Ley por el que se busca poner en marcha el programa Red Provincial para la Prevención, Diagnóstico y Tratamiento Integral del Accidente Cerebrovascular (ACV), confirmó AIM.
La norma busca que el Estado garantice “el acceso a la cobertura necesaria para la prevención, diagnóstico y tratamiento integral del ACV, incluyendo el tratamiento del ACV isquémico por vía endovenosa y endovascular”.
En ese marco, se realizarán dos registros uno de establecimientos sanitarios públicos y privados especializados en el tratamiento del ACV y, el otro, de pacientes víctimas de ACV.
Además, la provincia (junto a otras jurisdicciones) tendrá el sistema de alerta y organización Código de ACV en los traslados de emergencia públicos y privados y en una línea telefónica de emergencia, de modo tal que permita la evaluación del paciente en forma prioritaria
La iniciativa fue impulsada por Julio Solanas.
¿Qué es el ACV?
El accidente cerebro vascular (ACV) se produce cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene y provoca muerte celular. Existen dos tipos de ataque, el isquémico (ictus isquémico o infarto cerebral) y el hemorrágico (ictus hemorrágico, derrame cerebral o hemorragia cerebral). La mayoría de los ACV se producen por eventos de tipo isquémico y se dan ante la formación de coágulos de sangre en las arterias que nutren al cerebro o cuando un coágulo que se generó en otra parte del cuerpo se instala en el cerebro. Los de tipo hemorrágico, provocan sangrados en el interior del cerebro o las capas que lo rodean ante la rotura de un vaso sanguíneo.
Un ACV produce síntomas variados tales como adormecimiento de una parte del cuerpo (la mitad de la cara, un brazo o una pierna), dificultades para hablar y comprender, pérdida total o parcial de la visión, dificultad para caminar o pérdidas del equilibrio y coordinación, fuertes dolores de cabeza (más intensos que una migraña corriente). Ante su detección, la atención médica inmediata aumenta las posibilidades de recuperación y disminuye la probabilidad de secuelas. Resulta crucial la pronta y efectiva atención del paciente para prevenir los daños del ataque sobre la actividad motora del cuerpo, el lenguaje, la visión, la actividad psíquica y, en última instancia, evitar la muerte.
Los ataques cerebrovasculares constituyen una de las patologías más importantes en materia de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son la segunda causa de muerte en el mundo, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano. Se estima que en nuestro país anualmente ocurren entre 130.000 y 190.000 ACVs, es decir, un promedio de 1 cada 4 minutos. El 30 % de las personas fallecen en el primer mes, lo cual arroja un resultado entre 39.000 y 60.000 fallecimientos por año.