A pesar del crecimiento de nuevas tendencias de consumo, la carne vacuna argentina puede explotar las bondades e ideales que la mayoría de los argentinos tienen sobre este alimento emblemático y que son ratificadas por distintos estudios y encuestas. Por Adrián Bifaretti* y Eugenia Brusca**.
A pesar del crecimiento de nuevas tendencias de consumo, la carne vacuna argentina puede explotar las bondades e ideales que la mayoría de los argentinos tienen sobre este alimento emblemático y que son ratificadas por distintos estudios y encuestas. Nota de Adrián Bifaretti* y Eugenia Brusca**.
Todos los días encontramos nuevas palabras. Palabras actuales, de moda, que reflejan sin duda no sólo una época de cambios sino un cambio de época.
La palabra “vegano” ya es familiar para muchos, quizás “centennial” o “millennial” para referirse a las nuevas generaciones también. En cambio el término “flexitariano”, que puede no resultar familiar para otros, hace referencia a una conducta alimentaria que permite el consumo de carnes pero contempla una disminución progresiva de estos productos, siendo vista por muchos esta postura alimentaria como un paso de transición hacia el veganismo o vegetarianismo.
En este contexto ¿sabías que en la Argentina existe un 30% de la población que se siente representada por esta conducta alimentaria? Esto se da más allá de consciencia o no del significado.
Este porcentaje puede parecer elevado si no se sabe cuáles son las razones por las que una persona decide tomar esta conducta alimentaria. El estudio de la demanda, sus preferencias, creencias y cambios son indispensables para poder llevar adelante una correcta estrategia de promoción de la carne argentina. Es por ello que el IPCVA en uno de sus monitoreos online del consumidor argentino, realizado cada dos meses, preguntó cuáles son las razones que llevan a una persona flexitariana a comer menos carne.
Entre las respuestas se destaca su creencia que una dieta con menos carne es más saludable. Otras razones son el cuestionamiento a la carne por maltrato animal o supuesto daño ambiental. Queda claro aquí que por su alcance, y por su contundencia en las respuestas, no pareciera una moda, si no por el contrario, una clara tendencia en la que entran en juego cuestiones éticas y morales.
Ahora, si esta tendencia parece firme, la pregunta que le cabe a la carne vacuna argentina, con todo lo que significa en un país productor y exportador de carne bovina es ¿Puede la carne reposicionar el producto y reconquistar a esos consumidores que hoy están abandonando el producto?
* Ing. Agr. M. Sc. Adrian Bifaretti, jefe de departamento de promoción interna del Ipcva.
** Lic. Eugenia Brusca, Asistente de departamento de promoción Interna del Ipcva.
Para lee más: http://www.ipcva.com.ar/vertext.php?id=2454
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