Con el 90 por ciento de la superficie sembrada, el girasol se afianza en Chaco y en el centro-norte de Santa Fe. La buena reserva de humedad en el suelo y las condiciones climáticas permitieron adelantar la siembra. Técnicos del Inta brindan recomendaciones para obtener buenos resultados.
Según el informe semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las buenas condiciones climáticas que se registraron durante las últimas semanas permitieron adelantar la siembra de girasol en Chaco y en el centro-norte de Santa Fe. En las próximas semanas se sumaría la provincia de Buenos Aires, lo que ayudaría a alcanzar 1.900.000 hectáreas proyectadas para la presente campaña.
Sobre el centro del Chaco, la siembra está casi concluida. “Este año, la siembra se adelantó”, afirmó Gerardo Quintana –especialista en cultivos del Inta Las Breñas– y agregó: “Hay productores que comenzaron a sembrar a principios de julio, afrontando un fuerte riesgo por heladas tardías, impulsados por las condiciones climáticas y las lluvias de los últimos meses”.
“Un reflejo de las buenas perspectivas para este año es el adelanto en la fecha de siembra y las aproximadamente 500.000 hectáreas implantadas en nuestra zona”, indicó Quintana y señaló que el impulsó que ganó el girasol en el último año se debe al buen precio que tiene en el mercado y la rentabilidad que deja, en comparación con otros cultivos.
En cuanto al crecimiento y desarrollo de la oleaginosa, Quintana explicó: “Estamos transitando un año frío, pero con precipitaciones que salen de lo común para esta zona. De hecho, hay lotes más adelantados que transitan la etapa de diferenciación foliar con una condición de cultivo entre normal y buena”.
La buena reserva de humedad en el suelo y las condiciones climáticas permitieron adelantar la siembra en el Chaco y centro-norte de Santa Fe.
El girasol es un cultivo de invierno y primavera. Sin embargo, técnicos del Inta recomiendan iniciar la siembra en la primera semana de agosto para escapar al riesgo de heladas, debido a que el daño por helada impacta directamente sobre el potencial de rinde del cultivo.
“Los lotes que fueron sembrados a principio de julio hoy tienen un par de hojas afuera y, a pesar del riesgo de heladas, el cultivo crece lento a causa de las temperaturas frías registradas este año”, señaló Quintana.
En el norte de Santa Fe la situación no es muy distinta. Con un 95 por ciento de avance en la siembra, el girasol resiste como puede los embates de las heladas. De acuerdo con Sebastián Zuil –especialista en Producción Vegetal del Inta Reconquista–, “venimos con una secuencia de heladas muy importante que retrasa la emergencia de las plantas”.
“Este año vemos más superficie con girasol en nuestra región”, indicó Zuil quien manifestó: “La expectativa de siembra es alta debido a que es el cultivo que, en nuestras condiciones, es el que mejor margen bruto deja al productor”.
El impulsó que ganó el girasol en el último año se debe al buen precio que tiene en el mercado y la rentabilidad que deja, en comparación con otros cultivos.
Por las características de la planta, es un cultivo que tiene poca incidencia de plagas en la región. “Es frecuente que el girasol termine todo su ciclo sin necesidad de realizar ningún control de plagas, pero dentro de las que suelen causar daño se encuentra un coleóptero que habita en el suelo y causa daño en las plántulas recién emergidas”, expresó Quintana quien advirtió sobre la importancia de monitorear los lotes.
Al igual que en Chaco, en el norte de Santa Fe es un cultivo que no tiene grandes problemas de plagas ni enfermedades. De todos modos, Zuil hizo hincapié en la importancia de la correcta elección de los híbridos.
En la región, el margen bruto del cultivo es positivo y, en general, el productor no aplica fertilizantes. Para maximizar los resultados, es posible pasar de los 1.800 kilos por hectárea de rinde promedio a los 3.500 kilos que se pueden obtener gracias un buen manejo del lote y un adecuado ajuste de la fertilización.
“Antes de fertilizar es fundamental hacer el análisis de suelo. Esta herramienta permite ajustar las dosis según el momento y los requerimientos del cultivo para mejorar los resultados”, aseguró Zuil y añadió: “Necesitamos lograr el quiebre tecnológico para incorporar al girasol como un elemento más de la rotación de cultivos”.
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