La Mesa de las Carnes analizó “con profunda preocupación e incertidumbre” la nueva Resolución 295/2023 del Gobierno Nacional, “que vuelve a intervenir en forma intempestiva y arbitraria el comercio de granos, afectando al maíz que es el principal recurso en la alimentación en las cuatro carnes”. Por Coninagro participan de la mesa Felipe Tavernier, Georges Breitschmitt y Gonzalo Álvarez Maldonado. Por parte del Área de Economía integra la Mesa Silvina Campos Carlés.
La tensión de precios existente antes de la Resolución 295/2023, “ya tenía a las cuatro carnes en una situación de crisis, y la distorsión que instala en muchos casos no se podrá trasladar a precios por la situación de los mercados”, indicaron desde la Mesa y preciaron que “a raíz de esto se provocará el peor daño de todos, que será la disminución de la producción, el vaciamiento paulatino de los corrales de engorde, el replanteo de dietas de menor calidad en el resto de las producciones, el freno de las inversiones y al empleo”.
En ese marco, señalaron que la Mesa de Carnes “está trabajando en los Lineamientos Estratégicos de la Cadena para los próximos años, sin mucho que explicar esta resolución va en sentido contrario a la producción, inversión y generación de empleo”.
El presente de la carne argentina
El presente de la carne vacuna que todavía no se recuperó de la sequía que la afectó y cuyos daños todavía no los podemos terminar de ponderar. El retraso en el precio al consumidor, producto de una faena anticipada y de menores pesos provocando un aumento de oferta estacional, sumada a la baja de precios internacionales con un dólar atrasado menos retenciones del nueve por ciento, pone ya a toda la cadena en condiciones de quebranto. Hoy más del 80 por ciento de la producción bovina realiza suplementación ya sea en forma estratégica, o bien se realiza en corrales de alta tecnología, con los mayores estándares de sanidad, bienestar y calidad, donde el maíz es el principal insumo. Esta nueva medida es un mazazo a la producción.
La carne aviar, por su parte, atraviesa una de las peores crisis de su historia. Al mismo panorama económico social que enfrentan las cuatro carnes, se le suma la aparición de una nueva enfermedad, la influenza aviar, que no solo afecta la producción, si no que hizo perder, transitoriamente, los mejores mercados y de mejores precios en el contexto internacional. La carne aviar que se posicionó en los últimos años tanto en el mercado interno como en los más exigentes mercados internacionales hoy lucha para mantener su nivel de producción y empleo.
No es muy distinto el impacto en la cadena porcina, una producción que ha sido en los últimos años ejemplo de desarrollo, inversión, producción y empleo, que viene aumentando sus exportaciones con gran sacrificio a costa a veces de exportar a perdida para ganar mercados.
El cuadro de situación es similar en la carne ovina, agregado la particularidad de que el maíz está lejos de las zonas productoras y a su costo se le debe sumar un flete, que a veces supera en valor de esta mercadería.
La economía tiene vasos comunicantes, y el alza del precio del maíz ya impacta en otros insumos alternativos como es el caso del afrechillo de trigo cuyo precio se disparó con la sola mención de la nefasta resolución.
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