La celebración de la Nochebuena es una costumbre de nuestro país, porque se trata de la cena más tradicional del año en el mundo occidental. Música, decoración, menú, reencuentros, todos son detalles que suman, aunque la impronta la pone cada familia, que propone formas particulares para que el momento sea único. Sin embargo, en medio de la pandemia de Covid 19, es necesario tomar medidas para evitar la propagación del patógeno. Espacios abiertos, uso de tapabocas, no compartir utensilios y agruparse por convivientes, entre algunas de las recomendaciones principales, supo AIM



En algunas familias, como la de Amelia Pérez, comienzan con la organización de la cena de Nochebuena varios días antes. La mujer comentó que “que en primer lugar hay que decidir donde será la reunión y a partir de ahí, qué es lo que se va a comer y qué es lo que le corresponde llevar a cada uno”. Sin embargo, admitió que este año, por la pandemia, “la familia deberá tomar otras precauciones, porque en nuestra mesa habrá adultos mayores, como mis abuelos, que ya son octogenarios”.

En referencia a lo que consideran el verdadero espíritu navideño, “tenemos la costumbre, una vez que está definida la celebración, de reunir alimentos y obsequios para entregar a familias carenciadas, que son los que más lo necesitan”. Es en ese día en el que los más pequeños arman el pesebre y algunos mayores van a misa, para reunirse por la noche para celebrar por la unión de la familia y recordar a los que ya no están o no pudieron reunirse. “Con Covid o no, para nosotros en la fiesta familiar más importante del año”.

En la familia de María Garcilazo, en cambio, al momento de acercarse la Navidad lo único que tienen definido es el lugar de encuentro. “Lo que realmente importa es reunir la mayor cantidad de familia posible, después pensar en preparar la comida y los adornos para ese encuentro. Igualmente, con esto del Covid estamos todos con un poco de temor, asi que no habrá tantas personas en nuestra mesa, como ha sido siempre”.

Con respecto a los obsequios, “si bien no son lo más importante, aunque los hijos o sobrinos hayan crecido, la costumbre de regalar se mantiene en la familia. Pero, “por el hecho de celebrar con comida y regalos, no olvidan que para ellos es un día emotivo, espiritual, el momento de agradecer por el bien estar más que por lo material.”

Para Delfina Perezzutti, que tiene la costumbre de festejar las fiestas de fin de año con la familia materna, con muchos tíos y primos, “más allá del significado que tiene la navidad para la religión católica, es el momento más esperado del año, ya que es cuando realmente se valora la unión de la familia. El hecho de reunirse alrededor de la mesa va más allá de comer y beber. No obstante, este año habrá que bajar un poco al momento de celebrar, porque ante la pandemia, es mejor prevenir para que nadie se enferme”. Sin embargo comentó que se siente molesta cuando se da cuenta que cada vez se le presta mayor importancia a la parte comercial, y ya casi nadie se acuerda de hacer un balance de fin de año, “de reconciliarse y agradecer, y particularmente este año, que ha sido muy complejo para todos” .

Espacios abiertos, con distancia y agrupados por convivientes
Una vez en la reunión de Navidad o Año Nuevo, limitar la cantidad de personas es una de las medidas más importantes indicada por los especialistas. “Es preferible que las reuniones sean con convivientes, o grupo habitual de contacto (burbuja); en el caso de que haya algún miembro diferente a los contactos habituales, limitar el número de personas/grupos a lo mínimo posible”, señala el Ministerio de Salud Nacional en una guía con recomendaciones que publicó para la ocasión.

Los consejos de la cartera nacional que dirige el ministro Ginés González García van en línea con lo recomendado por Adhanom Ghebreyesus hace unas semanas: “Celebren con sus convivientes y eviten juntarse con diferentes núcleos familiares. Si lo hacen, reúnanse puertas afuera y mantengan distancia física, además del uso de mascarillas”.

Fiestas al fin
Más allá de las cuestiones religiosas, las fiestas de fin de año son una tradición, y siguen siendo –a pesar de la vertiginosidad que impone el siglo XXI-, un momento de encuentro, celebración y reconciliación.
De la Redacción de AIM.