La Asamblea General de la ONU designó el 13 de octubre como Día internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. El objetivo es el de concientizar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a minimizar estos riesgos. El tema 2019 es: Reducir el daño por desastre a la infraestructura crítica y la interrupción de los servicios básicos, registró AIM.
La celebración del Día internacional para la Reducción de Desastres (Dird) inició en 1989. Ese año, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó su celebración, al considerar que el Dird representa una forma de promover una cultura global sobre la reducción del riesgo de desastres, lo que incluye su prevención, mitigación y preparación.
El propósito de esta fecha es el de concienciar a los gobiernos y a la opinión pública para que tomen medidas encaminadas a minimizar los riesgos. Asimismo, los desastres, muchos de los cuales se han agravado con el cambio climático, generan un impacto negativo en el desarrollo sostenible y en los resultados deseados.
Como los efectos de los desastres son más devastadores en el ámbito local, los gobiernos municipales y regionales son los que deben trabajar urgentemente en la preparación y respuesta a las catástrofes. El enfoque del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres se centra en proteger la vida de las personas y en las acciones que se deben tomar. Es pertinente tanto para los riesgos a pequeña como a gran escala, y tanto para los ocasionados por el ser humano como los producidos por las amenazas naturales. Abarca, además, los riesgos ambientales, tecnológicos y biológicos afines.
En 2016, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Unisdr) lanzó la nueva campaña «Sendai siete» centrada en los siete objetivos del Marco de Sendai, el primero de los cuales es reducir la mortalidad de desastres. La campaña busca crear un nuevo grado de sensibilización en torno a las acciones que tienen emprender todos los actores implicados, incluidos los gobiernos nacionales y locales, los grupos comunitarios, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y la ONU.
Prevenir mejor que lamentar
Si bien no todas las amenazas naturales generan consecuencias devastadoras, una combinación de factores naturales, culturales, sociales y políticos contribuyen a que se originen desastres. Durante los últimos 20 años, más de 1,35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas. Además, más de 4000 millones de personas han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar, o han resultado heridas, lesionadas, o han tenido que recurrir a algún tipo de ayuda de emergencia. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor, y han duplicando sus cifras durante los últimos 40 años. Otra parte importante se da por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, pero también tsunamis y erupciones volcánicas.
Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que estos causan pueden minimizarse; en cambio, la vulnerabilidad social, económica y ambiental pueden exacerbarlos. En cualquier caso, nadie está a a salvo de ser víctima de una catástrofe natural. Por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, desde los campesinos hasta los jefes de estado, desde los banqueros hasta los abogados, desde los meteorólogos hasta los jefes de medios de comunicación.
Por ese motivo, el Día Internacional para la Reducción de Desastres se estableció con el propósito de concienciar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a minimizar estos riesgos, como su prevención y mitigación, e incluyan actividades de preparación.
Tema 2019: Reducir el daño por desastre a la infraestructura crítica y la interrupción de los servicios básicos
La edición de 2019 continúa como parte de la campaña "Sendai Seven", centrada en los siete objetivos del Marco de Sendai. Este año se centrará en la meta D del Marco de Sendai: "Reducir considerablemente los daños causados por los desastres en las infraestructuras vitales y la interrupción de los servicios básicos, como las instalaciones de salud y educativas, incluso desarrollando su resiliencia para 2030".
Dados los altos índices de muertes, especialmente en terremotos y tsunamis, es especialmente importante poder garantizar que las escuelas y los hospitales estén construidos de acuerdo a párametros de durabilidad. Ello pasa porque se cumplan las normas de planificación de ubicación y peligro y los códigos de construcción. Otras áreas de infraestructura crítica que ayudan a lograr otros objetivos del Marco de Sendai incluyen servicios y servicios que pueden salvar vidas, como el suministro de alimentos y agua, energía, telecomunicaciones y transporte.
Mensaje del Secretario General 2019: António Guterres
A lo largo de mi vida y de mi carrera, he visitado muchas comunidades afectadas por fenómenos meteorológicos extremos y otros peligros naturales.
Desde el Pacífico Sur hasta Mozambique, pasando por el Caribe y otros lugares, he visto el impacto de la emergencia climática en las comunidades vulnerables, que es devastador y altera sus vidas.
Los desastres infligen sufrimientos atroces y pueden acabar en un instante con decenios de avances en materia de desarrollo.
En la próxima década, el mundo invertirá billones de dólares en nuevas viviendas, escuelas, hospitales y otras infraestructuras. La resiliencia ante el clima y la reducción del riesgo de desastres deben ser elementos centrales de esas inversiones.
Hay un sólido argumento económico a favor de estas medidas: hacer que las infraestructuras sean más resilientes ante el clima puede tener una relación costo-beneficio de aproximadamente seis a uno: por cada dólar invertido, se pueden ahorrar seis dólares.
Ello quiere decir que invertir en la resistencia ante el clima crea puestos de trabajo y ahorra dinero.
Y es lo correcto: puede mitigar y prevenir el sufrimiento humano.
Me siento alentado por la oleada mundial de apoyo público a la acción climática urgente y por los numerosos compromisos contraídos en la reciente Cumbre sobre la Acción Climática.
Ahora todos debemos centrarnos en unos objetivos más ambiciosos. Hago un llamamiento al mundo para que aumente sus inversiones para 2020 y vele por que la reducción del riesgo de desastres ocupe un lugar central en el Decenio de Acción.
Hagamos lo que esté en nuestra mano para que se persigan objetivos más ambiciosos en relación con la acción climática y la reducción del riesgo de desastres, así como en todos nuestros esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.