En su disertación ante la Comisión de Presupuesto del Senado, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne definió la iniciativa oficial, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados, como un “presupuesto austero”. Tal como lo hizo en la Cámara baja, repitió que el objetivo es “alcanzar el equilibrio fiscal”. Dujovne trazó un panorama sombrío para la economía argentina e insistió en que la única salida posible es el ajuste. Además celebró como un gran logro de la gestión macrista la “fuerte política de austeridad, de eliminación de gastos superfluos”.
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“Este es un presupuesto que responde a una coyuntura económica difícil para la Argentina, en donde esperamos que la actividad económica siga contrayéndose hasta fin de año”, sintetizó el funcionario, quien admitió que en 2019 el Gobierno espera “una caída promedio del 0.5 por ciento” de la actividad.
Como en otras oportunidades, y sin nombrar al Fondo Monetario Internacional, cargó las tintas contra la “herencia recibida” y el contexto externo, en consonancia con la afirmación del presidente Mauricio Macri, quien en su momento dijo que “veníamos bien pero pasaron cosas”. “A partir del nuevo escenario (…) hemos decidido acelerar la convergencia hacia el equilibrio fiscal, por eso presentamos este presupuesto”, aseguró Dujovne ante los senadores, quienes debatirán la iniciativa en el recinto el próximo 14 de noviembre, previo dictamen el 7 de noviembre.
El ministro, entusiasmado tras la revalidación del acuerdo con el FMI, se vanaglorió de los supuestos logros del equipo económico del gobierno de Mauricio Macri: “Es algo inédito, no se había llevado adelante en nuestra historia económica contemporánea. Hacer esto tiene costos en términos políticos, porque más fácil, sencillo, sería imprimir dinero y gastar más, pero ya sabemos cómo nos ha ido cada vez que lo hicimos”.
Ante el cuestionamiento de la oposición, que denunció el incumplimiento de todos los presupuestos de la alianza gobernante, el ministro de Hacienda se defendió afirmando que "si nos enfrascamos en la discusión por el pasado, el futuro nos pasa por encima". Más adelante reivindicó "la buena fe con la que fueron elaborados" los proyectos, aunque admitió que hubo circunstancias internas y externas que impidieron cumplirlos.
El Presupuesto 2019 anticipa para el año próximo un escenario de recesión, con una caída del 0,5 por ciento de la actividad económica, que se suma a la baja de 2,4 por ciento que el Gobierno estima para el cierre de 2018. En ese marco, con una inflación que este año se ubicará entre 45 y 50 por ciento y de mantenerse en niveles elevados en 2019 (23 por ciento al final del período y promedio de 34,8), la pérdida de poder adquisitivo se hará sentir en el consumo. La estimación es una caída de 1,6 por ciento en el consumo privado y una baja del 9,7 por ciento en la inversión. El tipo de cambio, una variable clave en esa pérdida de bolsillo por el traspaso a precios internos, está previsto se ubique en 40,10 pesos promedio para 2019, a 44,30 en 2020, 48,20 en 2021 y 50,50 en 2022. El valor no se condice con las bandas de flotación actualizables por inflación que acordó el Banco Central con el FMI para contener la apreciación de la divisa.
El equilibrio presupuestario se hace sobre la base de un ajuste en las principales partidas, con excepción de los intereses de deuda. En términos reales (tomando en cuenta la inflación promedio proyectada), el gasto primario se contraerá un 13 por ciento, con una caída del 11 por ciento de los gastos corrientes y de 42 por ciento de los gastos de capital (inversión). Siempre sobre la base de cotejarla con la inflación, la reducción del gasto con respecto a este año se focalizará, además de los ítems detallados, en Vivienda y Urbanismo (-48 por ciento), Promoción y Asistencia Social (-20), Agua Potable y Alcantarillado (-20 por ciento).
Por el lado de los ingresos, la recaudación de impuestos nacionales y de contribuciones de la seguridad social crecerá 38,9 por ciento, mientras que se continúa con la reducción del 33 al 30 por ciento del tope de derechos de exportación a la soja y se mantiene el 12 por ciento para el resto de los productos. Por su parte, se incorpora un “fondo compensador” a municipios por la quita de subsidios al transporte urbano de pasajeros: 6500 millones de pesos adicionales para amortiguar parcialmente el traspaso de la política de subsidios a las jurisdicciones locales, tras la quita de 43.000 millones de pesos.
Las necesidades de financiamiento para 2019 llegarán a 38.900 millones de dólares: 2.500 millones nueva deuda, 20.100 millones se refinanciarán; 11.700 millones del acuerdo con el FMI y otros 4.600 millones de organismos internacionales.
NA-Página 12.