La producción de vino más antigua que se conoce proviene de una extensa área que abarca Georgia, en la ex Unión Soviética, hasta los montes Zagros de Irán, la Persia antigua, en el 6000 al 5000 antes de nuestra era.
Los primeros cultivos de la uva (vitis vinifera) ocurrieron en la edad del bronce en lugares cercanos al Oriente Próximo, Sumeria y Antiguo Egipto alrededor del tercer milenio antes de nuestra era, cinco milenios antes del presente.
El vino aparece en el libro del Génesis de la Biblia producido por Noé, el primer borracho, tras el diluvio universal. Si bien la tradición judeo cristiana reclama a Noé como inventor del vino; es claro que la narración bíblica fue tomada casi al detalle del poema sumerio de Gilgamesh, muy anterior, donde Utnapishtim, el modelo de Noé, planta viñas tras su diluvio.
Un expositor de la historia del vino señala: "Es una creencia generalizada que los comienzos de la elaboración del vino se ubica en una extensa zona situada al sur del Cáucaso: situado entre Turquía, Armenia e Irán. La uva primigenia era la vitis vinifera sylvestris y se han recogido numerosas evidencias arqueológicas en las inmediaciones de Turkmenistán, Uzbekistán y Tajikistan datadas en lo que va desde el neolítico hasta comienzos de la época de bronce. Existen dataciones anteriores en Ohalo II (cerca del mar de Galilea) que señalan 20.000 a.C.
Ya en el mioceno crecía la uva en Europa Occidental. Se han encontrado evidencias de hojas previníferas que crecían en estado salvaje (vitis labrusca) en Montpelier, en Castiona (a las afueras de la ciudad de Parma).
No obstante las evidencias arqueológicas señalan que en los yacimientos de Hajji Firuz Tepe en los montes Zagros (Irán) ya se elaboraba vino debido a la presencia de restos analizados químicamente (mediante la aparición de trazas de ácido tartárico), se ha podido determinar igualmente que se aromatizaba con resinas de terebinto (pistacia terebinthus).
El problema de datar los orígenes del vino se centra en resolver si las trazas obtenidas de muestras arqueológicas corresponden a lo que se define por vino o no, si fue fermentado de forma natural o artificial, etc, la presencia de ciertos compuestos como ácido tartárico, o tartratos es la forma más común de resolver la cuestión.
El ácido tartárico se forma en la fermentación natural del mosto, y su presencia permite al análisis microquímico determinar que no hubo agregado de alcohol etílico a un zumo ni otras maniobras ajenas a la producción del vino.
La primera evidencia arqueológica de machacado de las uvas con intención de extraer vino se puede observar en las representaciones del reinado de Udimu (ca. 3000 a. C.)
Luego se puede seguir el trayecto del vino desde la China, donde la vid europea desplazó a la local, hasta América, donde Eric El Rojo al llegar posiblemente a Terranova en el siglo IX, antes de Colón, descubrió vides silvestres y posiblemente preparó vino con ellas.
Hoy el vino es la base de una industria pujante repartida por todo el mundo. Pero sigue siendo cierto que el alcohol no afecta a los hombres y a las mujeres de la misma manera, y que el proceso de liberación femenina tuvo en el derecho a beber vino un hito fundamental.