Más de 300 agasajados participaron del homenaje a los trabajadores que construyeron el túnel subfluvial Uranga - Sylvestre Begnis, que en diciembre cumplirá 50 años de su inauguración.[{adj:57528 alignright}]
El encuentro tuvo lugar en el sitio exacto donde el 3 de febrero de 1962 los gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos pusieron en marcha el emblemático enlace interprovincial que unió por primera vez la Mesopotamia Argentina con el resto del país, se reunieron .
Los homenajeados colmaron el quincho del Club Náutico que se preparó y vistió de fiesta para recibir a los más de 300 agasajados que llegaron junto a familiares desde distintos puntos del país para rememorar las anécdotas que marcaron la realización de la obra que en diciembre cumplirá 50 años.
La apertura del encuentro estuvo a cargo de los representantes de Entre Ríos y Santa Fe, Juan José Martínez y Mariano Romero Acuña, respectivamente, en la entidad biprovincial.
“Allá era Argentina, acá el barro”
Martínez recordó una anécdota de su infancia: cuando era pequeño, el Paraná se cruzaba en una lancha que salía cada dos horas. Su padre estaba internado en Santa Fe e iba a visitarlo con su mamá; ella tenía el número 45 y él el número 46, y como la lancha tenía capacidad para 45 pasajeros, tuvieron que esperar dos horas para abordar el próximo viaje. Incluso mencionó palabras del entonces gobernador Uranga: “Allá era Argentina, acá el barro”, para ejemplificar el claro contraste de infraestructura de la región entrerriana con relación al resto del país.
“Quiero que sepan que ustedes concretaron una de las obras de ingeniaría más importantes del mundo, que aún hoy se mantiene a la vanguardia en Sudamérica”, sostuvo Martínez ante los presentes.
Saldar una deuda
En tanto, Romero Acuña rememoró que su padre fue ministro de Obras Públicas de Santa Fe en la época de la construcción de viaducto, y expresó su orgullo por haber llegado a ser director del Ente. Agradeció al personal de aquel entonces y al actual por el enorme esfuerzo que implicó construir, mantener y sostener en forma operativa el túnel durante medio siglo: “Esta obra les pertenece”, les manifestó. “Acá lo importante son ustedes, sus anécdotas, sus historias y su reencuentro, algo que el Túnel les debía a sus trabajadores desde hace mucho tiempo”.
Algunas remembranzas
A continuación, los presentes pudieron disfrutar en pantalla gigante un corto institucional con un repaso de los hitos de la construcción del túnel. Inmediatamente después, los animadores -Cristian Bello y Luis Mino- dieron la oportunidad a los presentes de participar a micrófono abierto con historias y anécdotas: “Nos comunicábamos mediante golpes en los tubos”; “no había calculadoras, sacábamos las cuentas con lápiz y papel”; “había dos turnos de doce horas, pero el que quería se podía quedar y seguir trabajando”; “una vez me quedé 36 horas seguidas porque había que esperar la finalización del proceso de un tubo que tenía un químico que si se llegaba a secar no lo sacaba ni Dios”; “fue la experiencia laboral más importante de mi vida, tuve que esperar un mes para entrar a trabajar porque tenía apenas 16 años y sólo se podía a partir de los 17”; “de noche, todo iluminado, era una ciudad entera”; “a varios después nos convocaron para trabajar en el exterior”, fueron algunas de las remembranzas.
Incluso se animaron a hablar los familiares de los obreros: “Estaba días en la construcción, si volvía a la casa a descansar unas horas me tiraba piedritas en la ventana y así yo sabía que seguía vivo”, relató la esposa – entonces novia – de uno de los constructores.
Material histórico
Y mientras seguían reviviendo sus experiencias, en una carpa dispuesta fuera del salón actuales empleados del túnel digitalizaban fotografías analógicas de la época – “prestadas” por los invitados – que ahora formarán parte de los registros del nuevo museo que se construye en el complejo del viaducto.
Los asistentes tuvieron cuatro horas para ponerse al día con sus excompañeros de trabajo, convidados por un servicio de catering. Para amenizar, tampoco faltó entretenimiento porque el grupo Los Leñeros volvió a ponerle música al túnel. Ya lo habían hecho en acto inaugural en 1969, e incluso lograron en ese momento llamar la atención de Pipo Mancera -presente en la ocasión-, quién los invitó luego a su programa de alcance nacional.
El evento culminó al anochecer, con una entrega de medallas recordatorias a los presentes y los familiares de los ausentes. Fue el primero de una serie de encuentros programados para celebrar 50 años de vigencia de la conexión vial más importante del siglo veinte.