Igualdad de género, igualdad de oportunidades para personas de diferente origen, orientación sexual, edad, cultura o religión: la diversidad es un valor social positivo generalmente aceptado por ser "justo".
Pero dejemos por un momento a un lado las consideraciones morales: ¿y si la diversidad, además, fuera rentable para las empresas? En los últimos años, diferentes estudios han presentado pruebas de algo que no necesariamente era evidente: empresas con fuerzas de trabajo más diversas tienen mejores resultados que el promedio del mercado.
Mc Kinsey, que hace más de 10 años estudia el impacto de la diversidad en los resultados de las corporaciones, encontró que las empresas con mayor diversidad racial y étnica tienen un 30 por ciento más de probabilidades de obtener rendimientos superiores a su sector de mercado .
En el mismo sentido, Credit Suisse, que en su reporte CS Gender 3000 analiza el impacto de la presencia de mujeres en puestos gerenciales o en directorios, resalta que las compañías cotizadas donde las mujeres están representadas tienen mayores retornos de mercado y ganancias corporativas superiores.
¿Cómo se explica esto?
En un mundo crecientemente complejo y competitivo, contar con diversidad cognitiva e inteligencia colectiva es un activo. Grupos de personas con diferente experiencia, habilidades y conocimiento, aportan diferente perspectiva a un mismo problema, lo que puede derivar en mejores formas de resolverlos. Por eso las compañías con liderazgo diverso son más exitosas.
Las empresas diversas son también más innovadoras. Compañías diversas e inclusivas están mejor posicionadas para atraer talento, tienen empleados más satisfechos y el potencial de dar mejor servicio a una base de clientes también cada vez más diversa, lo cual lleva a un círculo virtuoso que redunda en mayor rentabilidad.
Factor alfa.
En inversiones, si para obtener alfa (un retorno adicional por encima de lo que corresponde a su riesgo) es necesario hacer algo diferente, seguramente tener diferentes perspectivas sea una ventaja: equipos diversos obtendrán mejores resultados.
Inversores institucionales ya lo ven, y lo ponen en práctica. El mayor fondo de pensiones en EE.UU. —Calpers, que administra las prestaciones de los empleados públicos de California y maneja activos por US$ 360 mil millones—, anunció en 2011 que incorporaba formalmente factores de gobernanza a la hora de decidir en qué compañías invertir sus cuantiosos recursos.
En 2017 fue más allá y anunció el envío de cartas a 504 compañías, donde resaltó la evidencia creciente de que la diversidad de los directorios tiene un impacto económico positivo en los resultados corporativos. Y requirió a cada una de ellas que desarrollen y comuniquen su política de diversidad. "Calpers tiene interés en el crecimiento de cada una de las compañías y su posibilidad de crear valor para sus accionistas en el largo plazo. Para poder ejecutar en forma exitosa una estrategia de negocios de largo plazo y mitigar el riesgo, el directorio de una compañía debe reflejar una mezcla diversa de habilidades, antecedentes y experiencia" versaba la carta.
En los últimos años se crearon índices que siguen firmas con mayores niveles de diversidad de género. En particular el fondo californiano de pensiones de maestros (Calstrs) invirtió US$ 250 millones en un vehículo que sigue uno de estos índices.
¿Y por casa?
Según el Índice de Competitividad por el Talento Global que realizaron Adecco, Insead y Tata Communications, publicado por El Observador (8/3/2018), Uruguay se ubica muy bien en cuanto a cantidad de mujeres graduadas (64 por ciento) ocupando el puesto 11 entre 119 países analizados. Sin embargo, cuando se considera la brecha de salarios entre hombres y mujeres, Uruguay cae al puesto 74. En otras palabras, si bien las mujeres acceden y se destacan en el ámbito educativo, aún queda mucho por hacer para que exista equidad en el mundo laboral.
La participación de las mujeres en los directorios y cargos gerenciales de las principales empresas de Uruguay es del 10 por ciento, mientras que la presencia se reduce al cuatro por ciento en las directivas de las cámaras empresariales. Los datos surgen del trabajo "Desigualdades de género en la cúpula de las grandes empresas: Uruguay en perspectiva comparada" y fue consignado por El País (octubre de 2016). Una notable excepción fue el caso de la banca, donde cuatro mujeres ocuparon simultáneamente las gerencias generales de las filiales uruguayas de Citibank, HSBC, Heritage y Banco República.
El camino.
Las desigualdades son particularmente agudas en el mundo de las finanzas. América Latina se destaca como uno de los lugares con menor participación de mujeres en este sector. Los hombres dominan esta industria, sobre todo en los puestos jerárquicos. Nuestra profesión tiene un claro problema de falta de diversidad. Una industria que escucha diferentes perspectivas obtendrá mejores resultados y sentará las bases para un mejor futuro de la profesión de inversiones.
Siendo la principal asociación de profesionales de inversión del mundo, CFA Institute está inmejorablemente posicionado para contribuir a un cambio. Desde CFA Institute y CFA Society Uruguay reconocemos que hay mucho camino por recorrer y que debemos hacer más para aprovechar al máximo la oportunidad que diversos equipos de liderazgo representan. Buscando atraer, desarrollar, orientar a los futuros profesionales de inversión en los diferentes niveles de las organizaciones. Invertir en diversidad es rentable: redunda en mejores ganancias para las compañías y mejores retornos para los inversores.
Barbara Mainzer es economista.