Por Ana Ávila, de Acercándonos Cultura, especial para AIM. En cada rincón del planeta tenemos a disposición plantas autóctonas o introducidas que nos ayudan a prevenir y mitigar dolencia y a devolver el equilibrio a nuestra biología y a nuestras emociones.
Si de algo estamos seguros quienes hemos dedicado gran parte de nuestra vida y estudios a la Herbolaria y a la medicina Ancestral es que en estos momentos en los que un potente virus se junta con la miseria del neoliberalismo, el ser humano siempre volverá sus manos a la naturaleza. En ella encontramos todo cuanto necesitamos, de ella la vida, de ella la salud... Que tu medicina sea tu alimento y que tu alimento sea tu medicina.
Y es que en cada rincón del planeta tenemos a disposición plantas autóctonas o introducidas que nos ayudan a prevenir y mitigar dolencia y a devolver el equilibrio a nuestra biología y a nuestras emociones. Personalmente y tomando en consideración el comportamiento de este virus y los sistemas que ataca, utilizo, además de plantas foráneas, especies de la amazonía y de la sierra de las que aprovecho sus propiedades analgésicas, antinflamatorias, expectorantes, fluidificantes, diaoforéticas y antipiréticas. Así grandeas aliadas han sido el Ñagchag (Bidens andícola) y el Frailejón (Espeletia Schultzii) al igual que la Malva (Malva sylvestris) para desinflamar el sistema respiratorio y fluidificar las flemas ayudando a su expulsión sin afectar negativamente el sistema gastrointestinal, además contribuyendo a la liberación de toxinas. Otras plantas que han dado un maravilloso resultado han sido la Higuera (Ficus Acacia) sus hojas contienen terpenoides y fitocanabinoides necesarios para proteger las células y una de mis plantas preferidas, el Saúco (Sambucus nigra L) sus flores contienen principios activos que actúan sobre el epitelio bronquial además de tener propiedades antioxidantes e inmunológicas. Los Terpenos contenidos en la Lavanda y en el aceite de Copaiba (Copaifera officinalis) también han sido efectivos en el tratamiento de mis pacientes, interviniendo no solo en sistema respiratorio sino también en su sistema de respuesta inmunológica.
Utilizo diferentes vías para extraer los principios activos de estas plantas, que es apropiado decir, tienen una carga tóxica muy baja por lo que son seguras para su uso, algunos de ellos son los extractos hidroalcoholados e hidroglicolados, pero de igual manera pueden consumirse como infusión teniendo especial cuidado en No dejar hervir las plantas, mucho menos el Saúco ni las flores de Malva además de tener en cuenta la edad del paciente pues las plantas medicinales no deben ser administradas en niños sin vigilancia de un especialista.
Como en la Medicina Ancestral no sólo tratamos el órgano o tejido afectado sino también el conjunto de órganos que intervienen en su afectación o en su funcionamiento, otro aspecto que no debemos olvidar es la detoxificación hepática y colónica, y en el caso particular de este virus, es algo en lo que hago hincapié. Todas estas plantas poseen propiedades detoxificantes, sin embargo, me decanto por el Perejil y el Diente de León (Taraxaco) o la Achicoria (Cichorium intybus) cuando de estos órganos se trata; el 60 por ciento del sistema inmunológico se encuentran en el intestino y nuestro hígado es un centinela antimicrobiano que además sintetiza moléculas esenciales para una eficaz respuesta inmunológica, de su correcto funcionamiento depende la salud de todos nuestros órganos.
Además de lo que corresponde a la biología, es preciso atender el campo emocional; este fenómeno, como yo le llamo, nos ha afectado todas las esferas de la vida, el manejo mediático y el comportamiento de algunas autoridades nos ha sumido en la desesperanza, la rabia, la tristeza y el miedo, frente a este cuadro emocional, nuestra biología responde depositando grandes cantidades de cortisol (Hormona del estrés) en nuestros sistemas debilitando nuestros órganos y retardando nuestra recuperación o haciéndonos susceptibles a que el virus se desarrolle de forma violenta una vez contraído.
Mantenernos en calma, distraernos de alguna forma, separarnos un poco de la noticia del minuto a minuto, nos alivia la carga emocional. Tratar al paciente infectado que está en nuestras casas de una forma respetuosa y amorosa, sabiendo que no sólo está sufriendo los síntomas de este virus sino también padeciendo toda una carga emocional negativa, es crucial para ayudarle a recuperar la salud. Personalmente creo que además de la técnica que utilicemos para el tratamiento de este fenómeno, la compasión hacia nosotros y hacia los otros hará la diferencia.
Algunas recetas
Infusión de Malva e Hibiscus:
Seis flores de Malva ó tres hojas
Tres flores de hibiscus (cualquier color)
Una taza de agua
Preparación
Calentar el agua hasta que rompa el hervor, apagar la llama, agregar los ingredientes, tapar, dejar reposar 20 minutos.
Cernir y consumir sin endulzar dos veces por día, alejada de las comidas
Infusión Detox:
10 cm de raiz de Taraxaco ó seis hojas ó siete flores
1/4 cucharada de granos de cardamomo
1/2 litro de agua
Preparación
Calentar el agua hasta que rompa el hervor, apagar la llama, agregar los ingredientes, tapar, dejar reposar 20 minutos.
Cernir y consumir medio vasito sin endulzar cada dos horas desde las ocho am hasta las ocho pm durante cinco dias, descansar dos y repetir cinco mañanas.
Jarabe de Saúco y Cúrcuma
Cinco cucharadas de flores de Saúco
Tres hojas de Higuera
Cinco cucharadas de cúrcuma
1/4 taza de agua
500 gr de miel
Preparación
Calentar el agua hasta romper el hervor, agregar las flores de Saúco, las hojas de Higuera y la cúrcuma. Dejar reposar 20 minutos,
añadir la miel, envasar en vidrio, tapar y refrigerar.
Tomar tres cucharadas al día.
La autora de la nota es mujer de sabiduría Iyit (Ayamán)