La escasa demanda de exportación impacta en el mercado granario, a medida que el mercado se desmorona por las preocupaciones generadas por el coronavirus, que desacelera la economía global. “La base donde se sustenta este negocio es la confianza”, afirmó el gerente General de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Limitada (Coopar), Marcelo Pagliaruzza, quien señaló que “el complicado panorama hace que todo el equipo de Coopar sea más eficiente, y busque la innovación permanente, en beneficio de nuestros productores”.
Al referirse a los mercados de granos, Pagliaruzza explicó que “con la caída que tuvieron el año pasado varios correacopios de peso en el mercado granario, como la posterior caída o situación de stress financiero de un exportador de gran importancia, se resquebrajó la confianza entre los actores. Por eso, la base donde se sustenta este negocio es en la confianza; digo esto porque el productor entrega su producción a una cooperativa o un acopio, y éstos últimos entregan también su acopio a consumos o exportadores, sea a través de corredores o en forma directa”.
Sin embargo, Pagliaruzza destacó que “tanto el productor como los acopios o cooperativas, le ponen precio al grano a lo largo del tiempo. Por eso, permanentemente,
le dan ese voto de confianza a la contraparte, con la entrega de esa mercadería. En un momento de desconfianza habrá que saber muy bien a quién entregarle la mercadería, ya que los coletazos que van a pegar las caídas de correacopios como de un importante exportador recién se van a empezar a sentir”.
En rigor, el gerente de Coopar se refirió al desplome de una de las empresas más grandes en el rubro, que comunicó de forma oficial a sus clientes haber ingresado en cesación de pagos. Se trata de la cuarta corredora de granos que entra en default en el último año, un sector que se vio afectado en un primer momento por el reperfilamiento de la economía tras las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) de agosto de 2019.
Para Pagliaruzza, “eso provocará un fuerte cambio en la forma de comercialización, fundamentalmente, en los negocios a fijar, que disminuirán notablemente. Con todo este panorama los productores tendrán que tener muy en cuenta a quien le van a confiar su mercadería, porque de un plumazo, como pasó este año, pueden perder parte de su producción o los ahorros de toda una vida”.
Incremento retenciones soja
Párrafo aparte dedicó el contador a la suba de las retenciones a la soja, del 30 al 33 por ciento, que el Gobierno Nacional formalizó en el Boletín Oficial a principios de marzo, tal como le había confirmado a la Mesa de Enlace el ministro de Agricultura, Luis Basterra. “El efecto de este incremento es un palo más en la rueda de los productores, un cambio de las reglas de juego en pleno el partido. En nuestra zona la rentabilidad en soja, con los precios actuales, es nula y, peor aún, considerando que la gran mayoría de los productores son arrendatarios”.
El precio internacional de la soja también se vio afectado por el coronavirus, pero a las preocupaciones por esta situación, hay que agregar los daños que produce la sequía imperante. “El pésimo escenario no termina allí, ya que debemos sumar los aumentos que superan el 50 por ciento en el Impuesto Inmobiliario Rural (IIR) que, en el caso de los colonos que son arrendatarios, impacta directamente en el próximo
valor del arrendo. La presión fiscal es altísima, y seguramente, redundará en una menor producción en el futuro”.
Buscar la innovación permanente
Pagliaruzza afirmó que el panorama “hace que todo el equipo de Coopar sea más eficiente, y busque la innovación permanente. Cada empleado debe tener bien claro que nuestra prioridad es el productor, en él nos tenemos que centrar, y a él tenemos que llegar con todo nuestro accionar, para brindarle un servicio de excelencia”.