El verano ya se vive a pleno y si tiene decidido ir a una pileta, a la playa, de camping o simplemente salir a la calle, es necesario tener en cuenta algunos aspectos para cuidar la piel del sol, que día a día pega fuerte. En esta nota de AIM, algunos tips.
Para protegerse del sol, lo ideal es usar un sombrero de ala ancha (lo mantiene más fresco) y lentes. Además, hay que cubrirse con protector de factor 15 o más. Recuerde que las quemaduras de sol le impiden al cuerpo enfriarse adecuadamente.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, sólo son necesarios entre cinco y 10 minutos de exposición diaria al sol para sintetizar la vitamina D (necesaria para el crecimiento y la prevención del raquitismo). En bebes de menos de seis meses no se recomienda la exposición directa al sol, ya que el niño podría sufrir quemaduras y golpes de calor.
A partir de los 6 meses, se deberán usar filtros solares Nº 15 o más que contienen parsol o dióxido de titanio. El filtro debe distribuirse en todo el cuerpo del bebe, incluidas cara y orejas, media hora antes de exponerlo al sol. Se deberá reponer cada dos horas o cada vez que el niño se moje.
Los horarios aconsejables para la exposición al sol son antes de las 11 y después de las 15:30. Hay que evitar la exposición directa en horas del mediodía, ya que la radiación es sumamente alta debido a que la inclinación del sol en esos momentos es prácticamente vertical.
No es conveniente para el bebé pasar todo el día en la playa o junto a un río, a pesar de contar con carpa o sombrilla. Según mediciones efectuadas últimamente, entre septiembre y marzo nuestro país está sometido a niveles de radiación ultravioleta de intensidad similar a los que se registran en el Sahara, Africa.
Los rayos ultravioletas, invisibles al ojo humano, de todas maneras penetran las nubes y pueden provocar serias quemaduras de piel.
Niños, bebés y adultos deben estar bien hidratados. Líquidos y frutas deben ser consumidos necesariamente.
Es importante que protejas los ojos con gafas de sol.
Utilizar sombrillas, sombreros, gorras, camisetas… cuando se ponga directamente al sol.
Las cremas con un nivel de protección alto son las únicas que le resguardarán de los rayos más peligrosos. Aplícaselas después de cada baño o cada dos horas.
Recuerda protegerle cuando haga una actividad al aire libre.
La importancia del bloqueador todo el año
Horarios para el uso de bloqueador: Sea verano o invierno, el filtro solar debe usarse siempre, pero principalmente más en las horas de mayor riesgo, que es entre las 11 y las 15:30.
Qué factor solar ocupar: durante el año es recomendable ocupar un FPS 15, aunque en verano se aconseja un FPS 30+ y en el caso de pieles sensibles y/o con antecedentes de cáncer, SPF 50+.
Tiempo y frecuencia de aplicación: ponerse el protector un par de minutos antes de exponerse al sol no sirve, los filtros solares tienen componentes químicos que requieren de mínimo 15 minutos para actuar y activarse en la piel. En condiciones normales se recomienda volver a aplicar cada 3 a 4 horas; si se transpira, se hace ejercicios o se aplica agua, cada 2 horas.
¿Usar bloqueador si está nublado?: Las nubes permiten que pase parte de la radiación UV, así que en días nublados igual es necesario el filtro solar.
Broncearse o protegerse: No hay bronceado sano. El bronceado es una respuesta de nuestra piel al daño celular provocado por el sol, por lo que las personas que quieran tener un poco de color, pueden usar FPS altos en las primeras exposiciones solares (protegen de las quemaduras) y FPS menores en las exposiciones posteriores.
¿Qué es el cáncer de piel?
El cáncer de piel es el crecimiento descontrolado de células anómalas de la piel. Sobreviene cuando el daño en el ADN de las células de la piel (provocado, principalmente, por la radiación ultravioleta procedente de la luz solar o de las camas de bronceado) desencadena mutaciones o defectos genéticos que hacen que las células de la piel se multipliquen rápidamente dando lugar a tumores malignos.