Una de las tareas de jardinería que menos nos gusta es tirar los residuos que genera la poda de nuestras plantas y árboles. Nos lleva mucho tiempo y en algunos casos hasta dinero ya que debemos alquilar contenedores para depositar en ellos las ramas. Por ello, una de las propuestas que hacemos en esta nota de AIM es reutilizar los residuos que obtengamos para abonar la tierra.
En los últimos tiempos, cada vez son más las personas que optan por el reciclaje de productos, recipientes u otros materiales en sus casas, por lo que el aprovechamiento de los restos de poda ha aumentado considerablemente.
Es época de podas, recortes y limpiezas en los árboles y arbustos del jardín y en los frutales de la huerta y debemos tener en cuenta algunos puntos.
¿Qué debemos saber?
Las podas difieren según el árbol. No es lo mismo la poda de un árbol frutal que para una correcta fructificación requiere realizarse todos los años, que la de un árbol ornamental que solo debe podarse cuando sea necesario.
Con respecto a la poda de árboles ornamentales, es importante tener en cuenta algunos conceptos básicos. En primer lugar, reconocer la especie a podar y su requerimiento, respetar las reglamentaciones municipales y esperar la época adecuada. Por supuesto, es fundamental emplear las herramientas correctas y no podar si no es necesario.
¿Cuál es la mejor época para podar?
En general, la mejor época para la poda es finales de invierno porque:
Se encuentran los árboles sin follaje y permite ver mejor las ramas.
No se ve afectado el crecimiento porque no hay necesidad de producción de savia, como es cuando está en plena etapa de crecimiento (primavera, verano).
No hay diseminación de ciertos hongos que pueden ingresar por la zona cortada.
Existen excepciones para los árboles que florecen a comienzos de primavera, que no deben ser podados hasta después de la floración. Ejemplos aromo, ciruelo de flor, durazno de flor, jacarandá, árbol de judea, etc.
Tipos de poda
Poda de formación
Si no se hiciera poda de formación y se dejara al árbol totalmente libre, seguramente tendría un aspecto poco ornamental o “salvaje” y eso, en la mayoría de los casos, no conviene.
Según la especie, requerirá más poda de formación o menos. Por ejemplo: un abeto, un liquidámbar o, en general, las coníferas ornamentales necesitan una mínima poda de este tipo.
Una vez que tenemos el árbol bien formado, es decir, con la copa a una cierta altura, con sus ramas principales y secundarias elegidas y bien dispuestas, habrá que controlar durante el crecimiento de cada planta, durante toda la vida del ejemplar, si necesita una poda de mantenimiento.
Poda de mantenimiento
Esta poda consiste en eliminar elementos indeseables como:
Ramas secas.
Chupones.
Ramas con riesgo de rotura.
Ramas que estorben el paso de personas o toquen cables o edificios y aclarar la copa del exceso de ramas.
Solución a la problemática ambiental
La disposición de los residuos de poda y jardín que se generan en los diferentes lugares que cuentan con amplias zonas verdes, se ha convertido en una considerable problemática ambiental, ya que generalmente estos residuos van a parar a rellenos sanitarios o basurales causando problemas de generación de gases y lixiviados, cuando podrían ser aprovechados para hacer compost o generar energía en biodigestores.
Beneficios del reciclaje de la poda
Con este proceso, logramos dos objetivos:
No contaminar el medio ambiente, pues antiguamente los restos de poda los quemábamos y todo ese humo iba hacia la atmósfera.
Alimentemos la tierra, pues los restos de poda al haberlos triturado se quedan en el suelo y esos restos se van descomponiendo que en el tiempo se van convirtiendo en materia orgánica para el campo.
Mantener adecuadamente los árboles.
Evitar posibles roturas de parte de las ramas, molestias sobre vehículos y viandantes por exceso de masa verde.
Mantener la estética de un conjunto arbolado, operación que se lleva a cabo en las ciudades de forma puntual, de acuerdo con el tipo de árbol y el clima y, normalmente, durante las estaciones de otoño e invierno.
Actualmente, cualquier población de tipo medio o grande cuenta con un número cada vez más importante de superficie verde y/o arbolada; en jardines, parques, calles, avenidas, plazas, paseos, etc. se plantan habitualmente arbustos y árboles que, en cada caso, se adaptan a las condiciones del entorno, tanto climatológicas como ornamentales o funcionales.
En cualquier caso, los servicios de mantenimiento de parques y jardines municipales deben contemplar anualmente las campañas de poda.
Finalmente, el compost obtenido puede aplicarse por sí solo o mezclado con lodos de depuradora u otro residuo orgánico, como sustrato, enmienda orgánica, agricultura ecológica, mulching, biofiltro, etc. de tal modo que se cierra el ciclo para estos residuos vegetales.