La Asociación Mil Árboles para Concepción reclamó explicaciones sobre un video que circuló días pasados, y sobre los tantos otros avisos de cortes de árboles que les hace llegar la ciudadanía de Concepción del Uruguay. “La comunidad nos expresa su preocupación e impotencia y porque no sabe adónde tiene que reclamar ni quien está a cargo de preservar la arboleda publica en la ciudad”, expresaron a AIM.
En el video en cuestión, se ve a un joven que trata de interponerse para que no quiten dos grandes ejemplares de una vereda en la esquina de calles Lucilo López y Tibiletti. Los vecinos que grabaron manifestaron también, que el muchacho sufrió situaciones violentas durante el hecho. “Desde nuestra organización deseamos alertar sobre las consecuencias que podría acarrear ese tipo de acontecimientos, si se suceden tal como está ocurriendo y teniendo en cuenta además que se acerca la época estival”; dijeron.
“Expresamos nuestra solidaridad ante estos intentos individuales de intervención como reacción inmediata; aunque creemos que las acciones que consigan mejores políticas gubernamentales deben ser más amplias para obtener mayor alcance. Por ese motivo hemos fundado hace tiempo nuestra ONG, con el propósito de generar conciencia e incidir en la preservación y reforestación del arbolado público. Pero carecería de sentido si no se obtiene el eco acorde desde la gestión municipal, por lo que haremos llegar también el reclamo a la Dirección de Salud Ambiental que ha expresado su buena predisposición”; continuaron.
Es indispensable que los vecinos/as tengan claridad sobre adonde hay que dirigirse cuando se observa el atropello a un bien de todas las personas, como lo son los árboles. “Como asociación nos interesa saber por qué motivo se decidió cortar esos ejemplares, así como también quien es el empleado/a que se encuentra a cargo de esa área, ya que como cabe recordar es una responsabilidad vacante por jubilación en la planta desde hace años”; recordaron.
Es necesario comprender que el arbolado urbano no es propiedad del frentista y reflexionar en clave cultural, sobre el valor que le aporta a una localidad. Ya que además de atemperar las inclemencias climáticas le brinda protección ante catástrofes ambientales, así como también incrementa el precio inmobiliario de cada cuadra. “El árbol urbano es mucho más que solo una fuente de oxígeno y de hojas caídas, o un problema por sus raíces descuidadas”; aseguraron desde la ONG.
Existe normativa internacional, nacional, provincial y local con respecto al daño ambiental; que el estado debe cumplir y hacer cumplir. E informar si se están otorgando permisos a frentistas para retirar arboles de gran porte y reemplazarlos por otros más chicos. Además de responder con celeridad cuando se recibe un pedido de intervención, por parte de la municipalidad. “Nos preguntamos quién concede y bajo qué criterios esas extracciones, así como qué expertos/as realizan la evaluación previa in situ”; concluyeron desde la ONG.