Por “plásticos” se conoce a una gran variedad de sustancias orgánicas, que aun diferenciados en su composición química y por lo tanto en sus propiedades, presentan algunos rasgos en común. Su utilización en el mundo ha sido casi menos que imparable, al punto que el planeta podría envolverse en una fina capa de plástico.Por Prof. Marilina Scarlata*. Especial AIM. 

El término “plásticos” es muy abarcativo, agrupa una gran variedad de sustancias orgánicas -es decir, esas que contienen los elementos carbono, oxígeno e hidrógeno principalmente- que tienen algunos rasgos en común: uno es su composición química, que consiste en macromoléculas sintéticas, o sea fabricadas por el hombre, en su mayoría a partir de compuestos provenientes de la Petroquímica; otros son semisintéticos porque derivan de materias primas de origen vegetal como la celulosa, por ejemplo.

El otro rasgo que los caracteriza es su forma de obtención, que consiste en la polimerización, un proceso por el cual una sustancia inicial preparada en condiciones fisicoquímicas adecuadas se asocia progresivamente hasta obtener un polímero, es decir un plástico.

Según la historia, el primer plástico se obtuvo en 1860 en Estados Unidos, cuando se buscaba remplazar el marfil en las bolas de billar. El vencedor fue John Hyatt quien dio origen al celuloide, inaugurando la era cinematográfica.

Después en 1907, Leo Baekeland obtuvo la baquelita, que adquirió gran fama, al poco tiempo en 1930 la ciencia dio lugar a los polímeros modernos que dominarían la industria. Así comenzó a fabricarse una serie de compuestos con diferentes propiedades, que los hacen aptos para diversos y múltiples usos: polietileno, poliestireno, PVC (siglas en inglés del nombre químico), acrílico, poliamidas, teflón y flexiglás, (estas últimas denominaciones son las que comúnmente se conocen), PET (siglas en inglés) y otros.

Hoy nombrado en forma genérica, el plástico es un material omnipresente en la vida cotidiana de todos los habitantes del planeta y da vueltas por el mundo en una cantidad estimada en cinco mil millones de toneladas; para dar una idea de dimensión, con esa cantidad se podría “envolver” el planeta con una fina capa tipo “film”, según postula el geólogo Jan Zalasiewicz, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), quien en concordancia con otros científicos llevó a sostener el principio de una nueva era geológica denominada Antropoceno.

Las aplicaciones parecen no tener fin en los últimos años y de manera sostenida y constante; reforzados con otros materiales, están resolviendo exitosamente la construcción de aviones, piscinas, aerogeneradores, envoltorios, mobiliarios, piezas utilizadas en tratamientos de salud, cosmética, utensilios de cocina y una inmensa lista de elementos de uso intenso y extendido en todo el mundo.

Paradójicamente, su versatilidad ha condenado su destino. Su utilización ha sido tan difundida que en la actualidad el descarte mal gestionado de envases y embalajes está inundando mares y océanos, depósito final indeseado.

Juan Eduardo Gil Mora, M. Sc. en Ciencia y Tecnología Ambiental y Consultor en temas de Gestión Ambiental, ha escrito en un documento sobre los plásticos de un solo uso, expresando que son aquellos utilizados una sola vez y luego son desechados, destaca que no sólo se trata de las bolsas que entregan en comercios y supermercados para llevarse la mercadería comprada, sino que incluye sorbetes, envases de poliestireno expandido (tecnopor), colillas de cigarrillos, botellas de plástico para bebidas, tapas de botellas de plástico y envoltorios de comida, cuya utilización se limita al transporte de un producto o alimento, o son usados para consumir una bebida o comida una sola vez porque luego son eliminados como parte de los residuos sólidos municipales.

También denominados microplásticos, los plásticos de un solo uso ocupan un desagradable alto puesto en el ránking de responsabilidad respecto del depósito final en el ambiente. A decir verdad, en la eliminación de estos elementos hay algunos modos al alcance de la gente como adecuarse a las medidas de educación ambiental, y en otros casos un poco más complejos las acciones están a cargo de gestores, como la presión sobre las industrias.

Los fabricantes de plásticos buscan asociarse cada vez más con empresas para desarrollar procesos de reciclaje de productos químicos como los plásticos. Las grandes compañías de productos de consumo masivo, como algunas gaseosas famosas o aguas minerales, apuntan a contener en sus envases, un 50 por ciento de contenido reciclado para 2025-2030.

Los gobiernos de países desarrollados también presionan a las empresas para que usen más plástico reciclado. En Estados Unidos, hay condados que quieren que los envases de bebidas alcancen el 50 por ciento de contenido reciclado para 2030. La Unión Europea pretende un 30 por ciento para la misma fecha.

Sin embargo, en la revista c&en chemical and engineering (química e ingeniería) en la que puede accederse a información en este tema, se publica que el reciclaje podría no ser una solución ya que el proceso mecánico se ve obstaculizado por la contaminación, y los productos reciclados tienen menor valor comercial. Quienes más saben opinan que si no se aplica a gran escala, el proyecto de reciclaje fracasará.

No será fácil el camino para revertir el destino de los plásticos que supieron resolver algunos problemas desde hace ya más de cien años y que en ciertos casos, aún lo siguen haciendo. No obstante, numerosos países están tomando decisiones al respecto, sobretodo para dar cumplimiento con los acuerdos firmados en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

En este sentido en nuestro país, en los últimos días se ha escuchado oficialmente la intención de eliminar los plásticos de un solo uso antes de 2025, coincidiendo con el concepto de que son responsables de más del 80 por ciento de la basura marina. Se prometen acciones para eliminar microplásticos en cosmética e higiene y para reducir progresivamente el uso de sorbetes, vasos, vajillas y cubiertos y se advirtió que las pequeñas y medianas empresas productoras, serán acompañadas "para que se reconviertan en opciones sostenibles, que cuiden el ambiente y las fuentes de trabajo".

Es mi deseo que no sea sólo una buena intención local, sino una realidad posible en un país como el nuestro, que funciona como espejo en el que se miran otros…

*Prof. Marilina Scarlata

Directora de Divulgación Científica Asociación Amigos de Parques Nacionales

Miembro Comisión Educación y Comunicación CEC- Iucn