Cuando Canon construyó su primera cámara digital en 1986, pocos habrían vaticinado que el avance de lo digital acabaría con la película fotográfica. La clásica RC-701 captaba imágenes de tan solo 780 píxeles de ancho y podía almacenar solo 50 de ellas en un disco flexible de vídeo de dos pulgadas.
Ahora es difícil recordar cuándo fue la última vez que usamos una cámara analógica, porque ahora las digitales son una parte tan común de nuestras vidas, ya sea en dispositivos dedicados a ello o como una incorporación a absolutamente todos los teléfonos inteligentes.
En un anuncio bastante informal y escueto en su sitio web japonés, Canon anunció la suspensión oficial de su EOS-1V, la última cámara de rollo de Canon y prácticamente del mercado.
“Muchas gracias por su continuo apoyo a los productos Canon. Por cierto, finalmente estamos decididos a finalizar las ventas de la cámara réflex de lente única “EOS-1v”, se lee en la web de la empresa.
Lo usual es tomar una foto y revisarla inmediatamente a ver cómo quedó. Eso no se podía hacer con las cámaras analógicas. El cambio a lo digital fue toda una revolución para los amantes de la fotografía; la incorporación de una pantalla posterior para ver en el instante el cuadro tomado cambió todo para siempre.
La EOS-1V no tenía nada de eso: sin pantalla de revisión, ni menús, ni botones de función, y mucho menos las ahora populares configuraciones automáticas, que te permiten tomar fantásticas fotografías sin la necesidad de ser profesional.
Canon anunció que continuará revisando y reparando unidades de la EOS-1V hasta 2025, a menos que se queden sin partes, lo que podría comenzar a suceder después de 2020.