El presidente de la Asociación de Defensa de Consumidores Entrerrianos (Adecen), Gabriel Vargas, afirmó a AIM que la pandemia del Covid-19 modificó las relaciones de consumo, por lo que se debió adecuar la normativa vigente a la situación de aislamiento.
La crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia de coronavirus reconfiguró el mundo. “Hasta marzo del 2020 se puede dividir la situación del mundo y de los consumidores en dos: antes y post-Covid-19, por lo que se deben reformular las relaciones humanas y de mercado”, indicó a esta Agencia Vargas.
En ese sentido, precisó que “las nuevas relaciones se dan entre todos los actores”, por lo que “el Estado tuvo que reelaborar principios que rigen en esas relaciones, donde el mercado se vio resentido porque se redujo el consumo, se agrandó la brecha del desempleo y se profundizó la pauperización salarial”.
Para Vargas, el Estado “debe tomar medidas para controlar la situación de vulnerabilidad estructural en el consumo”. Al respecto, consideró que el gobierno argentino “estuvo a la altura de la circunstancias en algunas situaciones y en otras no tuvo el efecto deseado”, y ejemplificó: “El Estado alcanzó a regular algunas cosas y otras tantas no. Hoy estamos en presencia del quinto aumento del combustible o se intentó regular las subas de alimentos y no se logró, todo eso sin aumentos de salarios. Pero también, por otro lado, sujetó los aumentos de servicios y metió mano en la cuestión financiera con respecto a las tasas de interés”.
Además, agregó que "el aislamiento llevó a un aumento exponencial del consumo electrónico y, en consecuencia aumentaron la cantidad de conflictos derivados de las relaciones de consumo electrónico”.