Cada vez sorprende menos observar personas de cualquier edad y condición practicar deporte en los parques. Y es que la actividad física bien planteada es una potente herramienta de salud que nos puede ayudar a vivir sanos y en forma. Cada vez más personas lo notan, hacen ejercicio y se sienten mejor: descansan, sienten menos estrés, gestionan mejor sus emociones y potencian en su desempeño laboral. Por los Prof. de Educación Física Matías González y Vicente Soto Mari. (*)
El sedentarismo es el factor de riesgo de mortalidad y morbilidad más importante. Si además de tener una baja condición física se le añade el tabaquismo, la hipertensión o la obesidad, se crea un cóctel nocivo para la salud, constituyendo una bomba andante esperando la gota que colme el vaso.
Está claro que el ejercicio es un gran promotor de la salud a muchos niveles, tanto cardiovascular como incluso cerebral. Pero también tiene un importante papel como factor de prevención de enfermedades. Hay estudios que afirman que el ejercicio aeróbico suave puede prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, así como de la enfermedad de Parkinson.
Bien es sabido que la patología cardiaca es la primera causa de muerte según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Tal vez sea debido a un estilo de vida sedentario, por vivir con mayores niveles de estrés o por la predominancia de hábitos tóxicos.
El ejercicio físico adecuadamente planteado regula la tensión arterial, disminuye el porcentaje de grasa corporal, aumenta la perfusión sanguínea en los músculos, aumenta el número de glóbulos rojos a medio y largo plazo, aumenta la irrigación miocárdica, favoreciendo el desarrollo de nuevas arteriolas, venas y capilares, con lo que se reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias y aumenta la esperanza de vida: añade años a la vida y vida a los años.
Beneficios
· El ejercicio físico realizado de manera regular y sistemático ayuda a aliviar los síntomas de las enfermedades crónicas mejorando la calidad de vida del paciente.
· Muchas de las patologías asociadas a las enfermedades crónicas como el sobrepeso encuentran dentro del espectro de la cultura física un complemento activo que lo combate llegando incluso a ser un factor importante en la prevención del surgimiento de las mismas. Además, mejora el sistema cardiovascular, contribuye a la pérdida de peso corporal.
· Los entrenamientos con sobrecarga ayudan a mejorar la fuerza vascular.
· Contribuyen significativamente al fortalecimiento de las articulaciones (músculos, tendones, ligamentos) proporcionando estabilidad articular y la consiguiente prevención de posibles lesiones.
· El ejercicio sistemático ayuda a que la insulina reduzca los niveles de azúcar en sangre.
· Ejercicios específicos y bien dosificados fortalecen los músculos que rodean la columna, el abdomen, así como los del tronco ayudando a reducir con ellos los dolores de espalda.
Este artículo fue publicado en el Material Educativo de Icarus Centro de Salud & Longevidad y cedido a AIM para su difusión.
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