La mayoría de las investigaciones científicas resaltan la conexión entre la serotonina y los estados emocionales relacionados con la satisfacción, la alegría y el optimismo.
La serotonina se produce principalmente en el sistema nervioso central y actúa como un regulador innato del estado de ánimo.
Este neurotransmisor desempeña un papel vital en la supresión de emociones negativas como la ira, la agresión, el insomnio y la falta de apetito y fomenta la calma y la estabilidad emocional.
Cuando los niveles de serotonina se encuentran en equilibrio, se experimenta una sensación de bienestar, paz y concentración, contribuyendo a un estado emocional positivo en general.
Esta hormona neurotransmisora desempeña un papel fundamental en la regulación del sueño, el apetito y la digestión, aspectos esenciales para mantener la salud ósea, favorecer la cicatrización de heridas y reducir la incidencia de la depresión y la ansiedad.
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