Es una de las enfermedades más temidas del verano, por afectar a los ojos y especialmente a la población más vulnerable: los niños y las niñas. Como en toda temporada estival, la patología del tipo viral es la más común. Pero también se pueden dar los que son producidos por bacterias, que suele ser más agresivos. Los galenos consultados por AIM reiteraron el consejo de lavado de manos para prevenir los contagios.[{adj:66878 alignright}]
En el pico de temperaturas extremas tanto en invierno como en verano suelen ser también los momentos de mayor apogeo de ciertas enfermedades contagiosas como lo es la conjuntivitis. Se trata de una inflamación de la membrana transparente que cubre la parte blanca del ojo (conjuntiva) y la superficie interna de los párpados. Esta afección en los ojos produce ardor y picazón, y puede ser producida por un virus o bacterias. En algunas temporadas suele incrementarse más allá de la media, y es por eso que hay que estar atentos. Maximiliano Feldkamp, médico especializado en pediatría y neonatología reiteró a esta Agencia como consejo extremar las medidas de higiene y atención ante cualquier síntoma para que sea atendido a tiempo y convenientemente.
El facultativo apuntó que esta enfermedad puede afectar a toda la población, pero los infantes son los más comprometidos con este tipo de patologías. Según su experiencia en centros de salud en Paraná como en Santa Fe, los casos más frecuentes que se suelen observar en institutos públicos como particulares son los de tipo viral (producidos por un grupo denominado adenovirus), cuyo proceso de desarrollo tiene “un período de tiempo autolimitado”, que suele ser de cinco y siete días. Su tratamiento usualmente se realiza con un desinflamatorio, indicó, pero alertó que las conjuntivitis producidas por bacterias si bien se dan en menor medida, son las de mayor cuidado. Éstas son más agresivas y pueden producir severos daños que incluso pueden afectar las córneas. Asimismo, planteó que en recién nacidos y más pequeños son los más sensibles a este tipo de afección, y que las bacteriales no son “autolimitadas”, no tienen un período determinado de duración del proceso y deben ser tratadas especialmente con antibióticos. Para estas situaciones el primer abordaje es con un “tratamiento antibiótico empírico”, y se puede efectuar un cultivo de la secreción para determinar la bacteria que lo produce y así atacarlo específicamente.
Temporada propicia
El galeno confirmó que los picos de conjuntivitis se dan en invierno y verano. En el primer caso a la par del apogeo de los virus de tipo respiratorios que también impactan con conjuntivitis y suele ir de mano de los resfríos. En tanto en verano, la transmisión del virus se da cuando ingresa por alguna mucosa, a través por las secreciones de los ojos, la nariz y la boca de los afectados que se produce con mayor facilidad al compartir vasos, toallas, sábanas o el agua entornos sociales como piletas y espacios de esparcimiento.
En cuanto a los síntomas para detectar rápidamente el problema, el médico dijo que hay que prestar atención a lagrimeo, enrojecimiento ocular, sensación de cuerpo extraño, edema (hinchazón) y secreciones. “Como todas las virales, es muy sintomática”, graficó.
Como dato a tener en cuenta apuntó que la conjuntivitis de tipo viral se produce en los dos ojos y la bacterial suele darse en uno solo. En esta última se puede dar más secreciones y edema, con un enrojecimiento más pronunciado del párpado, que puede afectar a toda la parte anterior del ojo.
El pediatra contó que antes de evidenciarse algún tipo de síntoma se suele dar un período de incubación de unos cuatro a cinco días, donde no hay infección ni síntomas.
Por último, planteó que la afectación de la enfermedad es de una población amplia, “chicos como adultos, pero la población pediátrica es la más comprometida”, subrayó, por lo que recomendó que ante cualquier señal se debe consultar a un profesional.
Otra pediatra consultada que desarrolla labores en un consultorio privado y un nosocomio público de la ciudad puso especial cuidado de las medidas de higiene para evitar su propagación: lavarse las manos, usar alcohol en gel, no compartir anteojos, ni toallas y tampoco gotas para los ojos.
“Lo más recomendable es consultar ante cualquier síntoma, ya que son contagiosa. Y si no hay lavado de manos en un hogar donde hay algún afectado puede contagiar a otros familiares”, graficó.
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