Un estilo de vida equilibrado es el mayor catalizador de todo aquello que mejora nuestro sistema inmunológico. Puede prevenir cualquier enfermedad o patógeno virósico, como la variante Ómicron de Covid-19, más contagiosa y con mayores mutaciones que las anteriores, ya que afecta proteínas importantes en el reconocimiento celular del ARN/ADN, e impide que nuestro organismo reconozca al agente agresor para atacarlo, facilitando así la infección y propiciando la falla de la respuesta. Por la licenciada en Psicología Mariela Garabello. Especial para AIM
Ante esta situación, si bien es importante estar informados para prevenir, nadie debe entrar en pánico, ya que tener miedo solo lleva a sentirse mal. Además, el organismo reacciona como si ya se estuviera enfrentando un peligro real, aunque no se lo tenga aún presente, alterando desde los propios pasamientos y emociones su función normal y debilitándolo.
Numerosos estudios científicos han demostrado que solo unos minutos de pensamientos negativos dejan el sistema inmunitario en una situación delicada durante horas, ya que se liberan hormonas como las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) y el cortisol, entre otras, que alteran el equilibrio del organismo, manteniéndolo en alerta y produciendo mayor vulnerabilidad.
Por ello se debe apuntar a seguir con la vida normal, fomentando los buenos hábitos de vida, que son la clave de todo el bienestar en general. Aquí no se trata solo de la alimentación y el deporte, sino también del buen descanso y, fundamentalmente, de despejar la mente. El sistema inmunológico decae cuando el hiperestrés y los problemas suscitados en el modo de enfrentar la vida, lo afectan. Cuanto más optimistas somos frente a la capacidad de enfrentar y resolver las contingencias de la vida cotidiana, y de los recursos que se poseen para estar agradecidos y satisfechos, mejor será el funcionamiento del organismo, que mantendrá su homeostasis y salud. Así como la felicidad es una cuestión subjetiva que depende de quién eres y lo que cada uno quiere y por ello de lo que se hace para lograrlo, la salud también se cultiva y refuerza en gran medida por el modo de vida que está determinado por la actitud y la postura frente a ella.
Más optimismo, más vida
Tips para fomentar pensamientos positivos y fortalecer el sistema inmunológico:
-Fomentar la concientización del presente: Solo en el ahora se tiene la posibilidad y el poder de cambio, de disfrute y de vivir. El pasado y el futuro son una ilusión o fantasía. Evaluando el desenvolvimiento en el día a día se puede reforzar lo que ayuda a progresar y corregir lo que no suma, como por ejemplo, los pensamientos negativos. Ser selectivos también es clave para el bienestar. La meditación, el minfulness, el yoga y la autoreflexión son actividades que potencian esta capacidad.
- Asumir la responsabilidad: Si bien no se puede negar que los problemas existen y que no siempre todo saldrá bien, los resultados y las experiencias psicofísicas frente a ello serán más funcionales y positivas, si se propone resolver y alcanzar lo que se desea, lejos de esperar resultados mágicos o echándole la culpa al exterior.
-Ejercitar, dormir bien y buena alimentación: Esta científicamente demostrado que las personas que no duermen bien, así como tampoco se alimentan de modo saludable, tienden a sufrir desestabilidad anímica con gran predominancia de emociones y pensamientos catastróficos, fomentando en gran medida adicciones y otras malas canalizaciones nada saludables. La actividad física es la mejor liberadora de endorfinas y serotoninas, que son las hormonas del bienestar. Además, ayuda a la disminución del estrés y otras emociones negativas acumuladas, al tiempo que estimula el mejor funcionamiento de nuestros órganos, fortalece el cuerpo y la mente.
-Fomentar las actividades recreativas, incluyendo las relaciones sociales: Todas aquellas actividades que distraen, y relajan, donde se pierde la noción del tiempo, activan la parte derecha del cerebro, que es de donde surgen generalmente las soluciones.
Esas actividades generan endorfinas, que fomentan nuestras emociones positivas, disminuyendo el estrés y favoreciendo nuestro buen estado de ánimo.
Las personas que se dan su tiempo para realizar actividades que no tienen que ver con las responsabilidades diarias, que le permiten distraerse y divertirse, suelen ser más positivas y felices.
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