Cada 16 de octubre desde el año 1979 se conmemora el Día mundial de la alimentación, una celebración promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo, propósito que también busca la Agenda 2030 con su meta de hambre cero. Este año, el lema es: "El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás", constató AIM.
2023: El agua es vida, el agua nutre
Cada año, la FAO se centra en un lema para difundir la campaña del Día Mundial de la Alimentación. Para 2023, el lema es: "El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás".
El agua es esencial para la vida en la Tierra, ya que constituye más del 50 por ciento de nuestros cuerpos y cubre aproximadamente el 71 por ciento de la superficie del planeta. Sin embargo, solo el 2,5 por ciento de esta agua es dulce y adecuada para beber, la agricultura y la mayoría de los usos industriales. El agua es crucial para las personas, las economías y la naturaleza, además de ser fundamental para nuestra alimentación. Lamentablemente, el agua dulce no es un recurso infinito.
Factores como el crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático están poniendo una presión cada vez mayor sobre los recursos hídricos del planeta. En las últimas décadas, la cantidad de agua dulce disponible por persona ha disminuido en un 20 por ciento, y la calidad del agua también se está deteriorando.
Es hora de gestionar el agua de manera responsable. Debemos producir alimentos y otros productos agrícolas esenciales utilizando menos agua, al tiempo que garantizamos una distribución equitativa del recurso y preservamos nuestros sistemas alimentarios acuáticos.
¿Por qué exigir una alimentación más sana?
Según los datos de la misma FAO, se estima que en el mundo 672 millones de adultos y 124 millones de menores son obesos y 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso. Esto se debe principalmente a un cambio en la dieta de las personas, sobre todo de aquellas que residen en las ciudades.
El estudio de la FAO demuestra que en los últimos años la comida rápida ha desplazado en gran medida a la comida del hogar y no solo eso, también ha sustituido ingredientes importantes como frutas y verduras, por harina, azúcar, grasas y sal.
Esta realidad, sumada al sedentarismo propio de las profesiones disponibles en las grandes ciudades ha traído como consecuencia que la mala alimentación sea la principal causa de muerte y discapacidad en la actualidad.
Pero, el problema del cambio de dieta no solo afecta la salud del ser humano, también está trayendo graves consecuencias al medio ambiente.
A lo largo de la historia el hombre se ha alimentado de 6000 plantas aproximadamente, pero el cambio en los hábitos alimenticios sumado a la prioridad que tienen los cereales en el mercado actual, ha reducido la biodiversidad de plantas logrando que solo 9 ya representen el 66 por ciento de la producción total de cultivos en todo el planeta.
Todos los años se defienden a animales en peligro de extinción, pero la dieta de los países ha erradicado de la faz de la tierra una amplia cantidad de plantas que al no ser cultivadas y tratadas como malas hierbas, simplemente dejaron de existir.
¿Cómo llevar una alimentación sana?
Lo primero es apostar por las comidas hechas en casa y ayudar a los productores locales a seguir generando vegetales, frutas y verduras, realmente ricas en vitaminas y minerales.
Además debemos es elegir alimentos más saludables para los niños, sustituir una torta de chocolate por galletas de avena y pasas o simplemente darles chocolate negro el cual brinda muchos beneficios al organismo.
También se debe ampliar la gama de frutas y vegetales que conocemos, para ir descubriendo otras plantas que también aportan nutrientes al organismo.
Por último, es imprescindible disminuir el uso de aceite y sal en la cocina, además de tener una rutina de ejercicios diarios.
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