El estrés de minoría es un problema que afrontan las personas Lgbtiq+. Ahora, ¿de dónde viene este estrés? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué consecuencias tiene?
Durante muchos años, las personas Lgbtiq+ han tenido que superar los obstáculos que planteaba una sociedad poco sensible a sus realidades. Por lo tanto, algunos autores sugieren que esta población afronta retos que no atraviesan otros sectores de la sociedad. Así, Ilan Meyer propone un modelo para estudiar esta problemática y lo llama “estrés de minoría”.
El modelo del estrés minoritario establece que como grupo son vulnerables a padecer mayor estrés debido a su condición de minoría. A través de esta teoría, sería posible evaluar de forma más precisa los factores estresantes que experimentan y sus efectos. Por ende, es un recurso útil en la psicología, ya que nos permite entender mejor las necesidades de esta población.
¿En qué consiste el estrés de minoría?
El estrés es una emoción que aparece en situaciones que se perciben como una amenaza o desafío. Hasta cierto punto, es un proceso adaptativo porque le da al organismo un “empujón” extra para cumplir con las demandas. Sin embargo, se vuelve un problema cuando las personas lo experimentan durante períodos de tiempo largos.
De esta manera, todas las personas somos propensas a padecer estrés crónico por diferentes razones. Sin embargo, la población Lgbtiq+ sufre un mayor riesgo de padecer estrés por situaciones que se asocian a su condición de ser. Por ejemplo, para la gente transgénero, en muchos países, es un problema que se les reconozca su identidad de género legalmente. Al mismo tiempo, esto crea dificultades para acceder al trabajo, salud, educación, etc.
Entonces, es posible decir que las personas Lgbtiq+ afrontan retos inherentes a su identidad de género u orientación sexual. Dichas situaciones estresantes son las que Ilan Meyer engloba en su modelo del estrés de minoría.
¿Cómo se observa el estrés de minoría?
Hasta ahora, no se han podido definir con exactitud cuáles son los estresores específicos que experimenta la población Lgbtiq+. No obstante, Meyer reúne una serie de experiencias comunes que tienden a encontrarse en sus vivencias.
1. Experiencias previas de discriminación
Como se mencionó al principio, el entorno social de las personas Lgbtiq+ tiende a ser poco sensible sobre sus vivencias y necesidades. Por ende, es común que sufran discriminación tanto en su familia, como en la escuela o el trabajo. Este tipo de experiencias causan sufrimiento y sentimientos como culpa o vergüenzaque deterioran la salud mental.
Siguiendo esta línea, Barrientos et al. (2019) publicaron un trabajo sobre los efectos del prejuicio sexual en personas transgénero chilenas. En las conclusiones, se señalan consecuencias como síntomas ansiosos y depresivos, consumo de sustancias, autolesión, ideación e intentos suicidas.
2. Expectativas de rechazo
Otro factor de peso en el modelo del estrés de minoría son las expectativas de rechazo que tiene la población Lgbtiq+.
Debido a las experiencias previas de discriminación, estas personas tienden a desarrollar ansiedad ante el rechazo. Entonces, perciben en su entorno una amenaza constante de discriminación y ven el futuro de forma poco alentadora.
3. Ocultamiento de la orientación sexual o la identidad de género
Continuando con lo anterior, también se observa que las personas Lgbtiq+ tienden a ocultar su identidad de género u orientación sexual. Esto es algo esperable si tenemos en cuenta que suelen sufrir rechazo por esa razón. Además, viven con la expectativa de que su entorno los discrimine de alguna manera.
Como resultado, para evadir el estrés y la angustia que genera la experiencia del rechazo, ocultan quienes son. Este comportamiento se refuerza porque al esconderse, obtienen ciertos beneficios sociales. Aunque, al mismo tiempo, genera sufrimiento porque deben reprimir sus deseos, sueños y objetivos reales.
4. Odio internalizado
El estrés de minoría también se expresa a través del desprecio hacia la propia persona. Las personas gays, lesbianas, bisexuales y transgénero tienden a introyectar el rechazo de la sociedad en su interior. Por ende, sienten odio por sus propios deseos y rasgos de personalidad. Esto los puede llevar a tomar decisiones como someterse a “terapias de conversión” con el fin de suprimir quienes son.
Cabe destacar que no existen ninguna evidencia científica que afirme que sea posible cambiar o “curar” la orientación sexual o identidad de género. De hecho, este tipo de “tratamientos” pueden empeorar los problemas de salud mental que ya existen. Además, muchos de esos centros de conversión los dirigen organizaciones religiosas que no cuentan licencia para hacer psicoterapia.
5. Afrontamiento
Las personas Lgbtiq+ tienen una dificultad particular cuando se trata de afrontar la realidad. Por un lado, si aceptan quienes son de forma abierta, pueden volverse víctimas de discriminación y violencia. Pero, al ocultarse, continúan siendo víctimas de los prejuicios sociales. De este modo, es posible decir que existe victimización tanto sí afrontan la situación como si la evitan.
Debido a esto, la población Lgbtiq+ es testigo de cómo aumenta su incertidumbre futura. Tal vez se preguntan: ¿en algún momento las cosas cambiarán?, ¿debería aceptar quién soy y arriesgarme a sufrir?, ¿o permanezco oculto y reprimo lo que siento?
Efectos del estrés de minoría
Ahora bien, ya sabemos que el estrés es una emoción que puede afectar la salud mental y física a largo plazco. Por lo tanto, es lógico asumir que, a causa del estrés de minoría, la población Lgbtiq+ sufre más problemas de salud.
Mongelli et al. (2019) publicaron una revisión sistemática sobre el estrés minoritario y salud mental en esta población. En sus conclusiones, destacan que la evidencia señala que estos grupos tienen un índice más alto de alteraciones psicológicas.
Otra investigación de Flentje et al. (2019) estudió la relación del estrés minoritario con afecciones biológicas. Se encontró evidencia que sugiere un posible vínculo entre estas variables, aunque los autores señalan que hace falta más investigación al respecto.
En conclusión, el modelo de Ilan Meyer nos ofrece una ventana para comprender mejor las dificultades de la población Lgbtiq+. Por lo tanto, es un recurso útil para los profesionales de salud mental que atienden este tipo de casos. Asimismo, el modelo del estrés de minoría sirve para educar más a la población respecto a las vivencias de las minorías.
Fuente: La Mente es Maravillosa
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