El desarrollo de la autonomía es prioritario en la educación de los niños. Gracias a la mejora de su autonomía, el niño será capaz de realizar por sí mismo y sin la ayuda de los demás aquellas tareas que son propias de su edad.
El hábito de autonomía en los niños les permitirá ser independientes y les dotará de la iniciativa necesaria para progresar en su aprendizaje y manejarse satisfactoriamente en sus relaciones con los demás.
El aprendizaje de la autonomía en los niños
El aprendizaje de la autonomía depende de dos factores:
- El ritmo madurativo del niño, ya que no todos los niños se van desarrollando de la misma manera ni al mismo compás.
- La educación recibida de sus padres. Siendo este el factor más importante y un componente que se puede controlar.
Es importante que los niños hagan de manera independiente el mayor número de actividades que puedan realizar solos y no conlleven peligro. Estas tareas se engloban en hábitos de autonomía que son fundamentales en su educación:
- Vestirse. El niño debe aprender a vestirse y desvestirse solo, elegir qué ponerse, cuidar sus pertenencias, etc.
- Vida social. En lo referente a las relaciones sociales existen pequeñas tareas que el niño puede ir realizando en la búsqueda de su independencia. Hábitos como saber esperar su turno, pedir las cosas por favor, saber escuchar, saludar a los conocidos, etc.
- Higiene. Ya desde muy pequeños aprender a controlar esfínteres. Es cuando deja el pañal el momento clave donde el niño se ve independiente. Todas las actividades referidas a la higiene personal son importantes, desde el cepillado de dientes, lavarse las manos, etc.
- Comer. Saber usar los cubiertos, comer solos, respetar las normas sentados a la mesa, son actividades que el niño debe aprender y realizar con independencia a medida que avance en su desarrollo.
Consejos para fomentar la autonomía en los niños
Conseguir que el niño sea autónomo es un proceso en donde los padres deben ser un apoyo y una guía. Y en el que los niños han de sentirse seguros para aprender a tomar decisiones. Para facilitar este proceso os dejamos unos consejos:
- Evitar acelerar el ritmo en el desarrollo de la autonomía queriendo que lo haga todo 'él solito' lo más pronto posible. Es contraproducente exigir al niño hacer cosas sin que haya alcanzado el grado de madurez adecuado para realizar las tareas que se le piden.
- Evitar hacer todo por ellos. En el otro extremo podemos encontrar a padres sobreprotectores que no dejan intentar hacer tareas a los niños para las que están ya preparados. No les dan margen para equivocarse ni aprender de sus propios errores. En conclusión, se debe aceptar la necesidad de independencia del niño aceptando que el niño ha crecido y darle su propio espacio.
- Ser comunicativos. Hablar con los niños desde el respeto y la empatía es fundamental para enseñarles a ser autónomos. Gracias a ello el niño tendrá la confianza necesaria con el adulto para manifestar su deseo de hacer las cosas por sí mismo utilizando tanto el lenguaje verbal como el gestual.
- Dar seguridad al niño a través del establecimiento de límites y normas. Si el niño convive con unos límites claros y lógicos le dará la seguridad necesaria para actuar por sí mismo.
- Apoyar sus logros. El niño debe sentir el apoyo y el interés de los adultos de su entorno a medida que van evolucionando sus capacidades y va realizando con éxito tareas de manera independiente.
- Valorar su esfuerzo. Cuando el niño cometa errores y no avance los adultos deben enseñar a los pequeños a tolerar su frustración y enseñarles que a través del esfuerzo y los fallos se aprende mejor.
- Ofrecer escenarios donde pueda practicar. Ir dándole tareas sencillas de la vida cotidiana que el niño pueda realizar solo recordando los pasos que tiene que hacer e ir disminuyendo esta ayuda a medida que el niño no la necesite.
Fuente: guiainfantil.com
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