Investigaciones realizadas en diversas partes del mundo muestran que existe una fuerte relación entre la instalación de ciclovías y el incremento de ciclistas en las ciudades. Y en São Paulo, la mayor ciudad de Brasil y del hemisferio sur, esto no es distinto.
Un estudio ha demostrado que el hecho de que exista una ciclovía cerca de casa –a 500 metros de distancia– como así también acceso a estaciones de tren o del metro –hasta a 1.500 metros de distancia de casa– se erigieron en importantes incentivos al uso de las bicicletas como medio de transporte.
Este trabajo, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – Fapesp, estuvo a cargo de investigadores de la Escuela de Artes, Ciencias y Humanidades de la Universidad de São Paulo (Each-USP) y de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo (FSP-USP), en colaboración con pares de la Universidad de Melbourne, en Australia.
Resultados publicados en la revista International Journal of Environment Research and Public Health muestran que las probabilidades de usar bicicletas como medio de transporte se incrementan un 154 por ciento entre los habitantes de áreas cercanas a las ciclopistas. Para quienes que viven cerca de estaciones de tren o del metro, ese aumento se ubicó en el 107 por ciento, independientemente de factores tales como el sexo, la edad, el nivel de educación o el barrio.
“El gran debate consiste en saber en qué medida pueden contribuir las ciclopistas a que la gente haga mayor uso de las bicicletas. Durante el tiempo en que tuvimos una política de construcción de ciclopistas en São Paulo –los últimos tres años– se las criticó mucho diciendo que nadie las usaba. Es un pensamiento inmediatista. Nuestro estudio pone de relieve que primeramente hay que asegurar el espacio, fundamentalmente en una ciudad como São Paulo, con un tránsito tan violento y capaz de inhibir el uso de las bicicletas”, dijo Alex Florindo, docente de la Each-USP y primer autor del estudio.
De acuerdo con el artículo, la lógica que indica que las ciclopistas impulsan el uso de las bicicletas y no lo contrario también cobra materialidad en países de altos ingresos. “Países considerados como referentes en ciclismo, tales como Dinamarca y Holanda –en donde la utilización de las bicicletas responde por más del 25 por ciento de los desplazamientos–, pasaron primeramente por un proceso de garantía del espacio destinado a los ciclistas para que posteriormente se registrase una expansión significativa del empleo de las bicicletas”, declaró Florindo.
Y aun con el impulso de las ciclopistas, la prevalencia de uso de las bicicletas como medio de transporte sigue siendo baja en São Paulo. Tan sólo el 5,1 por ciento de la población de adultos las utiliza para desplazarse por la ciudad. De acuerdo con el estudio, este contingente está conformado fundamentalmente por varones solteros y que tienen bicicletas propias.
“La prevalencia del 5,1 por ciento constituye un índice sumamente bajo. El uso de las bicicletas se relaciona con diversos beneficios, tanto individuales como para toda la ciudad. Su utilización expande la práctica de la actividad física y previene la obesidad y enfermedades relacionadas con el sedentarismo como las afecciones cardiovasculares, aparte de contribuir en la mejora del tránsito, pues disminuye la cantidad de automóviles que circulan y se reduce la polución del aire”, dijo Florindo.
Este estudio se llevó a cabo con base en datos de la Investigación sobre la Salud de São Paulo (ISA), realizada en colaboración con la Secretaría Municipal de Salud de São Paulo en 2015, durante un período de tiempo en el cual se materializó una política de construcción de ciclovías y vías segregadas en la ciudad.
Sin embargo, para los investigadores, la escasa adhesión al uso de las bicicletas como medio de transporte en la ciudad de São Paulo muestra la necesidad de que existan programas de incentivo, tales como campañas educativas y sistemas de bicicletas compartidas.
“Es necesario estimular a la gente a que haga uso de las bicicletas, a las familias especialmente. Por ahora la utilización de las bicicletas sigue apareciendo como un gran riesgo en medio de un tránsito violento y a menudo hostil para con los ciclistas. Por eso las vías segregadas durante los fines de semana son tan importantes para que la gente empiece a usarlas. También debe mejorarse el sistema de bicicletas compartidas y los estacionamientos para bicicletas o bicicletarios en las estaciones de tren y del metro”, dijo Florindo.
En el artículo también se efectúa una comparación de la realidad de la capital paulista con otras ciudades brasileñas. El promedio nacional de prevalencia de uso de la bicicleta como medio de transporte fue del 13,3 por ciento de la población adulta, variando del 8,8 por ciento en la localidad de Vitória [la capital del estado de Espírito Santo]al 16,6 por ciento en Recife [la capital del estado de Pernambuco]. En países europeos donde es común su uso, como Holanda, la media llega al 27 por ciento de la población adulta.
El equipo de investigadores ahora efectuará un estudio longitudinal del tema. “Entrevistaremos a las mismas personas del estudio de 2015 para verificar qué ha cambiado con relación al ambiente construido y la expansión que ha habido de ciclovías. Sabemos que hubo una discontinuidad de esa política de incentivo a las vías para ciclistas en la ciudad. Veremos entonces cómo esto ha impactado con relación al uso de las bicicletas”, dijo Florindo.
En el nuevo estudio, los investigadores medirán también otras variables del ambiente, tales como parques, plazas y factores relacionados con la salud como la práctica de actividades físicas, la alimentación y el peso corporal. “De este modo podremos contar con una respuesta referente a los posibles impactos del ambiente sobre estos temas de salud”, dijo Florindo.
Fuente: Ag. Fapesp/Dicyt
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