La mejor opción para tener un peso saludable es alcanzar el equilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas a través de la actividad física diaria. Por la Lic. en Nutrición, Delfina Pintos.
A esto se le denomina balance energético, que puede ser positivo (cuando se ingieren más calorías que las que se gastan), negativo (cuando se ingieren menos calorías que las que se gastan) o neutro (cuando se consumen las mismas calorías que se gastan a lo largo del día).
Para tener un buen balance energético hay que gastar calorías, pero manteniendo los principios de una alimentación adecuada e incrementando la actividad física para conseguir un estilo de vida saludable.
El baile como actividad física
Para bailar, no hay edad y aporta múltiples beneficios para el sistema respiratorio y vascular; además corrige la postura, fortalece los músculos, potencia la coordinación, el aspecto o imagen, mejora el humor, entre otros.
Abrirse a bailar es introducirse a experimentar la vida en forma plena y vital. Toda mujer y hombre deberían permitirse, más allá de sus condiciones, liberar su “bailarín interior” y conocer la alegría de vivir a través del baile. Danzar así se vuelve la medicina más potente y eficiente para curar y revitalizarse en todos los aspectos.
Gasto energético en el baile
El número de calorías quemadas en una hora de baile varía de una persona a otra dependiendo de la edad, la altura, el peso, la intensidad y por supuesto, la alimentación.
La alimentación es clave
Aunque bailar gasta energía y quema calorías, para lograr un balance energético negativo se debe comer acorde.
Los alimentos son la fuente de energía del cuerpo. Si no se sostiene una alimentación equilibrada, difícilmente se tenga la energía necesaria para realizar cualquier tipo de actividad diaria. Por su parte, el combustible del cuerpo antes de entrenar y post entrenamiento, para la recuperación, son los hidratos de carbono. A la hora de elegirlos, se deben optar por los de origen natural y ricos en fibras como cereales integrales, legumbres y vegetales almidonados. El nutriente que se va a encargar de regenerar los tejidos y, por ende, de aumentar la resistencia durante la actividad, son las proteínas, cuya fuente más completa son el huevo, los lácteos descremados y las carnes magras.
Por ello es fundamental que ambos nutrientes sean incluidos en las comidas pre y post ejercicio para un mejor rendimiento, resistencia y regeneración muscular.
Ejemplos de desayunos
Tanto si se desayuna antes como después de entrenar, es fundamental la incorporación de proteínas e hidratos de carbono, para aumentar los niveles de energía y resistencia cuando se consumen previo al ejercicio, como para reponer depósitos y colaborar en la reparación de tejidos cuando se consumen post ejercicio. En esta primera comida del día, lo más importante es lograr combinaciones que permitan mantener la insulina a raya para utilizar la grasa como fuente de energía. Para ello, se sugiere evitar el consumo de hidratos de carbono de rápida absorción como ser azúcares (miel, mermeladas caseras, azúcar mascabo) y harinas blancas (pan blanco, galletitas de agua, copos de maíz, etc.). Algunos ejemplos de desayuno pueden ser:
· Café + frutos secos (Grasas saludables y proteínas – saciedad, resistencia-) + fruta (energía rápida y fibra).
· Café (cafeína, energizante) + pan integral (hidrato de carbono de bajo índice glucémico – combustible a largo plazo) con queso o huevo (proteína necesaria para frenar la absorción rápida del hidrato y generar resistencia) y fruta (fibra).
· Panqueque (huevo, harina saludable, fruta).
Ejemplo de meriendas
Por la tarde, se produce naturalmente una caída de la serotonina (comúnmente conocida como la “hormona de la felicidad”). El precursor de la serotonina es el triptófano, un aminoácido presente en los alimentos fuente de hidrato de carbono mencionados anteriormente. Por la baja de esta hormona, es habitual sentir un mayor deseo por alimentos dulces por la tarde, por ello algunas sugerencias saludables para aportar este aminoácido y calmar esta necesidad pueden ser:
· Yogur (proteína) + granola (avena, frutas deshidratadas, semillas o frutos secos, Stevia o mascabo o miel).
· Panqueque (harina saludable*, huevo, futas, coco, Stevia o mascabo o miel -hidrato de carbono + proteína-).
· Licuado (agua o leche + fruta) + galletitas caseras (harina saludable, huevo, semillas, Stevia o miel o mascabo o dátiles -hidratos de carbono + proteínas + grasas saludables-).
· Infusión + budín casero (harina saludable, fruta, huevo, Stevia o miel o mascabo o dátiles – hidrato de carbono + proteína).
*Tipos de harinas saludables: harina de trigo integral, harina de arroz integral, harina de legumbres, harina de frutos secos.
Articulo publicado en el Material Educativo de Icarus Centro de Salud & Longevidad.
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