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Salud y Bienestar
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La importancia del orden

El orden está determinado por María Montessori como uno de los períodos sensitivos que permanece en la vida del niño hasta los seis años pero que principalmente se vuelve más intenso entre uno y tres años de edad. Entonces la pregunta que nos empezamos a hacer es qué ofrecer y cómo prepararnos para que esta sensibilidad se active y se fortalezca en los niños.
Lo primero que se debe considerar es la importancia que tiene el orden en la vida del niño, crecer en un ambiente con orden le permite una mejor y más exacta comprensión del mundo, estableciendo conexiones y relaciones entre las cosas y las personas, disponer de un panorama externo ordenado le da más seguridad para su adaptación porque encontrar diariamente lo mismo, en el mismo lugar y cumpliendo la misma función le permite empezar a anticipar situaciones que ya antes fue conociendo y explorando. El orden para los niños es aplicable a todo lo que forma parte de su existencia, a todo lo que interioriza a través de sus sentidos.
Es una sensibilidad que empieza a poner en funcionamiento la lógica y el razonamiento, si como adultos respetamos el orden externo ayudando a que sea posible, también se está colaborando para que el niño pueda organizar su propio orden interno: el movimiento u orientación de las partes de su cuerpo en relación al entorno.
Si observamos atentamente al niño vamos a poder determinar lo real de esta necesidad, la base de su importancia no tiene que ver con educar un niño ordenado o no desordenado, él naturalmente siempre va a tratar de conseguir algún tipo de orden en sus acciones o trabajos, por ejemplo, acomodar en fila simples bloques antes de usarlos para la construcción de alguna torre, puede ser uno de los tantos indicios que demuestran su búsqueda para satisfacer este período sensible.
Su actitud y sus emociones son diferentes con orden, está más tranquilo, concentrado, seguro, dispuesto, independiente, feliz y cuando algo se desestabiliza en ese equilibrio aparece el capricho, el llanto, la angustia, el miedo, la frustración, la dependencia y la inestabilidad en general.
¿Cómo preparar el ambiente para que el período de orden pueda desarrollarse?
De más está decir que todo el hogar donde habita el niño debe estar ordenado y fundamentalmente limpio, ya que muchas de sus rutinas diarias allí se producen, sería ideal poder preparar todos o la mayoría de los ambientes de la casa con objetos que se correspondan con las proporciones del niño, por ejemplo, en la cocina un pequeño mueble donde pueda agarrar sus propios utensilios (un pequeño vaso y una jarra para tomar agua), cada familia con sus posibilidades encontrará la forma que invite a la mejor adaptación. Muchos niños disponen de “su ambiente principal”, ya sea su habitación u otro espacio destinado en el hogar con sus pertenencias y sus materiales de trabajo. Cualquiera sea el caso, para lograr que esta sensibilidad pueda activarse más intensamente debemos estar atentos y cuidar de los siguientes detalles:
- Ofrecer los materiales que va a utilizar en estantes que estén a su altura.
- No saturar, controlar la cantidad que se va a ofrecer para que no se produzca un amontonamiento de materiales, de esta forma ninguno perderá protagonismo ya que podrá ser visualizado exclusivamente.
- Cada material se presenta en una bandeja, un canasto, una caja que el niño pueda sostener y transportar sin dificultad.
- Los materiales se dividirán de acuerdo a la función que cumplen, por ejemplo, los materiales de pintar van a estar separados de los libros.
- Luego de usar el material se guarda en el mismo lugar y en perfectas condiciones, esto corresponde a un límite que se ira trabajando poco a poco, primero se mostrará cómo se guarda, cómo se limpia, luego se ayudará y se hará junto al niño, hasta que adquiera esta rutina y lo haga completamente solo (a su manera), es claro que sus primeras tareas de orden no serán tan ordenadas pero se aceptarán de todas formas, al rato y cuando el niño no esté mirando se puede ordenar rápidamente todo otra vez, con el tiempo visualizará nuevos detalles para un guardado más perfecto e intentará que su orden sea cada vez más exacto.
- Materiales estéticos, que demuestren belleza por su cuidado constante.
- Evitar material duplicado, ya que le impide saber esperar y ser más consciente y responsable en su cuidado, deja de ser así cuando a uno de estos le pasa algo y sabe que hay otro para suplantarlo.
El niño, a diferencia del adulto, no es indiferente a los cambios que se producen en el ambiente, por eso debemos prepararlo, cuidando hasta los más mínimos detalles, él los va a notar, se debe entender que esta es una de sus prioridades y necesidades más significantes para desarrollar con orden su conocimiento del mundo.
Fuente: Crianza Montessori

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