La meditación constituye una actividad antigua que forma parte de casi todas las religiones del mundo. Su práctica, derivada de varias ramas del budismo, se ha abierto camino en el mundo secular durante los últimos años como un modo de promover la calma y el bienestar general. Sencillamente, significa vivir puramente en el momento, prestar atención a lo que se está haciendo y a cómo se está haciendo. Por la doctora Estefanía Peltzer, Especialista en Medicina General y Familiar. Especial para AIM.
Existen tres formas de meditación comunes (atención focalizada, Consciencia plena y compasión), que se practican ahora en todas partes, desde hospitales hasta colegios; y cada vez más, se han ido sometiendo al escrutinio científico en todo el mundo.
La meditación produce cambios fisiológicos tanto en el cerebro como en el volumen de tejidos de determinadas áreas. Quienes la practican también experimentan efectos psicológicos beneficiosos y son menos propensos a sufrir estrés.
Sus objetivos se basan en los de la psicología clínica, la psiquiatría, la medicina preventiva y la educación y, según demuestran cada vez más estudios, pueden ser un tratamiento eficaz para la depresión y el dolor crónico, además de ayudar a cultivar sensación de bienestar general.
Meditación a consciencia
Entre los beneficios de la meditación “mindfulness” (a conciencia), cada vez más popular, está la reducción del estrés, la disminución del riesgo de diversas enfermedades, y el mejoramiento del bienestar. Además, la práctica de la meditación está asociada con cambios en la estructura física del cerebro.
En rigor, las bases experimentales para apoyar estas afirmaciones habían sido pocas ya que los partidarios de la práctica se habían basado en muestras muy pequeñas de sujetos no representativos, como monjes budistas aislados que pasan horas meditando todos los días, o en estudios que, generalmente, no fueron autorizados ni tampoco incluyeron grupos control con placebo.
Sin embargo, el profesor asociado de psicología y director del Laboratorio de Salud y Rendimiento Humano en Universidad de Carnegie Mellon, J. David Creswell, también director del estudio titulado Alteraciones en la conectividad funcional del estado de descanso. Meditación mental con reducción de la interleukina-6: un ensayo aleatorio controlado, afirmó que meditar conscientemente exige "una conciencia abierta y receptiva, sin prejuicios de su experiencia de momento presente". Una dificultad de investigar la meditación ha sido el problema del placebo. En estudios rigurosos, algunos participantes reciben tratamiento mientras que otros un placebo: creen que están tomando el mismo tratamiento cuando en realidad, no es así, aunque, normalmente, la gente se da cuenta si está meditando. En colaboración con científicos de varias universidades, el Dr. Creswell logró fingir la meditación consciente.
El estudio consistió en reclutar a 35 hombres y mujeres desempleados que buscaban trabajo y experimentaban un estrés considerable. Se les extrajo sangre y se realizaron escáneres cerebrales. A la mitad de los sujetos se les enseñó meditación formal de atención plena en un centro de retiro residencial; el resto completó una especie de falsa meditación de atención plena, que se centró en la relajación y distraerse de las preocupaciones y el estrés.
Al final de tres días, los participantes dijeron a los investigadores que se sentían renovados y más capaces de soportar el estrés del desempleo. Sin embargo, las exploraciones cerebrales de seguimiento mostraron diferencias sólo en aquellos que se sometieron a la meditación consciente. Hubo más actividad, o comunicación, entre las porciones de su cerebro que procesan las reacciones relacionadas con el estrés y otras áreas relacionadas con el enfoque y la calma. Cuatro meses más tarde, aquellos que habían practicado la atención plena mostraban niveles mucho más bajos en la sangre de un marcador de inflamación no saludable que el grupo de relajación, aunque pocos todavía meditaban. Este marcador de enfermedad inflamatoria se refiere a la IL-6 (interleukina-6), que son sustancias que actúan como mediadoras o mensajeras en los diferentes procesos de inflamación de nuestro cuerpo.
Creswell y sus colegas creen que los cambios en el cerebro contribuyeron a la subsiguiente reducción de la inflamación, aunque el cómo se desconoce. Tampoco está claro si es necesario pasar tres días ininterrumpidos de contemplación para cosechar los beneficios, ya que cuando se trata de conocer cuánta atención es necesaria para mejorar la salud, "no hay idea de la dosis ideal".
Pero eso no es todo, hay evidencia de que el entrenamiento de meditación consciente produce cambios en una región que se sabe que es importante en el control ejecutivo del cerebro, que a su vez se asocia con mejoras en el marcador IL-6 de riesgo de enfermedad inflamatoria.
Aunque la meditación es una actividad mental, sus efectos sobre la fisiología humana han recibido mucha atención.
Los efectos de la meditación sobre la salud se basan en el principio de la conexión mente-cuerpo. Las prácticas se aceptan generalmente como tratamientos para problemas y bienestar general y ya existe un creciente número de publicaciones que demuestran la eficacia de la meditación en varios problemas relacionados con la salud.
Los beneficios de la meditación para la salud
Cerebro: La práctica de la meditación está asociada con cambios en la estructura física del cerebro. Un estudio publicado en 2005 del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos encontró que las áreas asociadas con la atención y la manera en la que procesamos información sensorial eran más activas entre quienes meditaban. El estudio también indicó que la meditación podría hacer más lento el envejecimiento del cerebro.
Estómago: Cuando nos estresamos, nuestro cuerpo desactiva las funciones no esenciales como la digestión y la reproducción. La Universidad Plattsburgh State de Nueva York encontró que la meditación puede indirectamente mejorar el funcionamiento del sistema digestivo pues reduce el estrés. Y un estudio sueco de 2011 utilizó meditación de conciencia plena y mostró una reducción de los síntomas del síndrome de colon irritable que se mantuvo por más de un año después de completar el tratamiento.
Sistema inmunitario: La meditación puede estimular al sistema inmunitario o inmunológico. Un estudio de 2003 publicado en 'Psychosomatic Medicine' encontró que los anticuerpos de la vacuna contra la influenza aumentaron significativamente entre los sujetos que meditaban.
Corazón: Como la meditación reduce el estrés y la ansiedad, se piensa que puede ayudar a reducir la presión sanguínea y las enfermedades cardíacas. Un estudio llevado a cabo en Texas en 2003 entre pacientes mujeres con dolencias del corazón mostró una mejora significativa en la habilidad de las participantes para controlar los factores de estrés adversos.
Presión arterial e hipertensión: La presión arterial es una de las variables fisiológicas medibles más fáciles. Existe una fuerte evidencia de que la meditación reduce la presión arterial para las personas con hipertensión moderada. Sin embargo, la mayoría de los estudios indican que el beneficio desaparece una vez que la práctica se interrumpe.
Metabolismo y respiración: Numerosos estudios han demostrado que durante la meditación el consumo de oxígeno se reduce (hasta el 50 por ciento), y la eliminación de dióxido de carbono aumenta (hasta el 50 por ciento).
Resistencia a la piel: La baja resistencia de la piel (medida en términos de respuesta galvánica de la piel) es un buen indicador de estrés. Como se esperaba, una baja resistencia de la piel fue documentada por muchos investigadores que meditan.
Mayor rendimiento en la prueba de inteligencia no verbal: investigadores también han encontrado resultados de mejoras en las capacidades cognitivas. Los estudios sobre los profesionales de meditación, generalmente reportaron tener un impacto positivo en la inteligencia calificaciones escolares, capacidad de memoria a corto y largo plazo.
Además, los fenómenos psíquicos y emocionales tienen procesos fisiológicos paralelos, como, por ejemplo; en la “disolución de los patrones habituales de la percepción”. Los seres humanos son gobernados principalmente por pensamientos rígidos, sentimiento y reacciones. Muchos de estos patrones son insalubres y causan problemas neuróticos y psicóticos, y la mayoría se deben a la identificación con emociones que no somos capaces de controlar y regular. Con la observación aislada, las emociones y los pensamientos pierden su poder y nos tornamos capaces de identificar los patrones de conducta poco saludables y eliminarlos.
Intervenciones benéficas
La meditación también es eficaz en el manejo del dolor y en la mejora del sistema inmune, pero además, aumenta los niveles reportados de felicidad, autoconfianza y efectividad general.
Las intervenciones han sido benéficas en el tratamiento de diversas afecciones clínicas, que incluyen la hipertensión, trastornos cardiovasculares, síndromes de dolor y enfermedades músculo-esqueléticas, trastornos respiratorios (asma, enfermedad pulmonar obstructiva, problemas dermatológicos como psoriasis, alergias y trastornos inmunológicos).
En conclusión
La relajación es uno de los componentes primarios de todo tipo de meditación que induce a un estado agradable y profundo del cuerpo y la mente.
En respuesta a ella se producen efectos que incluyen la disminución de la tasa metabólica, presión arterial y frecuencia cardíaca, relajación muscular y respiración rítmica, entre otros, que ayudan en el equilibrio de las anomalías fisiológicas y promueven la curación.
De la Redacción de AIM.
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