Científicos de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (Fmrp-USP), en Brasil, lograron demostrar el potencial de un medicamento que se aplica contra la leucemia en el tratamiento del cáncer cerebral más común entre los niños: el meduloblastoma. Se puso a prueba el trióxido de arsénico en células de una de las variedades más agresivas de este tipo de tumores y el mismo exhibió resultados prometedores en la eliminación de las células tumorales, además de volverlas más sensibles a la radioterapia.
Este estudio, publicado en la revista Scientific Reports, contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - Fapesp.
“Los meduloblastomas se dividen actualmente en 12 subgrupos, de acuerdo con sus características moleculares que también indican el pronóstico. Uno de los grupos con peor pronóstico es el que se conoce como SHH con mutación somática en el gen TP53, en cuyo tratamiento se combina la quimioterapia y la radioterapia”, dice Paulo Henrique dos Santos Klinger, primer autor del artículo, fruto de su investigación de maestría en la Fmrp-USP con beca del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil.
Este estudio integra el proyecto intitulado “La interacción entre blancos terapéuticos emergentes y las vías de desarrollo asociadas a la tumorigénesis, con énfasis en las neoplasias de niños y adolescentes”, coordinado por Luiz Gonzaga Tone, docente de la Fmrp-USP.
“En este proyecto se enfocó la investigación en profundidad de la desregulación de las vías de señalización que controlan el desarrollo embrionario normal y su interrelación con el comienzo y la progresión del cáncer en la infancia y en la juventud”, explica el investigador.
En niños, la radioterapia en el cerebro puede dejar graves secuelas cognitivas, endócrinas y de locomoción. De allí la búsqueda de tratamientos que disminuyan o eliminen la necesidad de irradiación.
En el estudio, los investigadores seleccionaron distintos linajes de células tumorales del subtipo SHH y testearon diferentes dosis de trióxido de arsénico, un fármaco que se emplea en el tratamiento de la leucemia mieloide. Asimismo, probaron una combinación de este tratamiento con distintas dosis de irradiación.
El fármaco por sí solo logró eliminar a las células tumorales e incluso evitar la formación de nuevas colonias celulares. Y sus efectos se potenciaron cuando se combinó el medicamento con la irradiación. Al aplicárselo en células sanas, mostró escaso efecto tóxico.
El trióxido de arsénico por sí solo podría incluso erigirse como un tratamiento para portadores de meduloblastoma de hasta tres años de edad, y podría explorarse su acción combinada con quimioterapéuticos clásicos contra meduloblastomas. A los niños de esa franja etaria no puede tratárselos con radioterapia en el cerebro a causa de los daños irreversibles que puede provocar la radiación en el sistema nervioso.
La elección de esta droga obedeció al hecho de que se la conoce porque bloquea la misma vía de señalización celular, denominada SHH, en la leucemia. Esencial durante la génesis del embrión humano, la SHH es desactivada cuando culmina la embriogénesis. Cuando se reactiva, por motivos que aún se desconocen, termina derivando en ciertos tipos de cáncer, tales como algunos de piel, meduloblastomas y distintos tipos de leucemia.
“Otra ventaja del trióxido de arsénico residió en su capacidad de penetración en la barrera hematoencefálica, que es la estructura que protege al sistema nervioso central contra las sustancias potencialmente tóxicas presentes en la sangre. Estudios previos demostraron que, en los meduloblastomas, la penetración fue razonable”, explica Elvis Terci Valera, médico asistente del hospital escuela (Hospital de Clínicas) de la Fmrp-USP y docente del posgrado del Programa de Salud de Niños y Adolescentes de la institución, quien coordinó el estudio.
Normalmente, los meduloblastomas del grupo SHH tienen un pronóstico intermedio, con la mitad de los pacientes que responden bien al tratamiento. Sin embargo, cuando ocurre la mutación somática en el gen TP53, el pronóstico es peor. Sucede que ese gen tiene la función de chequear la vía SHH, y puede corregir eventuales alteraciones que llevan al cáncer.
“La mutación germinativa en ese gen apunta hacia el llamado Síndrome de Li-Fraumeni, que se caracteriza por un conjunto de factores clínicos que generalmente comprenden la pérdida de la función del gen TP53 que aumenta las posibilidades de aparición de distintos tipos de tumores”, dice Dos Santos Klinger. Entre los niños y los adolescentes que padecen este síndrome se registra una frecuencia aumentada del surgimiento de meduloblastomas, particularmente del subgrupo SHH.
Los investigadores ahora pretenden poner a prueba el medicamento en modelos animales, con el fin de verificar si los resultados serán los mismos. En caso positivo, el tratamiento podría testearse futuramente en humanos.
Fuente: Agencia Fapesp/Dicyt.-
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