Con la salida de la primera estrella, y deseándose Shaná Tová (buen año) la comunidad judía celebra este domingo Rosh Hashaná (año nuevo), el 5783. “La celebración marca el punto de partida de 10 jornadas de reflexión que culminan con la festividad de Yom Kippur, que es el día del Perdón, cuando se hace un balance de lo vivido y se obtiene la purificación espiritual”, dijo a AIM el integrante de la comunidad Sebastián Vainstein.
La comunidad judía recibirá el Año Nuevo (Rosh Hashaná), el 5783, este domingo al atardecer, y la celebración continuará el lunes y martes. El año nuevo del calendario lunar judío, se celebra el primero y el segundo día del mes de Tishrei, en que, según la Biblia, Dios creó el mundo.
En diálogo con esta Agencia Vainstein señaló que el Año Nuevo judío “es un momento para comenzar la introspección, mirar hacia atrás en los errores del pasado año y la planificación de los cambios a realizar en el nuevo año. La tradición judía manda que estos días no se trabaje, ya que gran parte del día se está en la sinagoga, donde hay una liturgia ampliada”.
De hecho, contó, hay un llamado especial de lectura para Rosh Hashaná y Yom Kipur, por las amplias variaciones litúrgicas para estos días festivos. “Desde este viernes por la noche hasta el domingo son días festivos, en los cuales recibimos el Año Nuevo, que se continúa en un plazo de 10 días hasta Iom Kipur. Es lo que se denomina las altas fiestas, Iamim Norahim en hebreo, que quiere decir días temibles, en donde se nos juzgará por nuestras conductas frente a nuestros semejantes, y en el día del Perdón, ante Dios”
De qué se trata
“Rosh Hashaná se festeja dos días para que todos los judíos del mundo lo celebren simultáneamente por las diferencias horarias”, dijo Vainstein a AIM. La celebración marca el punto de partida de 10 jornadas de reflexión que culminan con la festividad de Yom Kippur, que es el día del Perdón, cuando se hace un balance de lo vivido y se obtiene la purificación espiritual.
Esta secuencia comienza en el judaísmo con la luna nueva de Elul, último mes del calendario que precede a Rosh Hashaná. Durante todo el mes se escuchan temprano, en la madrugada, los sonidos del shofar (cuerno de carnero), que llama al judío al arrepentimiento y le recuerda la proximidad de las fiestas religiosas.
Una celebración en familia
Aunque en esta oportunidad la cuarentena plantea un escenario diferente, para esta festividad, las familias se reúnen y se realiza una cena, donde se preparan comidas típicas de la celebración. Generalmente se reúnen abuelos, padres, hijos, hermanos y tíos, aunque en algunas oportunidades se invita a los amigos, aunque más que nada, es una celebración intima. Se prepara una mesa muy bien arreglada, con los mejores platos, vasos, y cubiertos.
No pueden faltar manzanas y miel, que simbolizan la dulzura. La miel significa el augurio de un próximo año dulce. El pan jalá y platos sencillos elaborados con pescado o pollo con miel y una copa de vino dulce ritual es bebida. Se pone en la mesa una cabeza de pescado para ‘ser pescado y no cola.
En la cena, se realiza una bendición con el vino y se moja una rodaja de manzana en miel. Para el postre, no puede faltar la torta elaborada con miel. En la Sinagoga, el sonido del shofar recuerda al que tocaban en épocas de guerra para asustar al enemigo”. “Para desearse buen año, se dice ‘shaná tová, jatimá tová’, que significa que sea inscripto y sellado.
Rosh Ashaná y Iom Kipur forman una unidad llamada Iamim Noraim (fiestas austeras). Son días de arrepentimiento y de introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas. Por eso en Iom Kipur se acostumbra a pedir perdón por los pecados cometidos, comprometiéndonos a no repetirlos. Esa noche se pide perdón y cada uno tiene el deseo de reconciliarse con quienes estamos enemistados. En fin, una celebración familiar cargada de significado para todos. ¡Shaná tová umetuká!.
Los criterios
Para el inicio del año hebreo hay dos criterios: según la Biblia, este mes (el de la salida de Egipto: Nisán, (por marzo-abril) será principio de meses, el primero de los meses del año (Shemot Éxodo 12.2). Pero posteriormente la tradición judía ha establecido el comienzo del año en el mes hebreo de Tishrei (por septiembre-octubre), cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, por considerárselo el mes en que Dios creó el mundo. En este día, según la tradición, fue creado el primer hombre: Adam “(El rojo”).
La celebración de Rosh Hashaná comienza al anochecer de hoy con el sonido del shofar, un cuerno que llama a los judíos a la meditación, el auto-examen y el arrepentimiento. Es el primero de los días de oración, penitencia y caridad que terminan con el Yom Kippur (día del Perdón).
También se lo conoce como el día del Juicio y como el día del Recuerdo porque, según la tradición, ese día Dios juzga a los hombres, abriendo tres libros: uno, con los malos (quienes quedan inscriptos y sellados para la muerte), otro, con los buenos (quienes quedan inscriptos y sellados para la vida) y, el tercero, para quienes serán juzgados en el Yom Kippur.
Rosh Hashaná (Cabeza del Año), junto con Yom Kipur (Día del Perdón), forman en la tradición judía una unidad llamada Yamim Noraim (Fiestas austeras): son días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales.
El 1º de Tishrei no es sólo el primer día del año, sino también su “Cabeza”. Así como la cabeza comanda al resto del cuerpo, del mismo modo en este día se predestinan todos los hechos que ocurrirán durante el año.
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