El 7 de octubre harán 123 años del nacimiento de Carlos Mastronardi en la ciudad de Gualeguay, entonces centro de una actividad intelectual que tuvo varios puntos señeros: él, Juan Laurentino Ortiz, Amaro Villanueva, y el dos décadas menor Juan José Manauta.
Mastronardi tiene quizá menos reconocimiento que el que merece, pero la distribución del prestigio es veleidosa y su meta no es sin duda la justicia
Mastronardi fue un poeta y ensayista notable, que persistió toda su vida en la bohemia que buscó en Buenos Aires, donde supo ser amigo de Jorge Luis Borges, que por otra parte pretendió ignorar a Juan L. Ortiz, que tuvo un paso fugaz por Buenos Aires, que no era su ámbito, como sí las hojas, el agua, los trinos y toda la vida, sobre todo la más pequeña y desvalida.
Su amigo Mastronardi, autor “Tierra amanecida”, “Luz de provincia” y “Conocimiento de la Noche” entre otras obras, integró con Ortiz y Amaro Villanueva, poeta, periodista, ensayista y uno de los fundadores de la Academia del Lunfardo, un grupo de notables artistas que floreció en Gualeguay en aquella época.
Mastronardi fue contemporáneo de los hermanos González Tuñón, de Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, pero nunca perteneció a la vanguardia literaria reunida en el grupo de Florida, opuesto al de Boedo.
La poesía de Mastronardi usa endecasílabos, heptasílabos y alejandrinos, está llena de comparaciones con campos y campesinos, más cercana a Lugones
En 1937 publicó " ”Conocimiento de la noche”, su tercer libro. La segunda edición, 'rectificada y quizá definitiva', agrega nuevos poemas y un homenaje a Ricardo Güiraldes.
Mastronardi estudió en el colegio del Uruguay y a los 20 años se fue a Buenos Aires a estudiar derecho. Se reunió con la vanguardia literaria nucleada alrededor de la revista Martín Fierro. Los miembros de esa vanguardia aparecen en su libro autobiográfico "Memorias de un Provinciano": Macedonio Fernández, Roberto Arlt, Jacobo Fijman, Néstor Ibarra, Jorge Luis Borges.
Poco después de publicar su primer libro "Tierra Amanecida" regresó a Gualeguay por la muerte de su padre. Ocho años más tarde, regresó a Buenos Aires para trabajar como periodista. Publicó Conocimiento de la noche; Valéry o la infinitud del método; Formas de la realidad nacional; Siete poemas y las ya mencionadas Memorias de un provinciano.
Toda su vida estuvo retocando con un afán de perfección jamás satisfactorio su vasto poema "Luz de Provincia", hasta que quizá oyó la recomendación de Juan Ramón Jiménez: "no la toques ya más, que así es la rosa"
Mstronardi fue un bohemio empedernido, que lanzaba sus frases agudas como puñales a colegas de los que sospechaba algún acomodo política. Evitaba la luz del día, vivía de noche. Se ha querido ver en esta fobia al sol el recuerdo luminoso de los campos entrerrianos contrastando con la oscuridad de la gran ciudad donde eligió vivir
De todos modos, se jactó de vivir de noche en la gran ciudad: Una debilidad menor que mucho me halaga, dado que mi ser la quiere, es el cultivo de la noche. Me jacto de vivir en ella y, por consiguiente, de haber sorteado la violencia diurna de los veranos".
Quizá se retrató a sí mismo -o así tenemos que creerlo, en esta confesión: “por encima del prestigio y del oro, lo importante es haber vivido según el propio carácter, según la ley interna , es decir, haber hecho lo que se quiso hacer”.
De la Redacción de AIM.
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