Marco Tulio Cicerón recomendaba alcanzar la perfección por los caminos de la sabiduría, la justicia, el valor y la moderación. Decía no ser nunca conveniente hacer el mal, porque el mal siempre es inmoral; y siempre es conveniente ser bueno, porque la bondad siempre es moral.

Es el punto de vista de un romano que murió decapitado 43 años antes de la era corriente dentro de enconadas disputas políticas, que no era práctico en su tiempo ni después.

En el capítulo 15 de "El príncipe", Maquiavelo aconseja: "Si un príncipe quiere mantener su dominio, debe estar preparado para no ser virtuoso, y hacerlo o no de acuerdo con la necesidad, porque hay vicios a los que acompaña la seguridad y la prosperidad y hay virtudes que pueden conducir a la caída.

Maquiavelo pasa por creador del realismo político, expresado con claridad meridional: "he considerado apropiado representar las cosas como son de verdad en la realidad, en lugar de como son imaginadas".

Sin embargo, el realismo político para uso de los gobernantes nació mucho antes, y no en Europa. Todavía en tiempos de Maquiavelo, para los chinos Europa era un rincón oscuro y poco interesante del mundo, al punto que para la coronación del emperador Zu Dhi a principios de nuestro siglo XV se enviaron embajadas a todos los países, para que sus jefes participaran de la gran fiesta, pero a ninguna a Europa.

En la India, 300 años antes de la era corriente, el cortesano Kautilia escribió un manual para su rey, el Arthashastra.

Chanakia Kautilia fue primer ministro del imperio Maurya, el primer gran imperio unificado de la India.

Kautilia, en materia de relaciones exteriores, dice que en una situación en la que el progreso se puede lograr con la paz o con la guerra, se debe preferir la paz, debido a los desastres ocasionados por la guerra. La guerra es la última opción antes de romper la paz. Es, como decía en el siglo XVIII Carl von Clausewitz, la continuación de la política por otros medios (cuando no hay otro remedio).

Kautilia coincide con Sun Tzu, autor de El arte de la guerra, escrito hace 2.500 años: "Por tanto, la política militar más aconsejable consiste en neutralizar los planes estratégicos del enemigo; en segundo lugar, erosionar su sistema de alianzas; en tercer lugar, combatir en campo abierto".

La diferencia con Maquiavelo es evidente: "Un príncipe no debe entonces tener otro objeto ni pensamiento ni preocuparse de cosa alguna fuera del arte de la guerra y lo que es lo único que compete a quien manda", lo que estrecha mucho las miras del ejercicio del poder.

Kautilia sostiene que las crisis financieras son las más graves de todas que afligen a un Estado, ya que considera a las finanzas "el fundamento de toda autoridad", de modo que una crisis en este punto debilita o destruye la autoridad. El debilitamiento de la autoridad puede infectar todos los aspectos de la vida, y afectar la prosperidad general, la tranquilidad interna y las relaciones externas.

Las crisis modernas, según el Fondo Monetario Internacional, se deberían a la corrupción. Según otros son inherentes al sistema capitalista que las va superando como puede, pero para Kautilya se deben a la conducta humanas de los gobernantes.

Superar la crisis es eliminar cuidadosamente las fuerzas que producen malestar, controlar y aliviar el malestar cuando se presenta y evitar las tensiones financieras.

Kautilya formuló dentro de la tradición hindú una corriente de pensamiento que supera las limitaciones temporales.

La verdad no cambia, pero se presenta diferente según las personalidades, los países y las épocas; es siempre una, pero se refleja de formas diversas según las épocas y las circunstancias. Cada uno de nosotros saca del medio en que le tocó vivir conclusiones que pueden ir del optimismo al pesimismo, de la beatitud de estar vivo a la convicción de que la mejor respuesta a la vida es el suicidio.

El Arthasastra de Kautilia abunda en detalles pero se mantiene en alto nivel de abstracción. Ofrece consejos que no se refieren a ningún tiempo ni lugar particular, sino a todos, sobre la base de que la materia en que serán útiles es siempre la misma.

El texto no se conoció en occidente sino 2200 años después de escrito. Los estudiosos, que descontaban que Maquiavelo era la nítida mentalidad renacentista capaz de representarse la realidad sin adornos, quedaron desconcertados ante una inteligencia quirúrgica sin sombras, de una India que para ellos era mística y nebulosa, emocional y difusa.

Podemos condimentar con moralina los puntos de vista más descarnados; ese destilado de sentimiento degradado en sensiblería pretende a veces compensar el ultrarracionalismo amoral. El mundo entonces, como en el tango, se reduce a "un despliegue de maldad insolente".

Pero la sabiduría hindú da todavía una clave para interpretar el pensamiento político, excelente para interpretar la política internacional de todo el mundo, porque su frío punto de vista es preciso como un álgebra política y apunta a leyes fundamentales que gobiernan la vida política en todas partes.

Kautilia no retrocede ante el desentrañamiento de un juego real, intrincado y despiadado. El escribía para profesionales de la política, tal como otros de su tiempo escribieron para otros profesionales: carpinteros, médicos, hechiceros, sacerdotes o danzarines.
De la Redacción de AIM.