En 1800, el astrónomo William Herschel descubrió en Inglaterra que la luz blanca, dividida en los colores del arco iris en un prisma, calentaba la superficie que iluminaba de modo diferente según el color.

Herschel puso un termómetro en la zona roja del espectro producido al atravesar la luz solar el prisma, otro en la zona verde, otro en la amarilla, otro en la azul, y vio con asombro que cada termómetro marcaba una temperatura diferente. Y como agregado impensado vino la constatación de que el termómetro situado más allá de la luz roja, en la sombra, se calentaba más que los iluminados. Había descubierto la radiación infrarroja, la luz invisible.

Aquel descubrimiento sirvió al indólogo alemán Heinrich Zimmer para trazar un paralelo y una distinción entre las doctrinas políticas indias de hace miles de años y las occidentales actuales.

Qué es la verdad
Para los hindúes la verdad es una y la misma siempre, sin nada que agregarle ni nada que quitarle, perfecta y completa, irrepetible e indivisible; pero se refleja de manera diferente en diferentes medios, como la luz blanca atravesando el prisma. Cada uno de nosotros saca del medio en que le tocó vivir conclusiones que pueden ir del optimismo al pesimismo, de la beatitud de estar vivo a la convicción de que la mejor respuesta a la vida es el suicidio.

La verdad no cambia, pero se presenta diferente según las personalidades, los países y las épocas. Zimmer afirma que las palabras son símbolos, lo mismo que las imágenes; también lo son los usos y costumbres; todos ellos dejan traslucir una realidad trascendente inmutable. Pero su reflejo toma formas diversas. Guía la mente a la verdad, pero no es la verdad. Por eso es engañoso adoptar símbolos de otra civilización, cada una debe producir los suyos.


El modelo maquiavélico
"Las filosofías de la India" es un libro de 1200 páginas que Zimmer dejó inconcluso al morir en 1943, cuando tenía 53 años. Uno de sus primeros capítulos se refiere a la filosofía política en la India, que pone en relación con la de Maquiavelo al inicio de la modernidad europea y con la de su época a mediados del siglo XX, con los totalitarismos que después dieron espacio al enmascaramiento llamado "democracia".

También para Maquiavelo, fundador de la politología moderna, la política es esencialmente conflicto, y pretendía por lo menos mantenerlo en la esfera pública. Esperaba además que lo rescataran del destierro sus consejos, que van en el terreno instrumental de la brutalidad racional a la traición más sórdida, desde el puñal hasta el halago, el veneno y el engaño, la prepotencia y el sigilo. Pero del príncipe al que dedicó su obra, recibió en recompensa apenas dos botellas de vino bueno.

El dictador y su policía
Justamente para referirse a su país, Alemania, alrededor de 1940, Zimmer alude a la policía secreta: El dictador siempre está en manos de su propia Gestapo. Siempre muy eficaces para seguir la pista de sus enemigos, los policías se arreglan para mantener en reserva buen número de tales enemigos, asegurándose así la seguridad de su dictador y la continuidad de ellos mismos. "Y esto es muy natural en ellos, siendo el mundo lo que es. Produce el interesante efecto de cultivar, bajo la protección del monarca, un proceso insidioso que mantiene la continua reaparición de antagonistas que se buscan unos a otros".

La policía secreta se convierte en el principal apoyo y protección de revolucionarios subterráneos, aunque su función sea suprimirlos. En realidad, no solo protegen a la oposición sino que la causan, pues el sistema tiránico que para perpetuarse tiene que confiar en una policía secreta aplastante y omnipresente, engendra inevitablemente nuevos enemigos.

La conveniencia de mantener vivo al enemigo para no volverse superfluo si desaparece, se evidencia en una fábula india sin fecha, quizá 1000 años anterior a nuestra era.

El gato, el león y el ratón
Un gato flaco y hambriento, corrido por los campesinos, encontró amparo en la cueva de un león, que le ofreció compartir las sobras de sus comidas. No era una oferta desinteresada: el león sufría el acoso de un ratoncito que le roía la melena cuando dormía la siesta. Los leones no cazan ratones, pero los veloces gatos, sí. El gato ministerial cumplía a satisfacción su misión y recibía su parte de las comidas regias, que comenzaron a engordarlo. El ratón se mantenía silencioso en su inaccesible agujero, pero cierta vez hizo un ruido y el gato lo cazó y se lo comió. Entonces el león, libre definitivamente del ratón, empezó a ver inconveniente la compañía del gato y lo devolvió al campo, a luchar contra el hambre.


De la India antigua al Renacimiento
Zimmer admite sin cuestionamientos que Maquiavelo es el primer pensador político moderno; pero recuerda en la antigüedad india el antecedente del Arthasastra o "arte de gobernar", 15 tratados prácticos de ciencia política para uso de las cancillerías atribuidos a Kautilia, ministro del fundador de la dinastía Mauria tres siglos antes de nuestra era.

El Arthasastra, como El Príncipe, abunda en detalles pero se mantiene en alto nivel de abstracción. Ofrece consejos que no se refieren a ningún tiempo ni lugar particular, sino a todos, sobre la base de que la materia en que serán útiles es siempre la misma.

El Arthasastra no llegó a occidente hasta 1909. Produjo entonces gran sorpresa entre los estudiosos europeos, que no se esperaban semejante claridad, tal penetrante inteligencia quirúrgica sin sombras, de una India que para ellos era mística y nebulosa, emocional y difusa.

Podemos condimentar los puntos de vista más descarnados con un poco de moralina, ese destilado de sentimiento degradado en sensiblería con que se pretende a veces compensar en vano el ultrarracionalismo amoral. El mundo entonces, como en el tango, se reduce a "un despliegue de maldad insolente".

Un milagro imprevisto
Zimmer hace notar que todavía a inicios del siglo XIX había reticencia para conferir al pensamiento chino e indio la dignidad de "filosófico", porque esta palabra contenía algo único, muy noble, de origen griego, que solo la civilización occidental había continuado. Todavía hoy se alude a un presunto "milagro griego" como la emergencia del logos en el territorio del mito. Sin embargo, el mito nunca fue sino una cubierta en la India, donde vale más hablar de pensamiento simbólico que envuelve al racional y de mito como ropaje plástico para los que necesitan acercarse a la verdad por esa vía.

Hegel en particular desterró a la India y a la China, y por cierto a América, considerando que las hazañas de sus civilizaciones eran un preludio a la “verdadera” historia, que comenzó en el Cercano Oriente, y la “verdadera” filosofía, que era un invento griego.

Zimmer dice que al conocer el pacto Ribbentrop-Molotov -de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania nazi- en lugar del desconcierto que afectó a izquierdas y derechas, tuvo la intuición de que se trataba de una versión actual del maquiavelismo; y mucho antes de Maquiavelo "del frío y cínico realismo y falsía que son la savia vital y el sabor del viejo estilo de la teoría política y casuística indias".


El puñal de los amigos
Su afirmación esencial en materia política es que a través de la incesante lucha de poder las amistades y las alianzas son solo actitudes y expedientes temporarios, forzados por los intereses comunes y sugeridos por la necesidad y el deseo. "Pasada la ocasión de la ayuda mutua, ha pasado también la razón que daba seguridad a la compañía, pues la política no está nunca gobernada por la amistad sino por la colaboración y el auxilio momentáneos, inspirados por amenazas comunes o por afines esperanzas de lucro y apoyadas por el natural egoísmo de cada uno de los aliados. No hay nunca una alianza altruista. Las lealtades no existen".

Recuerda como ejemplos concretos, que se podrían extender a lo largo de toda la historia, que a inicios del siglo XX Japón obtuvo el apoyo de Inglaterra para debilitar a Rusia en Persia, el Cercano Oriente y los Dardanelos. Luego, en la primera guerra mundial, fue aliado de Inglaterra y Rusia, junto con Francia, con el fin de expulsar a Alemania de la China y tomar posesión de las islas alemanas del Pacífico. Y en la segunda guerra mundial Japón fue aliado de Alemania, venció a Francia en Indochina y amenazó al imperio colonial inglés.

"Por lo que vemos, la antigua sabiduría política hindú del primer milenio antes de nuestra era es todavía una buena clave para interpretar el pensamiento político de los pueblos asiáticos. Y es también una excelente clave para interpretar la política internacional de todo el mundo, porque su punto de vista totalmente amoral o premoral pone de manifiesto y formula, con la fría precisión de una especie de álgebra política, ciertas leyes naturales fundamentales que gobiernan la vida política en todas partes".

Inglaterra, por ejemplo, antes de la primera guerra mundial, descubrió que tenía que aliarse con Rusia para detener el surgimiento de Alemania, aun cuando el imperialismo ruso y el británico estaban también en conflicto y habían estado en lucha entre sí durante casi todo el siglo XIX.

Por otra parte, de 1933 a 1938, entre el advenimiento de Hitler al poder y el fracaso de la política de apaciguamiento en Munich, Inglaterra toleró y hasta favoreció el surgimiento del nazismo como posible defensa contra la difusión del comunismo en Europa Central.

Después de Munich, Inglaterra de nuevo trató de ponerse en la misma línea que Rusia, contra lo que ahora era el peligro nazi. Y así, en marzo de 1942, tenemos a la Inglaterra liberal, democrática y capitalista marchando de la mano con Rusia contra un enemigo común.


Realismo obligatorio
En resumen, las actitudes fluctuantes de las potencias al establecer relaciones dan actualidad a las teorías políticas desarrolladas en la antigua India, que se mantienen de moda.

Aquellas doctrinas políticas indias "desentrañaban un juego real, intrincado y despiadado. En particular, estaban compuestas para educar a los cancilleres y ministros. Éstos, en su mayoría de origen brahmánico, eran los consejeros de los déspotas hindúes, tanto en la vida secular como en sus asuntos espirituales. Las teorías políticas se encuentran en tratados, es decir, en libros escritos por y para profesionales, y como tales, son tan técnicos y minuciosos como los manuales de cualquiera de los otros oficios indios: carpintería, medicina, hechicería, sacerdocio o danza".

Al parecer, si la separación en colores de la luz blanca en un prisma se puede poner en relación metafórica con los reflejos de la verdad una en la vida, la política es su color más sombrío.
De la Redacción de AIM.