¿Quién es Nitsuga Mangoré? El nombre Nitsuga es la imagen especular de Agustín -Agustín "al vesre"- y Mangoré era un cacique que murió de amor. En definitiva, Nitsuga Mangoré es el pseudónimo del gran artista paraguayo Agustín Barrios, tenido por varios músicos consagrados de todo el mundo como el mejor guitarrista del siglo XX. En un recital en San Salvador de Bahía, Brasil, se presentó como "Nitsuga Mangoré, el Paganini de la guitarra de las selvas del Paraguay", una etiqueta que ya no abandonaría.
Mangoré en la leyenda
Según la leyenda, y en parte también la historia del fuerte Sancti Spiritu, fundado por Gaboto en 1527 en la desembocadura del Carcarañá, el jefe timbú Mangoré se enamoró de Luisa Miranda, esposa de Nuño de Lara, al que Gaboto dejó encargado del fuerte cuando regresó a Sevilla.
Tras ser rechazado una y otra vez por Luisa, sie
mpre con urbanidad, Mangoré cedió a la fascinación, se cegó de furia y se propuso destruir el fuerte y llevarse a Luisa por la fuerza, a pesar de las advertencias de su hermano Siripó.
En la lucha que se entabló en el fuerte, cuando estaba destruido y casi todos los españoles habían muerto, un herido Nuño de Lara, ya marcado por la muerte, se encontró con Mangoré y lo mató.
El misterio tremendo
Nitsuga Mangoré, Agustín Pío Barrios, nació en 1885 en San Juan Bautista, a 200 kilómetros de Asunción, y murió 59 años después en San Salvador, Centroamérica, de un infarto agudo. Está enterrado allí, en el Cementerio de los Ilustres. Según el cura que lo acompañó en sus últimos momentos, dijo: "no temo al pasado, pero no sé si podré superar el misterio de la noche". Según Schopenhauer el misterio de la noche puede abordarse: el tiempo indefinido después de morir es igual al tiempo indefinido antes de nacer.
De muy pequeño, Barrios aprendió con sorprendente facilidad a tocar el violín, la flauta, el arpa y la guitarra, que fue el instrumento que signó su vida.
Su padre era correntino, cónsul argentino en Villa Florida y su madre, Martina Ferreira, directora de la escuela de niñas de Villa Florida. Tenía siete hermanos, con los que formaba la orquesta familiar Barrios.
Barrios en su leyenda
El mismo intentó definirse: Tupá, el espíritu supremo y protector de mi raza, encontrome un día en un bosque florecido y me dijo: "Toma esta caja misteriosa y descubre sus secretos". Y encerrando en ella todas las avecillas canoras de la floresta y el alma resignada de los vegetales, la abandonó en mis manos. Tomela, obedeciendo el mandato de Tupá, poniéndola bien junto al corazón; abrazado a ella pasé muchas lunas al borde de una fuente. Y una noche, Jasy, retratada en el líquido cristal, sintiendo la tristeza de mi alma india, dióme seis rayos de plata para con ellos descubrir sus arcanos secretos, y el milagro operó: desde el fondo de la caja misteriosa, brotó la sinfonía maravillosa de todas las voces vírgenes de la naturaleza de América.
Mangoré simuló haberse educado en las misiones jesuíticas, a pesar de que habían desaparecido ocho décadas antes de su nacimiento.
Con 25 años, ofreció un concierto de guitarra en Corrientes, su primera salida del Paraguay, a la que siguieron muchas otras, las iniciales a Buenos Aires, a Montevideo, a Brasil y a Chile.
En San Salvador de Bahía, Brasil, se presentó como "Nitsuga Mangoré, el Paganini de la guitarra de las selvas del Paraguay", una etiqueta que ya no abandonaría.
Barrios fue un músico eximio, pero no sólo eso. Era también filósofo, poeta y teólogo, hablaba castellano, guaraní, inglés, alemán y francés.
Conocía la teoría musical de modo que pudo componer en estilos barroco europeo, clásico y romántico.
Sus composiciones son también folclóricas: cueca, choro, estilo, milonga, pericón, tango, zamba, polca paraguaya, y preludios, estudios, valses, mazurcas, tarantelas y romanzas.
En la huella del genio de Eisenach
Barrios estudió en profundidad a Juan Sebastián Bach, prodigioso poeta de los sonidos. Hizo traducciones únicas para guitarra de obras del músico turingio, adaptó el estilo compositivo polifónico de Bach a la música de América del Sur y obtuvo de la adaptación obras únicas. Compuso más de 300 piezas para guitarra.
El sueño de Arizona
En una carta, Barrios comenta su intención de viajar a los Estados Unidos, lo que nunca pudo hacer. Dice que quiere entrar por el estado de Arizona, el estado del gran cañón del río Colorado. La razón era que allí, en Arizona, "están mis hermanos indígenas, y yo quiero visitarlos y tocar para ellos; no cobraré nada por mi concierto, entregaré saludos de mi raza a esa raza hermana"
Opiniones de los entendidos
John Williams, guitarrista de gran prestigio, hizo mucho por reivindicar a Barrios cuando dio a conocer un álbum con obras suyas en 1977. Williams sostenía que Barrios fue el compositor de guitarra moderna más subestimado. Y entendía que era el mayor compositor de estos tiempos.
Para Berta Rojas, intérprete paraguaya de la guitarra, Agustín Barrios fue el mayor compositor nacido en América Latina. Si bien no logró en vida el reconocimiento que merecía, desde la grabación del disco de John Williams dedicado enteramente a su música en los años 70, Barrios ganó un lugar innegable en el mundo de la guitarra clásica, donde es admirado por una vasta obra de enorme riqueza lírica y gran dificultad técnica.
El guitarrista argentino Héctor Villadangos, entre tangos y la muerte de tangueros, hace lugar a La Catedral, la obra de Agustín Barrios que ha tenido máximo reconocimiento mundial.
La Catedral es la obra maestra de Barrios, compuesta en 1921 en Montevideo. En esos días se recuperaba del tifus y vivía en un hotel cercano a la catedral de la capital oriental en la plaza de la Constitución, en la ciudad vieja. Es posible que la vista del templo haya influido en el nombre de la composición pero es más posible todavía que la verdadera catedral que Barrios tenía en mente fuera la selva paraguaya, la patria guaraní. Y también el sitio de esplendor de la madre tierra, siempre venerada por los pueblos originarios de Abya Yala. Rubén Darío, "el indio divino" nicaragüense, la exalta:
¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profunda
emanación del corazón divino
de la sagrada selva!
Todo lo que existe, incluidos los hombres y la naturaleza, es un reflejo disminuido de la perfección de los orígenes en Ñamandú, "el que se creó a sí mismo". Un artista como Barrios trata de recuperar dentro de lo posible aquella perfección; esa era la intención de Bach, que Barrios conocía bien.
El guitarrista boliviano Marcos Puña considera "un verdadero genio" a Barrios, sobre todo por su capacidad para expresar las emociones más diversas con la guitarra y para recorrer todos los caminos como compositor: desde recreaciones barrocas a valses y mazurcas y a composiciones basadas en el folklore de su tierra y de toda Sudamérica: cueca chilena o danza paraguaya.
Puña lo iguala en talento a Andrés Segovia, que tuvo el camino más fácil, y recuerda que John Williams consideró a Barrios el mayor guitarrista del siglo XX.
Para el guitarrista colombiano Edwin Guevara, Barrios es un nombre principal en el repertorio latinoamericano de guitarra. Toda la obra que produjo la compuso para este instrumento. Su virtuosismo como intérprete y la calidad de su música no tuvieron reconocimiento en vida. Pero su nombre y la calidad de su composición han comenzado a reconocerse a partir de la incursión importante de artistas latinoamericanos en escenarios europeos.
Russel y Segovia
Cuando David Russell tenía cinco años su familia emigró de Glasgow a Menorca, una de las islas Baleares, donde se interesó por la guitarra y en la obra de Andrés Segovia, el guitarrista clásico español que tuvo una relación polémica con Barrios. Cuando Segovia escuchó La Catedral quedó impresionado, quiso tener la partitura y conocer al compositor. Hay quien opina que Segovia nunca ejecutó obras de Barrios y llegó a prohibir ejecutarlo a sus alumnos por temor a ser desplazado del lugar de privilegio que tenía entre los intérpretes de la guitarra.
Rusell creció en la ciudad menorquina de San Cristóbal, donde una calle lleva su nombre. Ama la música de Agustín Barrios Mangoré y la hace brillar. Sabe manejar los crescendos que Mangoré plantea y sortear los pasajes más exigentes.
Russell pone a Bach en la cima de sus autores preferidos, pero cuando toca un compositor, ese es en ese momento es el preferido, y a Agustín Barrios dedicó un álbum entero: "Música de Barrios", de 1995
Esta es Caazapa, el nombre de un pueblo paraguayo que significa "más allá del monte" y es una composición de Mangoré interpretada en
https://youtu.be/2Zo6UfK7o7k?si=BevrbBccju2vKZdx
De la Redacción de AIM.
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