El presidente Alberto Fernández inicia hoy los dos meses más difíciles de su gestión, y los que marcarán a fuego las probabilidades de éxito o fracaso de su presidencia. Desde hoy, y no más allá de abril, deberá completar el proceso de canje de deuda por unos 70.000 millones de dólares a privados, con tenencias de bonos en divisas bajo legislación externa.
Según el cronograma oficial, el ministerio de Economía tendría hasta la última semana de marzo para terminar el proceso. Sin embargo, y aunque desde el oficialismo aún no se habló del tema, en el mercado se descarta que habrá una prórroga importante en los tiempos; los que podrían extenderse hasta abril o la primera quincena de mayo. No más.
Si el gobierno no completara el llamado para la tercera semana de ese último mes, debería enfrentar vencimientos en dólares con privados por unos 5.000 millones. Es dinero en carpeta para ser canjeado o reperfilado; pero si no se llega a tiempo con la negociación, debería ser el Banco Central el que acuda en ayuda del gobierno nacional aportando reservas. Si no lo hace, el país ingresará en default.
Suponiendo que la de mayo fuera la última frontera para discutir con los acreedores privados con bonos para llegar a la renegociación o el eventual default; el gobierno de Alberto Fernández inicia así hoy un proceso que debería estar cerrado, como máximo, en 70 días. En este tiempo se sabrá si la oferta y eventual contraoferta que Martín Guzmán presentará esta semana o, a más tardar, la próxima; satisface a los tenedores de bonos emitidos tanto por el gobierno de Mauricio Macri como los residuales de la reestructuración ejecutada por Néstor Kirchner entre el 2005 y el 2006; y que también será incluida en el proceso actual. Según el cronograma oficial presentado en enero pasado (y que ya tiene un delay de más de 15 días), antes del viernes Economía tendría que presentar la oferta. Para la semana próxima, la oferta tendría que ser lanzada y haber comenzado los road shows con los acreedores en las plazas más importantes (New York y Londres). Para la cuarta semana de marzo, el cronograma oficial aclaraba que “expira el período de aceptación de la oferta” y que comenzaba el proceso de “preparación de la documentación necesaria para ejecutarla”. Como se descarta que los tiempos no podrán cumplirse, el punto final del proceso pasará a ser decisión del gobierno.
Lo que quedó definido ayer, es que la banca Lazard fue la elegida por Economía para que asesore al gobierno en el mecanismo de puesta en marcha y ejecución de la oferta. Se trata de un viejo conocido del país. Especialmente en tiempos de crisis. Concentrado en las áreas de finanzas corporativas, gestión de carteras y otros servicios financieros, principalmente con clientes institucionales; se lo considera como el banco de inversión independiente más grande del mundo, con oficinas ejecutivas en New York, París y Londres. Fue fundado en 1848, opera en 43 ciudades y provee asesoría en fusiones y adquisiciones, asuntos estratégicos, reestructuraciones y estructura de capital, finanzas corporativas; además de gestión de carteras para empresas, inversores institucionales, gobiernos e individuos. En el proceso de default argentino de 2005, fue convocado por el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, y encabezó el proceso de asesoramiento con Matthieu Pigasse como principal ejecutivo. En los últimos años trabajo en las reestructuraciones de deuda de Irak, Ecuador, Chipre y Grecia. Ahora, nuevamente, pasará a trabajar con un gobierno argentino en un proceso terminal; pero con una gran diferencia con el 2005: el país aún no cayó en default.
Fuente: Ámbito